Desesperado y ansiando irse, Christopher se encontraba en una cama de hospital contando los segundos para poder marcharse. Su esposa se encontraba junto a él, luego de recibir una llamada por parte del hospital. Lo observaba con preocupación y tristeza.
—¿De verdad te sientes bien? —interrogó nuevamente Elizabeth.
—Estoy bien cariño, sólo fue un desmayo.
Elizabeth tomó asiento nuevamente, mientras esperaban noticias del doctor. Llevaban alrededor de veinte minutos esperando y Elizabeth comenzaba a desesperar. Nuevamente, impaciente se levanta de su sitio y acto seguido el médico aparece.
Inmediatamente Elizabeth observa los papeles que sostiene en sus manos y sin quitar la mirada de él, lo observa dirigirse hacia Christopher.
—¿Qué tiene? —preguntó Elizabeth desesperada por saberlo.
—A pesar de haber sido un desmayo y de no estar presentando otros síntomas, creo que podría ser síncope. Por lo tanto, necesito hacerle algunos estudios —informa el médico.
—¿Síncope?, ¿qué es síncope? —interrogó Christopher, reflejando cierta impresión en su rostro.
—El Síncope es una enfermedad que consiste en la pérdida repentina y transitoria de la conciencia y el tono postural, ocasionando caídas debidas a la hipoxia (falta de oxigeno) a nivel cerebral, secundaria a una disminución del flujo sanguíneo que llega al cerebro. Usualmente es de corta duración y pronta recuperación de forma espontanea —informó y acto seguido continuó—.Sin embargo, sin tratamiento pueden comenzar los síntomas; desmayos, aturdimiento ligero, mareos, fatiga y sudoración.
—Doctor, pero no entiendo —comentó Elizabeth angustiada.
—Básicamente, el síncope es un desmayo o perdida del conocimiento por poco tiempo. Este puede ocurrir por diferentes factores, como por ejemplo estar mucho tiempo de pie, estar expuestos a una fuente de calor o demás. Hay distintos tipos de síncope y el fin del estudio que realizaré es determinar cual padece su esposo.
—¿Cuándo realizarán esos estudios? —preguntó Christopher.
—Hoy mismo —informó el doctor.
Elizabeth lo miró angustiada y observó cómo el médico se disponía a retirarse y no dejó de hacerlo hasta que estuvo fuera de la habitación. Entonces devolvió su total concentración a su esposo, por quien se encontraba muy preocupada. Le sonrió triste y se dispuso a sentarse junto a él.
—Tranquila cariño, voy a estar bien.
Luego de varias horas en el hospital y estudios, entre ellos, análisis de sangre, electrocardiograma, prueba de esfuerzo, ecocardiograma y la prueba de la mesa inclinada, el médico por fin tenía los resultados en sus manos. No era una enfermedad muy difícil de detectar, por ende, el proceso no era de días. Sin embargo, para Christopher y Elizabeth, había sido una eternidad —principalmente para Elizabeth— quien se había tomado más de tres cafés y había caminado por todo el lugar preocupada. La misma sintió alivio cuando médico estuvo frente a ellos a punto de informarle lo que decían los resultados. Desesperada por saber jugaba con sus dedos y en ciertos instantes mordía sus uñas.
—Es síncope vasovagal—informó el médico—. Considerando que el señor Caswell padece de anemia quiero informarles que esta puede contribuir con los desmayos del síncope. Sin embargo, en las pruebas de ecocardiograma y electrocardiograma no se encontraron enfermedades atacantes al corazón.
Entonces Elizabeth sintió cómo su pecho dolió. Para ellos, era bastante tener que combatir con la anemia y en lo personal, para ella eran días constantes de preocupación. Sin embargo, sentía un poco de alivio al escuchar que su esposo no tenía problemas de corazón.
—¿Cuál es el tratamiento para ello? —preguntó Christopher acariciando la mano de su esposa.
—Le entregaré su propia medicación. Por ahora, se requiere con cambio del estilo de vida —contestó el médico.
—¿A qué se refiere? —interrogó ahora Elizabeth.
—Christopher debe cambiar su estilo de vida, comenzar con unas terapias para disminuir la acumulación de la sangre en las piernas, requiere comenzar con unos ejercicios en los pies o tensar los músculos de la pierna mientras está de pie. Además, aumentar la sal, evitar estar de pie durante mucho tiempo, en especial en lugares calurosos, tomar mucho líquido y disminuir el estrés. Si sigue las indicaciones el pie de la letra le aseguro que su esposo mejorará. Por otra parte, de seguirlas y no funcionar, tendré que reescribir una nueva medicación —informó el médico.
Sin más, el lugar quedó en silencio y el médico le entregó su medicación a Christopher, informándole también que ya podía volver a casa. Ansioso se levantó de la cama donde yacía, tomó a Elizabeth de la mano y salió de allí, no sin antes agradecer y desear feliz tarde al médico. Tomados de las manos aún, salieron del hospital y observaron la pequeña línea de taxis que yacía en lugar. Sin más, ambos se acercaron para tomar uno que los llevase directo a su casa. En la mente de Elizabeth, lo único que ella necesitaba para estar en total tranquilidad era que su esposo se acostara a penas llegase; y eso fue lo que ocurrió.
Luego de tomar un taxi y estar en él alrededor de quince minutos, por fin estaban en casa. Christopher estaba acostado en su habitación descansando mientras Elizabeth se encargaba de hacer una cena rápida.
Entonces Christopher se levantó de su cama, buscó su medicación y comenzó a leer.
El uso del siguientes fármaco: Acetato de fludrocortisona.
Dejó el papel en su mesa de noche luego de saber lo que debía comprar y recordar lo que el médico dijo que debía realizar. Se levantó de la cama dispuesto a dirigirse hacia la cocina, debido a que dejando atrás el tema de su enfermedad estaba preocupado por su trabajo y necesitaba descansar.
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Una noche más. |Terminada|
General FictionChristopher Caswell es felizmente casado y vive una vida tranquila junto a su esposa Elizabeth. A sus 26 años de edad se dispone a dedicar su tiempo al máximo junto a quien sería su compañera de vida, pero mientras Elizabeth goza de excelente salud...