Capítulo cinco: ¿Por qué me dueles tanto?

1K 135 34
                                    

No lo veo mal, al contrario, me resulta prometedor ― Jin había escuchado atentamente lo relatado por Tae y daba su opinión a su amigo que por la rapidez con que bebía estaba dispuesto a embriagarse esa noche ― Te aconsejo que pares. Nam Joon llegará en cualquier momento y no querrás soltarle algo en medio de una borrachera ¿O sí?― Jin tenía razón como siempre, lo más seguro es que Nam Joon estaría interesado en saber y de primera fuente. Lo mejor sería controlarse y retirarse pronto. Dejó el vaso sobre la mesa y se dispuso a mirar evasivamente a su alrededor. El lugar para el encuentro era un bar de copas bastante conocido, vagaban famosos y famosillos por doquier. No era del total gusto de Tae, pero al menos podría distraerse un rato. Volvió a coger su copa después de unos minutos, en realidad no podía distraerse con nada ― ¡Vaya, vaya! Rubito acercándose ― Dijo Jin muy serio, advirtiendo a Tae de la presencia de Jimin, pero este apenas le escuchó. Solo lo vio llegar y sentarse a su lado ― ¡Perdonad que os interrumpa, pero estoy huyendo de un par de fans locas! ¡Buenas noches Taehyung! ¡Buenas Jin!― Tae devolvió el saludo con amabilidad aunque se sentía sorprendido de la confianza con que Jimin les trataba aunque apenas les conocía ― Buenas noches Jimin ¿Andas solo? ― Vine con los chicos, pero parece que me abandonaron ― ¿Por qué sería? ― Dijo Jin por lo bajo ― Es curioso Taehyung que te vuelva a ver tan pronto y que frecuentemos el mismo lugar por lo vistoYo no suelo venir aquí, Jin me ha invitado ― Jimin lanzó una mirada de escrutinio a Jin ¿Podría ser verdad lo que incinuó Nam Joon? ―Me gusta que mi chico se divierta, no todo va a ser trabajar ― Jin era muy joven, pero en el fondo era un zorro viejo, y veía bajo el agua. Así es que decidió dejar un poco fuera de combate al rubito, pero no contaba con que el "rubito" no se daba por vencido fácilmente ― ¡Oh! Pues si te gusta que se divierta, yo puedo invitarle también. Conozco muchos sitios interesantes, creo que podrían agradarte Taehyung ¿Vendrías? ― Tae, no estaba demasiado pendiente de la conversación, pero si escuchó las últimas palabras dichas por Jimin ―Te lo agradezco, pero estoy copado de trabajo. Más adelante, creo que a Jin y a mí nos vendría bien conocer sitios nuevos ¿Verdad Jin? ― La mirada que Tae dio a Jin fue suficiente para ambos. Seguirían el pequeño ritual de cubrirse las espaldas el uno con el otro, cuando no les interesaba o la persona o la situación ― Lo que tú digas ― Afirmó Jin mirándole con ternura, mientras pensaba si esta actuación sería suficientemente buena como para espantar al rubito. Con esos pensamientos en mente vio a Nam Joon acercarse a la mesa. Lo que faltaba, que el tipo que le gusta llegue justo cuando se hace pasar por el novio de otro chico ― ¡Bueno! ¿Es esta una reunión de empresa o algo así?― Sonrieron todos ante el comentario de Nam Joon ―He visto a Suga y a J-Hope buscándote fuera... ¿Les has perdido?― Jimin, escuchó el comentario de Nam Joon y empezó a ponerse nervioso con la pregunta ― Parece que pensaste mal de tus amigos, no te abandonaron, solo te perdieron ― rió Jin, dándose perfecta cuenta de lo astuto que era Jimin. Este dándose por vencido, por ahora, decidió que era mejor retirarse. Al llegar Nam Joon no había manera de avanzar en nada ― ¡Tienes razón Jin! Iré a por ellos. Tened vosotros buena noche... ¡Ah! Taehyung ¿Este viernes nos vemos, no? ― Tae asintió ― Así es, haremos la prueba de vestuario en nuestra empresa ― Jimin sonrió ― Ahí estaremos todos...bueno, casi todos, creo ― Terminó de despedirse y se fue. Tras él dejó un silencio incómodo con su último comentario.

Jin fue el primero en romper el silencio, empezó a hablar del bar, de lo concurrido que se había vuelto, de la los aperitivos que servían, de la hermosa camisa que Nam Joon llevaba puesta, este a su vez respondía y aportaba comentarios graciosos, de alguna manera seguía la corriente a Jin, porque entendía que el silencio de Taehyung era demasiado evidente como para romperlo con alguna pregunta indiscreta. Tae, estaba, pero no estaba. Sus pensamientos andaban muy lejos del lugar en que se encontraba, y no había manera de remediarlo. Agradecía a sus amigos por dejarle ese espacio entre ellos, sin molestarle, sin hablarle, pero acompañándole.

DicotomíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora