Mi Nuevo Mundo Lo Cambia Todo. «Hiccup y tú»

Capítulo 16.

De los árboles salieron dos furias nocturnas idénticas a Shiori, sorprendiendo a los dos jinetes y a Chimuelo.

La dragona rápidamente fue con las dos nuevas e hizo un saludo raro, estás dos se calmaron mirando a su hermana.

—Son, son.....—Hiccup ni siquiera podía articular palabra alguna, ____ lo notó y trató de calmarlo.

—Calma, Hiccup. Calma....

—Más furias nocturnas....esto, esto es genial. ¡La raza aún no está extinta!

Exclamó feliz, los demás empezaron a gritar buscándonos, nosotros respondimos su llamado y cuando llegaron quedaron de igual forma impresionados como Hiccup.

Explicamos la situación mientras los dragones empezaban a convivir entre ellos, al parecer Shiori tranquilizó a las dos nuevas así que no había peligro.

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Miraba las luciérnagas con detenimiento, la noche era fría pero hermosa al mismo tiempo.

Shiori jugaba entre la hierba junto a Chimuelo, los dos la pasaban increíble juntos. Las dos nuevas dragonas se unieron con ellos, empezando a jugar.

—Hace frío, toma.

Hiccup llegó a mi lado, ofreciéndome una manta suave para cubrirme. Acepté gustosa mientras sonreía, agradecí aquello.

—¿Ya te sientes mejor? —Pregunté viéndolo ahora, él asintió mientras se sentaba a mi lado para ver a los cuatro furias nocturnas jugar entre ellos.

—Sí, sigo emocionado por saber que la especie aún está completa. —Admitió con una sonrisa en sus labios.

Me gustaba ver su sonrisa, era muy linda. Al igual que él.

No, aguanta ____. ¿Qué cosas piensas? Solo somos amigos, nada más.

Negué llamando su atención, avergonzada negué lo que pasaba de inmediato.

—Nada, solo son pensamientos raros.

—¿Raros en qué sentido?

Su pregunta me tomó por sorpresa, lo miré incrédula.

—Solo pienso en cosas raras, no te preocupes.

Respondí volviendo a ver a los dragones, él no me quitaba la mirada encima. Eso ya era incómodo.

—¿Te incómoda estar conmigo?

Preguntó.

—No, no es eso...

Negué nuevamente, ahora el confundido era él.

—____, si te digo algo, ¿No te enfadarás?

Dijo de la nada, lo miré ahora curiosa.

—Depende. Pero vamos, dime.

Escuché como suspiró profundamente, después me tomó la mano confundiendome aún más.

—¿Sucede algo?

—_____. —Su mirada reflejaba seriedad, eso ya era más confuso.

—Dime.

—¿Podemos intentarlo? —Soltó de la nada, yo me quedé congelada por un momento.

—¿Intentar qué?

No quería pensar en eso, no quería hacerme una idea errónea.

—Me llamas la atención desde hace mucho, quiero...quiero saber si quieres intentarlo.

No dije nada por un rato, él soltó mi mano a los minutos y bajó la mirada triste.

—Supongo que eso es un no.

Me acerqué y le dí un beso en la mejilla, eso hizo reaccionar al castaño para mirarme con asombro.

—Por el momento, esa será mi respuesta.

—Gracias.

—No agradezcas.

Los dos estaban solos, juntos y cómodos. Se quedaron viendo a los dragones jugar mientras sus manos estaban unidas.

A lo lejos, los demás chicos miraban todo desde un arbusto.

Astrid y Brutilda chocaron los puños, mientras miraban de forma burlona a los chicos.

—Les dijimos que esos dos tortolos iban a dar su paso, lento, pero lo iban a hacer.

Comentó Astrid, Brutilda río maliciosamente.

—Demonios.

Patán maldijo, habían apostado y ahora ellos tendrían que hacer los deberes de las chicas por dos meses.

To be continued.

Editado: 20/11/2023