Capítulo 3

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Esa fría mañana, Lauren Jauregui se despertó por el estruendoso sonido de su teléfono celular. Con dolor de cabeza la latina trató de ponerse en pie, pero de inmediato un terrible mareo la devolvió a sus blancas sabanas. Nuevamente se arrepintió por haberse pasado de copas la noche anterior. El sonido de su teléfono continuó retumbando en su habitación haciéndola gemir por la molestia.

—¿Quién diablos llama a esta hora de la madrugada? —dijo Lauren con sus ojos aun cerrados y sin estar consciente de que ya era de mañana. La latina tanteo con su mano para tratar de encontrar su teléfono en su mesa de noche, justo a un lado del retrato de ella y Camila. Cuando lo encontró, se apresuró a ver el nombre que aparecía en la pantalla antes de contestar. Marco Kusterbeck. Leyó la joven junto con la hora exacta.—. Ahora no idiota. — Susurró Lauren mientras rechazaba la llamada del hombre.

Lauren planeaba darse la vuelta para seguir con su profundo sueño cuando recordó los planes que tenía para ese día. La latina se puso de pie ignorando su terrible jaqueca y obligándose a ir a asearse. Al salir del baño, Lauren volvió a escuchar el timbre de su teléfono retumbar, aparentemente el eco era algo que abundaba en su desolado apartamento. Lauren ignoró la llamada al imaginarse quién era el que la estaba buscando tan insistentemente. La joven continuó caminando desnuda hacia la cocina para tomar su desayuno; su primera comida del día no sería más que un par de bocados de las sobras del tofu de la noche anterior y un sorbo de leche. Cuando hubo saciado su hambre, la joven regresó a su impecable habitación para vestirse y maquillarse.

Lauren usó un pantalón gris y un elegante saco que hacia juego a la perfección. También uso una blusa negra básica y unos tacones que combinaban con esta. Puso una abundante capa de maquillaje bajo sus ojos y aplicó dos pulsaciones de su perfume favorito. Después de unos largos minutos frente al espejo, Lauren decidió que estaba lista. Caminó hacia la entrada de su apartamento en donde tomó las llaves de su coche negro. Lauren fue hasta el parqueadero donde yacía su auto negro a aparcado en su lugar de siempre. Seguidamente, la joven emprendió su viaje.

Después de más de una hora conduciendo, la latina encendió la radio para encontrarse con una maldita canción de amor, melodía que le recordaba inevitablemente a la joven que años atrás se había quitado la vida. —¿De toda las canciones tienen que poner esta en específico?—dijo molesta. A veces parecía que el universo se encargara de recordarle a su antigua amada en los momentos menos esperados, y Lauren lo odiaba. La joven de ojos oliva optó por cambiar la estación radial y escuchar hip hop.

Luego de una larga hora conduciendo, la joven llegó a un conjunto residencial muy a las afueras de la cuidad. Al contrario de Lauren, el señor Hill vivía muy alejado del comercio y de todo el ajetreo de Oregón. Antes de aparcar su automóvil, Lauren apagó la radio y tomó el papel doblado que estaba junto al volante. Al bajarse del vehículo, Lauren desdobló el trozo de papel y leyó la dirección del hombre del que, con algo de suerte, obtendría respuestas.

Caminó por la calle tratando de ubicar la dirección del señor policía. Lauren no sabía con quién iba a toparse. Lo que si sabía era que le había costado mucho dinero conseguir su nombre y dirección. Días atrás, la joven de ojos verdes había sobornado a un novato de la policía con el fin de dar con el paradero de los uniformados que hicieron parte de la investigación de los Cabello. No fue barato, pero lo consiguió.

Lauren iba de casa en casa buscando la dirección específica del hombre. No duró mucho su búsqueda cuando vio la dirección grabada en una casa de dos pisos. Esa casa le recordó la casa en la que gastó sus primeros años de vida. Lauren no perdió tiempo frente a la blanca puerta. Tocó el timbre de la casa y se quedó firme esperando respuesta. No tardó mucho la puerta en ser abierta. Lauren vio a un hombre de la edad de su padre y supuso que se trataba del señor Paul Hill.

Te Has Ido | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora