※Ocho (Capitulo Flashback)

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—¡Adam, llegó Stephanie! la voz de mi mamá llegó a mis oidos desde mi habitación, si que tenía unas cuerdas vocales bastante potentes ésta mujer.

—!Ya voy! —grité de vuelta y agarré mi mochila con todas mis cosas.

Hoy me quedaría en casa de mis abuelos junto con Emi, ellos se iban de viaje y mi tía se quedaría sola en casa, por lo que era perfecto para nosotros.

Bajé las escaleras corriendo y abracé a mi tía por su cintura, mientras ella me rodeaba con sus brazos y acariciaba mi cabello con cariño.

—Tú estas cada vez mas alto y grande, sacaste la misma maña de hacer ejercicios al igual que tu padre.

—Qué puedo decir, hijo mío. —dijo papá golpeando su pecho a lo muy macho.

Y bueno, la verdad es que gracias a él habia comenzado con el gimnasio, aparte que trabaja ahí algunas veces, y entrenaba la mayoría del tiempo.

—¡Tía! —la voz de mi hermana se escuchó a nuestra espalda y mi tía le sonrió en grande al ver como se tiraba a sus brazos.

—Y ésta pequeña igual a su madre, menos mal que no le dió por teñir su cabello verde.

—Mamá no me deja, y ya he visto fotos donde tiene el cabello de color y no sé por qué yo no puedo. —mi hermana se quejó mirando a mi mamá.

—Eres muy pequeña, aparte tu cabello es hermoso y si lo tiñes como yo lo tenía antes, te lo arruinarás.

Negué con mi cabeza y miré a mi tía divertido, ésta era conversación de todos los días.

Nos subimos al auto de mi padre ya que él nos iría a dejar a casa de mis abuelos, mi tía no manejaba, decía que le ponían nerviosa los autos y con el tráfico de Miami, no queríamos ningún tipo de accidente.

Cuando llegamos a casa nos despedimos de mi papá y entramos rápidamente, aún era de día, nos habiamos ido temprano ya que queríamos aprovechar la piscina y estar todo el día en ella, hacía mucho calor y prefería ésto que ir a la playa rodeados de gente. Subimos a nuestras respectivas habitaciones y nos cambiamos de ropa -mis abuelos nos tenían una habitación para cada uno-, bajamos las escaleras corriendo y corriendo nos fuimos hasta llegar a la piscina y darnos un chapuzón como siempre hacíamos con mi hermana. El agua estaba perfecta, daba el sol durante toda la tarde por lo que mantenía el agua tibia, y en la noche era aun más deliciosa el agua.

—Iré hacer algo para almorzar, no se ahoguen. —nos advirtió divertida y nosotros sólo asentimos mirándola con una sonrisa.

Mientras ella estaba en casa, su pasatiempo preferido era cocinar, y más aún cuando estábamos nosotros, que sin duda subíamos al menos unos cinco kilos cada vez que veniamos a casa de mis abuelos. Nos hacía de todo, tanto cosas dulces como saladas, y todo eso lo había aprendido de mamá. Ella le había enseñado hacer diversos pasteles y dulces cuando tenía mas o menos mi edad, y le gustó mucho cocinar así que se compró un libro de recetas y todos los fines de semana preparaba algo distinto. Tenía mano de monja.

—¿Crees que le vuelva a dar una crisis como la otra vez? —mi hermana habló a acercándose a mi mientras arrastraba con ella un flotador.

—No lo sé —dije haciendo una pequeña mueca con mis labios—, pero espero que no. Odio verla en el hospital.

—Ella no merece sufrir ésto, la vida es injusta con la personas buenas.

Dijo Emi mirando hacia el agua con su ceño fruncido. Todos en la familia adorabamos a mi tia Steph, y para todos era muy injusto que sufriera de esta enfermedad; ella no lo merecía.

YOU & I (Terminada - SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora