Pequeña 2/3

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Simon POV

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Simon POV

Han pasado 2 meses desde que fuimos a aquella consulta donde me dijeron que estaba esperando un hijo de Baz.

En total llevó tres meses de embarazo.

A la primera y a la única persona que le hemos dicho de esto es a Penny. Y parece que le dijimos que corriera hacia nuestro encuentro, porque en menos de cuatro horas después de que le hubiéramos dicho, ella ya estaba aquí en Londres. Claro, Penny estaba en Estados Unidos con Micah y verla llegar a la puerta de nuestro departamento de repente con un montón de maletas fue algo sorprendente y a la vez raro.

¡Estoy embarazado, no me estoy muriendo!

Pero bueno, no me arrepiento de nada, Penny se ha comportado como una madre.

Todo el tiempo se la pasa revisando si me encuentro bien, si me hace falta algo, o en ocasiones extremas, me prohíbe hacer ciertas actividades.

Baz es otra cosa. Él se ha vuelto más cariñoso de lo normal, me consiente mucho, me besa dulcemente todo el tiempo, y en las noches, cuando nos acostamos para dormir, suele acariciar mi pancita, abrazarla y dar besitos en toda el área. En algunas ocasiones suele hablarle al bebé diciéndole lo mucho que lo amamos, contándole sobre nosotros dos y sobre la gran (aunque pequeña) familia que lo espera con mucho amor.

Nunca había visto a Baz tan feliz y sonriente como lo está desde que nos avisaron de mi embarazo. No es que yo no lo esté también, pero es que en verdad, Baz no era de las personas que te sonreían cuando las veías pasar en la escuela, y si hacías un chiste de lo más gracioso, tampoco sonreía ni se reía, mantenía esa expresión seria que hasta antes había tenido. Ahora todo cambio y yo estoy feliz por ello.

En este preciso instante está con una sonrisa resplandeciente.

Está acariciando mi pancita, incado en el piso.

—Hola bebé, soy tu papá y me llamo Baz —dice dulcemente—. Yo amo mucho a tu mamá.

Le doy un ligero golpe en el hombro, mientras suelto una risita.

—Bueno, solo le diremos así cuando este dormido —susurra cerca de mi pancita, me voltea a ver y me sonríe—. ¡Ay, mi bebé! no sabes cuanto Simon y yo deseamos tenerte entre nuestros brazos, para cuidarte y consentirte.

—Sí, mi lindo bebé, no sabes cuanto anhelo abrazarte —digo.

Baz me sonríe y se acerca para besarme en los labios.

—Te amo —me dice—. Sé que serás un gran padre.

—Tú también lo serás.

—Tú también lo serás

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SNOWBAZ  One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora