Este libro está creado a base del reto de dibujo "InkTober", está conformado de diferentes one-shots o drabbles de varios shipps (o personajes) del anime/manga Boku no Hero Academia.
Cada día abarca un tema diferente (Utilizamos la lista oficial de...
Porque un árbol torcido "nunca" logra enderezar sus ramas.Y si lo hace, no será por siempre.
...
Era un ignorante ante el porqué de su estado actual, aunque si lo pensaba bien ¿cuándo había dejado de serlo?, o aún mejor, ¿cuándo es que "fingió" ser un ignorante bufón? Un joven que poseyó la aspiración de, algún día, llegar a ser un gran héroe; en tal estado deplorable, confinado entre unos grandes muros de cristal, encadenado de brazos y piernas, sellado dentro de la más profunda oscuridad.
Y pensar que todas esas experiencias, esa historia, esa realidad eran solo suyas; que completo y cruel engaño. Él era solo un engaño, una máscara, un títere que por un muñeco "no" tuvo hilos y que sin darse cuenta olvido que era solo un esquema imaginario, una vil fantasía.
Dicen que cuando una persona huye de su realidad; está lo busca, lo alcanza y lo ataca. Kaminari "Denki" era la prueba de eso; él, sin darse cuenta, escapaba de quien era en verdad. El primer síntoma: Escuchó una voz dentro de su cabeza que le reclamo su actuar. Segundo síntoma: Lograba ver una sonrisa tétrica en su reflejo. Tercer síntoma: No recordaba como llegaba a ciertos lugares. Cuarto síntoma: Ahora no solo escuchó una voz en su cabeza, sino que también tenía cortas memorias de personas que no conocía, entre ellas: Shigaraki Tomura ofreciéndole una de sus manos.
Todo eso, en un momento dado, le trajo pesadillas por las noches y deficiencia por las mañanas; quizás nadie se daba cuenta de todo eso, o quizás estaban más dentro de sus problemas para darse cuenta de lo dañado que se encontraba.
Solo dos personas fueron capaces de ver lo tan deteriorado que se encontraba. La primera persona, Jirou Kyoka...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Oí! ¡Denki!— La voz de la pelinegra intentaba perturbar el sueño de su compañero, las clases habían terminado hace unos diez minutos y ella había regresado porque se le había olvidado un libro. No pensó encontrarse al rubio llorando mientras que estaba dormido encima de su carpeta. —¡Kaminari!
Y fue que cuando escucho su apellido, el rubio despertó; tenía los ojos rojos e hinchados, su nariz con romadizo y una expresión de mucho dolor.
La pelinegra quedó perpleja ante la imagen de su amigo, la mirada del de Quirk eléctrico le decía que fuera lo que fuera que haya soñado, lo había dejado muy perturbado.
