※Quince (Final)

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Estuve toda la mañana pensando en lo de Elizabeth y también pensé en que necesitaba hablar con ella, le dijo cosas muy importantes a Emma que me habían dejado descolocado y sentía la necesidad de conversar con ella y pasar aunque sea unos minutos a su lado.

La vida me enseñó que a veces es muy corta y a penas alcanzas a disfrutar de ella, la vida me quito a una persona muy importante para mí en un abrir y cerrar de ojos, y me quedé con muchas cosas para decirle y ahora sólo podía hablarle al aire esperando que las palabras llegaran a sus oídos en dónde sea que esté.

Toque la puerta de su casa y quien abrió fue su madre, me quedé conversando unos minutos con ella hasta que le pedí permiso para subir a la habitación de su hija y ésta sin pensarlo mucho me dijo que subiera.

—Adam... —la voz de la señora a mis espaldas me hizo voltear a mitad de la escalera— Ella ya está mal, no es ni siquiera la Elizabeth que era hace dos días atrás —sus ojos brillaban y podía ver cómo sus manos daban pequeños tiritones—, y no sé cuanto tiempo le queda pero lo que estes allá arriba te pido que la hagas reír, que la hagas sonreír como hace tiempo no lo hace, por favor.

Aquellas palabras me llegaron directamente al pecho, era horrible escucharla hablar así.

—Se lo prometo —dije con seguridad viendo como me daba una sonrisa y luego se iba camino a la sala.

Terminé de subir las escaleras y me planté detrás de su puerta totalmente nervioso, no la veía hace mucho y conociendo esta enfermedad sabía que avanzaba muy rápido y nuevamente no sabría con qué me encontraría detras de su puerta. Toqué un par de veces pero nadie contestó, así que volví a tocar ésta vez un poco más fuerte pero nuevamente había silencio, no pude ocultar el miedo y abrí la puerta encontrándome con ella acostada, con su piel más palida y delaga que antes y con su pecho subiendo y bajando lentamente.

Ésta era otra Elizabeth, no era la que yo conocí, no había nada.

Entré despacio a su habitación y dejé la puerta junta mientras caminaba hasta la silla que había a un lado de su cama, no quería despertarla, parecía agotada. Pero las pocas pestañas que le quedaban  comenzaron a moverse hasta que abrió sus ojos y me regaló una sonrisa cansina mientras los cerrab nuevamente.

—¿Qué haces aquí, Adam?... Tú deberías estar aprovechando a tu novia. —dijo con voz rasposa acomodándose en la cama con algo de dificultad.

—Quise venir a verte. —me levanté para ayudarla al ver que le estaba costando trabajo sentarse y esta no puso resistencia— Quería pasar un tiempo contigo.

—Debo sentirme privilegiada entonces... —recostó su cabeza en la almohada y me quedó mirando con sus ojos cansados— Me siento muy cansada, Adam... Estoy muriendo de a poco.

—No digas eso...

—Es la verdad. —me corto alargando su brazo hasta que su mano rozó la mía— Y supongo que Emma te dijo que la fui a ver, ¿Verdad?.

Lamí mis labios y tomé su mano fria y huesuda entre las mías, estaba helada.

—Sí.

Ella sonrió divertida y paso una mano por su rostro pálido— Era necesario hacerlo y ojalá no te enojes conmigo. No quería irme con todo eso adentro y necesitaba sacarlo para estar tranquila.

—No hables como si fueras a morir mañana...

—Es que no sé cuando lo haré, Adam. Y puede ser en cualquier momento y quiero aprovechar de decirte que fuiste el mejor hombre que pude conocer en mi vida, y aunque cometí el error mas grande contigo quiero que sepas que siempre seras especial para mi, siempre seras mi primer amor y eso no lo voy a olvidar nunca.

YOU & I (Terminada - SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora