Vierzehn

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LuHan — Baekhyun sostuvo a su hijo más cerca, sus delgados brazos rodeando los hombros de LuHan.

LuHan movió los ojos por todas partes, nervioso, asustado.

— LuHan, mírame — Chanyeol le acarició la cintura sobre la ropa y lo instó a mirarlo. — ¿Entiendes que esto está mal, verdad? — LuHan asintió. — Entonces sabes que tú no puedes tener esa clase de relación con él.

Dejé de respirar para escuchar claramente lo que LuHan diría. Las manos me temblaban, me sudaban, me dolían. La necesidad de tomar a LuHan entre mis manos y llevármelo lejos era tan intensa que mis manos dolían. Pero el miedo que sentía no significaba que no iba a luchar por LuHan. Sus padres podrían decirle cosas, pero él iba a creerme a mí, lo haría.

— Yo no sé qué hacer — susurró LuHan.

Chanyeol suspiró y se puso de pie de nuevo.

— SeHun, tienes que irte. — dijo entonces.

Negué. — Olvídalo, yo no voy a ninguna parte sin él.

— Tiene 17 años, es un menor de edad. Te conviene largarte de aquí, ahora. — él no me estaba mirando, pero su cuerpo temblaba de rabia contenida.

Aún así, no retrocedí.

— No.

Y entonces Chanyeol estaba sobre mí, golpeando sus puños en mi rostro y en cualquier lugar que encontrara. Baekhyun y LuHan gritaban y le pedían que se detuviera. Me cubrí el rostro con los brazos y dejé que él los golpeara. Por el rabillo del ojo vi a Baekhyun acercarse, tomó el brazo de Chanyeol justo cuando él iba a llevarlo contra mí de nuevo. Chanyeol estaba tan cegado por la ira que lo empujó con fuerza. Baekhyun tropezó con la lámpara que habíamos tirado. En un intento por sostenerse, volteó su cuerpo hacia la mesa de vidrio que tenía adornos. Su estómago golpeó la punta de la mesa.

Y eso fue todo.

No podía escuchar, ni sentir nada. Sólo podía ver la sangre expandiéndose en sus jeans, entre sus piernas temblorosas.

— Chanyeol — traté de advertir, pero él no estaba interesado en nada que no sea golpearme.

Vi a LuHan arrodillarse junto a su madre y tomar el teléfono inalámbrico con lágrimas gruesas en sus mejillas. Baekhyun sólo estaba llorando mientras se sostenía el estómago.

Una fuerza extraña me permitió quitarme a Chanyeol de encima. Lo empujé y me levanté como pude. Automáticamente me moví hacia LuHan y su madre. Mi pequeño estaba hablando con el servicio de emergencias.

Chanyeol pareció recuperar la cordura entonces. Corrió hacia su esposo y lo sostuvo entre sus brazos.

— Lo siento, mi amor — repetía una y otra vez.

LuHan sujetó la mano de su madre y no se movió ni un segundo. La ambulancia llegó diez minutos después, para sorpresa y alivio de todos. Los paramédicos tomaron a Baek con cuidado y lo acostaron en la camilla. LuHan no soltó su mano en ningún momento.

— Está bien, cariño — le dijo Baek. — Voy a estar bien.

Yo no sabía si Chanyeol ya sabía del bebé, supuse que sí, ya que no hacía más que pedir disculpas y acariciar el rostro de Baekhyun. La familia tuvo que separarse cuando metieron la camilla a la ambulancia. Chanyeol tomó la mano de LuHan inmediatamente y lo vi apretarla con fuerza.

— ¿Alguien vendrá con nosotros? — preguntó el paramédico.

— No — dijo Baekhyun — Chanyeol, quédate con LuHan. Pueden ir ambos en el coche.

Your baby, he's mine. ➡ HunHan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora