La Ciguapa es una criatura mítica femenina parte del folklore de la República Dominicana. Un país donde habitan muchos entes desconocidos. Esta criatura es similar a una mujer india, cuyas piernas son excesivamente delgadas y los pies están orientados en sentido inverso. Son de piel morena, ojos rasgados, pequeñas y bajitas, aunque algo grotescas, su complexión no guarda proporción con un cuerpo humano, y están cubiertas de vello abundante. Sin embargo, se afirma que son increíblemente bellas de rostro, tienen el cabello suave, lustroso y largo, con él se cubren el cuerpo ya que no llevan vestimenta alguna.
Es de hábitos exclusivamente nocturnos, prefieren las zonas oscuras del bosque y el ambiente apartado de las montañas, de los cuales salen solo para buscar alimento o robar la sal, manteca y carne cruda de los hogares. A los campos se acercan para tomar el maíz y otros granos de siembra.
Se les considera entidades malvadas, dotadas de poderes mágicos capaces de embrujar a los hombres, acecha por las noches cerca de los pueblos en busca de algún caminante nocturno al cual embrujar, amar y luego matar.
Al parecer sienten mucho apego por los caballos; se les ha visto trenzando las crines y las colas, también cabalgando en las madrugadas por los llanos de las montañas. Nunca se le ha escuchado hablar, pero se sabe que emite aullidos y titeos similares a los de la perdiz.
Quien se interese en atraparla, puede hacerlo en un día de luna creciente, ayudado de un perro Jibaro o cinqueño blanco, pero todos prefieren dejarlas en paz ya que cuando están en cautiverio entran en depresión profunda y al final mueren. Así que la gente como medida de protección prefiere evitar mirarla directamente a los ojos, para escapar a su embrujo.
Su carácter nunca es amable, se inclina más bien hacia la melancolía y lo siniestro, se cree que esta tristeza que las envuelve es la razón de sus pies al revés. Y con esto último hay que tener cuidado, ya que sos huellas siempre apuntan al lugar contrario de donde se dirige.