Your baby, he's mine. ➡ HunHan

Eins

Volví a casa después de 15 años en los Estados Unidos de América. He trabajado para una empresa de música, reconocida mundialmente. Island Records le ha dado éxito a muchos artistas, tanto americanos, como no. Después de darles 10 años de mi vida, lejos de mi familia y amigos, he decidido volver a Corea.

Mi mejor amigo, Chanyeol, me ha invitado a la reunión familiar, en celebración del decimoséptimo cumpleaños de su hijo. Niño que no he visto desde que tenía 2 años.

LuHan, era un bebé muy juguetón. No paraba de balbucear siempre que veía algo. Su pequeño dedo apuntaba todo lo que sus pequeños ojos, color avellana, podían percibir. Lo tuve en mis brazos desde que nació. Pero ahora, ni siquiera puedo recordar su rostro.

Chanyeol solía mandarme fotos del pequeño LuHan todos los domingos desde que me fui. Dejó de hacerlo cuando dejé de ver sus correos.

Estaba tan ocupado con el trabajo que lo dejé de lado. Él no se enfadó. Bromeó conmigo por teléfono y dijo que no importaba, que sabía que estaba ocupado para acordarme de cosas pequeñas. Él bromeaba, pero yo sabía que le dolía mi indiferencia hacia su familia.

Antes de irme le había prometido seguir en contacto. Pero le fallé. Ni siquiera tuve tiempo de sentirme culpable. Estaba tan ocupado que un día había dejado de ver sus correos, había dejado de contestar a sus llamadas y a sus mensajes. Y entonces sólo hablábamos una vez al mes.

Baekhyun, él fue otra cosa diferente. El esposo de mi mejor amigo no volvió a hablarme nunca más después de que, sin pensarlo, le dije que no tenía tiempo para hablar con LuHan por teléfono. Se enfadó, y me dijo que no volvería a hablar con LuHan, ni aunque lo quisiera.

Y lo cumplió. Cuando llevaba 10 años en Estados Unidos, una noche, me puse a pensar en mi familia, en la familia de Chanyeol. Recordé a LuHan. Recordé con mucha dificultad su pequeño rostro de bebé. Y entonces quise hablar con él. Pero cuando llamé y pregunté por él, Baekhyun me colgó.

—LuHan no sabe quién eres. Él no puede recordarte. Además, estás demasiado ocupado para hablar con él, ¿cierto? —su delgado voz creando un hoyo de culpa en mi pecho.

—Mamá, has visto mi pelota de fútbol? —ese momento, pude escuchar la dulce voz infantil del que debía ser LuHan.

Su voz llorosa de bebé había cambiado apenas un poco, a una voz un poco más chillona, como la de un niño de 12 años debía tener antes del cambio de voz en la pubertad.

Baekhyun musitó un adiós rápido antes de colgar. Esa fue la primera y última vez que llamé a esa casa para hablar con el hijo de mi mejor amigo.

Con el pasar de los años, olvidé mi deseo de hablar con el pequeño LuHan. Hasta que decidí que había tenido suficiente de Estados Unidos, y quería volver a Corea. Ese mismo día, me llegó una invitación.

Sr. Oh SeHun:

Estamos felices de invitarle al cumpleaños número 17 de nuestro pequeño hijo, Park LuHan.

Será una reunión, más que todo familiar, en la que nos gustaría que nos acompañe. El día 20 de abril, en nuestra casa. A horas 15:00 pm.

Esperamos su asistencia con ansias.

Atte: Chanyeol y Baekhyun Park.

Y debajo, la que parecía ser la letra de Chanyeol, indicaba:

PD para ti, SeHun: más te vale que estés aquí.

Sonreí. Este año sí estaría para el cumpleaños de LuHan. Incluso para el de Baekhyun y Chanyeol. Antes solíamos salir a divertirnos por la noche, pero eso fue antes de que Baekhyun quedara embarazado del que sería su primer hijo. Primero y último, al parecer.

Confirmé mi asistencia al día siguiente, mediante un mensaje de Facebook para Chanyeol.

Me fui de los Estados Unidos un mes después. Con un trabajo que había conseguido gracias a las buenas referencias de Island Records. Pensaba quedarme con mi familia hasta encontrar un piso donde instalarme. Pero Chanyeol se ofreció a ayudame con eso. Acepté. Mi familia no tenía una gran casa como la de Chanyeol, y no había llevado una buena relación con mis padres desde que había decidido irme. Mi mejor opción era mi mejor amigo.

El día que llegué a Corea, a las 23:14pm, Chanyeol esperaba con esa enorme sonrisa que lo caracterizaba, esas voluminosas orejas, y su largo cuerpo delgado.

—¡Hola SeHun! —sus largos brazos me atrajeron a un fuerte abrazo. —¡Vaya! ¡Has crecido un montón! Estás de mi tamaño. —mi amigo sonrió y tomó dos de mis maletas.

—El clima ahí te hace crecer más rápido, eso creo. —dije en broma. Aunque podría ser verdad.

Chanyeol rió y se quedó mirándome. —¿Qué? —pregunto, un poco incómodo, porque hace años que no veía su rostro de cerca.

—Es sólo que has cambiado tanto, y a la vez no. —dice. Parece que va a ponerse a llorar.

—¿Eso que significa? —sonrio para aliviar el ambiente y le doy un pequeño golpe en el brazo. —Vamonos ya, ¿quieres? Estoy cansado y quiero ver a LuHan. —empezamos a caminar hacia el coche mientras hablo. —17 años, ¿eh? El tiempo ha pasado rápido. ¿Cómo está?

Chanyeol se detiene en una vagoneta 4x4, hermosa, a decir verdad, y abre el maletero. —Está bien. Es un jovencito muy obediente. ¿Recuerdas que decíamos que seguro sería un rebelde sin causa? —mete mis cosas y nos dirigimos al frente. —No fue así —enciende el coche y nos ponemos en marcha, comienza a llover con suavidad. —Es sólo un bebé, ¿sabes?. Quiero decir, 17 años es ser un niño aún.

Asiento, porque no sé qué decir a eso. No sé cómo debería sentirme. Casi no puedo entender lo que dice. Estoy tan ocupado poniéndome nervioso por ver a Baekhyun y LuHan después de tantos años.

—Claro. Ni siquiera tiene edad para beber aún. —digo con una risa.

Chanyeol bufa —Él no va a beber ni una gota de alcohol hasta que esté en su lecho de muerte. ¿Me oyes? ¡En su lecho de muerte!

Río con ganas porque pienso que está bromeando, pero él se queda callado y me lanza su mirada dura. No está bromeando.

—Es sólo un chico niño, Chanyeol. Él va a crecer pronto.

Nos quedamos callados hasta que llegamos a casa. Donde Baekhyun está quitando la ropa colgando en el jardín. Está mojado desde la cabeza hasta los pies. La lluvia cae con más fuerza en esta parte de la ciudad.

—Hey, Baekhyun. —saludo. Él se voltea hacia mí y rueda los ojos. Con pelo pegado a su rostro, no parece tan serio.

—Hola. —me responde. Más por cortesía que por voluntad. —Ve dentro, estás mojando tu ropa.

Chanyeol me empuja adentro y me lleva a la que será mi habitación. Es grande, y tiene una ventana que da al bosque de detrás de la casa. Deja mis maletas y se va para ayudar a Baekhyun con la ropa.

Después de darme una ducha, bajo a la sala, donde veo a Chanyeol y Baekhyun junto al fuego de la chimenea. Y está un pequeño chico acurrucado contra Chanyeol.

Es LuHan.