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Luego Christopher subió al auto, fue entonces cuando sus suegros hicieron lo mismo y posteriormente el padre de su ex esposa condujo hasta su casa. Los tres salieron del vehículo apenas el auto se encontró estacionado frente a la pequeña y acogedora casa. Seguidamente se adentraron a la misma y sin más, se dirigieron a su respectiva habitación.

Christopher se sentía desolado, el gran vacío que había llenado Elizabeth comenzaba a carcomer cada parte de su ser. Se sentó en el borde de la cama y quitó sus zapatos, posteriormente llevó sus manos hasta su rostro y sin poder evitarlo, unas lágrimas desplazaron sus mejillas.

—No puedo estar sin ti, Elizabeth —susurró el joven con voz ronca.

Seguidamente recostó su cuerpo en la cama y sintió un leve cansancio recorrerlo, a lo que las lágrimas dejaron fluir y el sueño se apoderó de él. Las horas transcurrían y la señora Eli, por otra parte realizaba algo para cenar, sabía que en medio de la desgracia por la que estaban viviendo, debían salir adelante y ser fuertes; para eso, comer era algo fundamental. Para cuando la cena estuvo lista, se dirigió hacia el cuarto donde Christopher yacía y no dudó ni un segundo en despertarlo.

—Christopher, debes levantarte ahora. Es importante que comas —comentó la dulce mujer.

—Realmente lo aprecio —respondió Christopher adormecido—. Pero no tengo hambre.

—Vas a comer, quieras o no. Te espero en la mesa.

Sin más, la señora Eli se retiró y Christopher sintió que no tenía otra opción. Con malestar, se levantó de la cama y se dirigió hacia la mesa donde yacían sus suegros, tomó asiento y posteriormente sirvió un poco de la comida que se encontraba allí.

— ¿Debes presentarte mañana en la estación de policías? —interrogó su suegro.

—No tengo idea, dijeron que buscarían el arma. Quizá ellos mismos nos hagan una visita.

Luego de cenar, la familia volvió a sus respectivas habitaciones y para la mañana siguiente, una llamada a la puerta llevó a la señora Eli tener que despertar inmediatamente a Christopher.

—Oye, Christopher. Debes levantarte ahora, los investigadores están aquí.

Christopher reflejó disgusto en su rostro y posteriormente se levantó de la cama.

—Iré en 5 minutos.

Se dirigió al baño y acto seguido, realizó su pequeña rutina diaria. Se dirigió inmediatamente hacia la pequeña sala que se encontraba en su casa y observó a los detectives hablando con su suegra.

—Buenos días —saludó.

—Buenos días, señor Caswell.

Los detectives se levantaron de su respectivo asiento y estrecharon sus manos con la de Christopher, posteriormente los tres tomaron asiento, los detectives intercambiaron miradas entre si y seguidamente dijeron:

—Encontramos el arma —informó uno de los investigadores —. La misma se ha enviado a investigar y necesitamos que Christopher nos acompañé a la estación para tomar sus huellas dactilares.

—Perfecto, entonces vamos ahora mismo.

Christopher se levantó de su asiento seguido de los investigadores y seguidamente, caminó hacia la salida. Con confianza, abrió la puerta y se dirigió hacia el auto, donde esperó un par de segundos hasta que uno de los hombres le abrió la puerta. Por otra parte Eli, se encontraba de pie y mantenía su mirada fija en su yerno; la misma se sentía angustiada por Christopher, por ende, se mantuvo allí hasta el momento en el que el auto partió y seguidamente llamó a su esposo.

Una noche más. |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora