Zwölf

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— Entonces, ¿si podemos ir? — LuHan saltaba en su asiento mientras sus padres y yo cenabamos.

— Come primero y luego lo pensaremos. — respondió Chanyeol.

LuHan asintió como el niño bueno que era y tomó su tenedor para comer con una sonrisa.

LuHan quería ir de campamento. Tao le había contado que lo haría con su familia el fin de semana, así que LuHan también quería hacerlo.

Cuando terminó de comer, se limpió la boca y recogió la mesa. Ayudó a su madre a lavar y secar y luego corrió al regazo de Chanyeol para insistir de nuevo.

— Vamos, papá. Será divertido — juntó sus manos como si fuera a rezar y las sacudió frente a Chanyeol.

Reí enternecido. Siempre era tan adorable. Claro que sentía un poco de pena también, Chanyeol y Baekhyun estaban envueltos en el dedo meñique de su hijo. Controlados totalmente.

— De acuerdo, vamos a ir de campamento. — le dio el gusto Chanyeol. — SeHun vendrá con nosotros.

Mi sonrisa se borró enseguida. — ¿Qué? No no, yo no soy de campamentos. Soy más de ciudad, lo sabes. — reí nervioso porque sabía lo que venía.

— Todos vamos a ir — replicó Baekhyun.

— Oigan, tengo una vida ahí fuera — me excusé — Y tengo un departamento que cuidar y limpiar y...

La dulce voz de LuHan me interrumpió — Por favor, señor Oh — me hizo el mismo gesto que a su padre — Será divertido. ¡Veremos animales, plantas, y dormiremos bajo las estrellas! — su sonrisa infantil me derritió.

— Bueno — dije simplemente.

LuHan lanzó un gritito feliz y corrió a abrazarme. — ¡Gracias! — sus brazos rodearon mi cuello. Estaba sentado en el sofá, por lo que mi nariz estaba cerca de su cuello blanquecino. Su olor a manzanas me instó a besarle, pero me contuve.

El fin de semana, salimos a las 6a.m. Me quedé en casa de mis amigos para que podamos salir juntos. Me pareció insulso. Era demasiado temprano para ir al maldito bosque frío. Encima estaba lloviendo a cántaros, y no parecía que iba a parar por un tiempo.

Mi pequeño bebé estaba con una bonita gorra de colores sobre sus mechones suaves, su nariz de botón estaba colorada, un enorme abrigo impermeable abrazaba su torso hasta los muslos, era de Chanyeol. Sus bonitas botas rojas para la lluvia guardaban sus pies del agua, un jean abrazaba sus delgadas piernas, y sus pequeñas manos tenían guantes guardando su calor.

— Mamá, me estoy muriendo de calor — replicó apenas llevábamos 10 minutos en el coche.

— Está haciendo frío, cariño — respondió Baek — No quiero que te resfríes.

— Pero la calefacción está encendida — cuestionó Chanyeol. Quien después recibió una mirada amenazadora de su esposo.

— Puedes quitarte sólo el abrigo — finalmente cedió.

LuHan sonrió y empezó a quitarse la enorme cosa fuera de él. Una delgada sudadera era lo único que llevaba dentro. Sin que su madre lo viera, se quitó los guantes y los guardó en el bolsillo del abrigo. Entonces pudo respirar aliviado.

Volteó a verme cuando se dio cuenta que no había dejado de mirarlo, me sonrió inocentemente y tomó su celular para ponerle los auriculares y ponérselos después. Se quedó dormido minutos después. 

Baekhyun trataba de leer y entender las instrucciones de la carpa para dormir. — No entiendo nada. — lanzó la hoja en el salpicadero y de cruzó de brazos como un niño haciendo rabieta.

Your baby, he's mine. ➡ HunHan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora