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La noticia sobre la muerte de Elizabeth les había llegado en el momento menos esperado, la familia se encontraba emocionalmente decaída. Habían pasado seis horas desde que dicha noticia les impactó y la familia se encontraba pensando en el funeral de Elizabeth, pues, no deseaban que pasara días en una morgue ni mucho menos observar su cuerpo descompuesto.

El padre de Elizabeth se encontraba junto a Christopher contratando el servicio necesario para el funeral que se llevaría a cabo por la tarde. Por otra parte, la señora Eli se encontraba en casa de su yerno completamente destrozada y desconsolada. Sentía cómo cada latido de su corazón dolía mientras trataba de calmar su llanto. Sin embargo, cada espacio del lugar le recordaba a su amada y única hija.

Cuando el medio día se acercaba y los amigos más cercanos habían sido informados de la terrible noticia, la empresa de la morgue se había encargado de trasladar el cuerpo a la funeraria, donde habían decidido organizar el velorio. El padre de Elizabeth se había encargado de recoger a su esposa y para cuando se encontraron en el lugar,  colocaron unas coronas alrededor de la urna apenas el personal terminó con su trabajo. Observaron a su hija y sintieron que no estaban listos para despedirla, por lo que permanecieron junto a la urna hasta el momento que las personas comenzaron a llegar. Entonces, el padre de Elizabeth tomó a su esposa de los hombros y posteriormente se retiró junto a ella.

En el lugar, se escuchan cómo algunos amigos cercanos y familiares se acercaban a dar el pésame a Christopher, quién yacía en una de las sillas que se habían colocado y posteriormente se dirigían para realizar el mismo procedimiento con los padres de Elizabeth.

Una hora más tarde, Christopher no se había acercado en lo más mínimo a la urna, la expresión que permanecía en su rostro reflejaba dolor, por lo que algunas personas sintieron compasión hacia él. Para cuando el joven se disponía a salir del lugar queriendo desahogarse, observó como varios compañeros de trabajo y su jefe se acercaron hacia él.

—Mis condolencias, Christopher —le abrazó su jefe.

Luego de escuchar las condolencias por parte de sus compañeros de trabajo, Christopher agradeció a todos por venir y seguidamente tomó asiento de nuevo. Michelle, quien lo observó realmente mal, se sentó junto él y lo abrazó.

—Lamento mucho que estés pasando por esta situación, si necesitas algo sólo avísame.

—No puedo creer que esto esté pasando —susurró Christopher.

—Te entiendo. No estás solo, nosotros estamos aquí para apoyarte —informó Michelle, refiriéndose a sus compañeros de trabajo.

—Te lo agradezco.

Inmediatamente Christopher se levantó de la silla, caminó fuera del lugar donde, logró sentarse en una roca y entonces comenzó a llorar. Sentía que la vida ya podría seguir sin su amada esposa, que el dolor en su pecho no cesaría.

— ¿Por qué Elizabeth? ¿Por qué te fuiste de esa manera? —preguntó al aire—. ¿¡Cómo se supone que siga adelante sin ti!?

Luego de esto, llevó sus manos al rostro y cubrió sus ojos, respiró profundo y trató de calmarse; necesitaba despedirse de su esposa. Sin embargo, sentía que las fuerzas para ser capaz de observar a la mujer de su vida muerta, le faltaban.

—Christopher ven, levántate de allí —le pidió Michelle.

Sin embargo, el mismo la ignoró por completo y siguió respirando profundo. Michelle lo observó con tristeza y caminó hacia él, colocándose así frente al mismo y posteriormente abrazándolo. Michelle escuchó cómo su compañero de trabajo se desahogaba en su hombro y sacaba el dolor que llevaba por dentro.

—Todo estará bien, no estás solo —le repitió Michelle.

Hora más tarde, la funeraria estaba por cerrar y las personas comenzaban a retirarse; entonces Christopher se armó de valor y se acercó a la urna donde yacía su esposa. La observó fijamente y notó cómo sus labios se habían tornado morados y su piel completamente pálida, la vida se le había escapado en cuestión de horas.

—No sé si pueda vivir sin ti —le comentó Christopher—. Pero te juro que lo intentaré. Me es completamente imposible aceptar que ya no te podré ver, ni mucho menos abrazar. Aún nos quedaban muchos años por vivir juntos, ¡se suponía que lo haríamos! Te amo Elizabeth, eres la mujer de mi vida.

—Christopher, debemos irnos —le informó su suegro.

—Un minuto, sólo un minuto —le pidió.

—No tardes, este lugar está por cerrar.

—Luces realmente hermosa, cariño. Sólo espero que podemos estar juntos de nuevo en otra vida, porque en esta no nos alcanzaron los años. Aún tenía mucho amor para darte, ¿¡Por qué no vuelves!? —interrogó comenzando a llorar nuevamente—. Adiós, mi amor.

Christopher bajó lentamente la madera que le quitaría la vista hacia su esposa y posteriormente se retiró junto a sus suegros. Los mismos, estaban esperándolo dentro del auto y para cuando el joven subió, el padre de Elizabeth colocó el auto en marcha hacia la casa de Christopher, donde, llegaron quince minutos más tarde. Inmediatamente la familia bajó del mismo y se adentro a la casa.

—Pueden pasar la noche acá si desean, no tengo problema con ello —informó Christopher.

—Sí, supongo que pasaremos la noche aquí. No pensamos dejarte solo, esto es muy difícil para los tres —respondió su suegro.

—Ya lo sé, señor Alex. No sé si pueda seguir adelante después de esto.

—Christopher, necesito saber que ocurrió con mi hija —pidió Eli—. ¿Cómo es que está muerta?

—No pienso mentirle, Elizabeth recibió ese impacto de bala cuando veníamos a casa luego de comer. Alguien intentó asaltarnos y yo intenté quitarle el arma a ese hombre —informó.

— ¿¡Que!? ¿¡no venían en auto!? —interrogó su suegra, levantándose del lugar donde yacía.

—No, señora. Decidimos caminar hacia el lugar.

— ¿¡Cómo es posible que prefieras que ocurriera un accidente en lugar de entregarle a ese hombre lo que quería!? —interrogó la señora, completamente exaltada—. ¡Siento que es tu culpa que mi hija esté muerta!

—Cálmate Eli, no es su culpa —trato de calmarla su esposo.

— ¡No puedo quedarme tranquila sabiendo que mi hija estará bajo tierra mañana! ¡tenemos que colocar la denuncia, debemos decir que mi hija fue asesinada por ese hombre que intentó asaltarlos!

—Quizá en eso tengas razón, es posible que la policía quiera tomar la declaración de Christopher—caminó hacia su yerno—. Si logras recordar y describir al hombre que mató a mi hija, es posible que logren atraparlo. 

Una noche más. |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora