Capítulo 5

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Narrador.

Horas más tarde, Shiori se encontraba encerrada en una jaula. Estaba sin escapatoria mientras veía a su alrededor.

Al observar bien, pudo ver a un Nadder mortífero, de un color carmesí y alas negras que la observaba atentamente.

Shiori procura no decir nada, hasta que su acompañante decide romper el gran silencio que reinaba en el lugar.

— Veo que eres nueva, ¿O me equivoco? —Comenta mientras se sacude—.

— Vaya, no te equivocas. ¿Y tu?

— Bueno, podría decirse que llevo más de un año aquí.

Responde sin darle importancia, más la furia nocturna se preocupa.

— ¿Cuántos años específicamente? —Cuestiona—.

— Desde hace..¿Quince años? Si mal no recuerdo.

— ¿Qué? Espera, ¿Y todo éste tiempo has estado encerrada? —Pregunta impresionada al saber el tiempo—.

— Si, desde cachorra estoy aquí. Me criaron y bueno, no me quejo mucho.

— Lamento si llego a ofenderte pero, ¿Porqué no escapas?

— Realmente no puedo.

— ¿Porqué no puedes? ¿Algo te lo impide?

— Bueno, estoy encadenada. No sé si eso sea una respuesta.

— ¿Cuál es tu nombre?

— Sólo dime Pineda. Muchos humanos me llaman así. Por lo cual, creo que es mi nombre. ¿Cuál es el tuyo?

Esta duda en responder, pero aleja ese pensamiento rápidamente.

— Mi nombre es Shiori, encantada.

— Tienes un lindo nombre, Shiori.

— El tuyo también es lindo, Pineda.

Pineda asiente en respuesta por el cumplido. Mientras que su compañera empieza a dar vueltas.

Shiori observa un tornillo fuera de lugar, por lo cual, aprovecha para romper su jaula. Al estar libre, se dirige a la jaula de su compañera para romper el candado y liberarla.

— Vámonos, hay que huir antes de que nos encuentren.

— Sería fácil si no estuviera encadenada. —Responder burlona—.

Shiori se da cuenta de eso y rompe las cadenas que retenían a su amiga.

— Muchas gracias, Shiori.

Las dos dragonas alzan vuelo, tratando de no ser vistas por los cazadores, quiénes al pasar una hora, se dieron cuenta de que sus mascotas ya no estaban.

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En otra parte, ____ observaba el atardecer desde una colina. Empezaba a ser frío, por lo cual, llevaba un abrigo para cubrirse.

Desde lo alto, Hiccup y Chimuelo veían a su amiga con cierta tristeza y pena. El castaño le hace una seña a su amigo, a lo cual, empiezan a bajar a tierra firme.

Al estar en el suelo, el chico baja del dragón para empezar a caminar hacía la chica.

Era un ambiente triste, ___ había notado a su amigo desde hace rato, pero no decía nada.

— Hey ____, ¿puedo sentarme?

— Si...cómo tu quieras.

El castaño suspira para después sentarse a lado de la femenina. Quién decidió no decir nada.

Mi Nuevo Mundo Lo Cambia Todo. «Hiccup y tú» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora