D i e z

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Dedicado a IsPolar_

Capítulo 10 | ¿Cita?


Flor

Una simple y sencilla palabra define mi día completo, esa es el "Aburrimiento"

No encontrar nada que hacer, ni con quien con compartir, hablar y que se yo cosas así, pero el único amigo que siempre esta ahí y me acompaña es el aburrimiento. Pero olvidemos un poco esa palabra y busquemos que hacer. Y comienzan así a pasar los segundos, los minutos, las horas y todavía ando tirada sobre la cama mirando hacía el techo, pensado en nada porque tengo la mente en blanco.

"Toc, toc, toc, toc"

La puerta suena, me levanto al instante y voy a abrir. Al abrir me topo con una cara conocida, es Eliot vestido de una manera elegante y estoy totalmente pasmada, está bien guapo hasta se peino.

¡Que raro!

— Tu eres Eliot, ¿verdad?—le digo haciendo me la confundida, parpadeando dos o tres veces porque no lo creía—. No serías un hermano perdido.

—¿Acaso no se nota quién soy?—Sonríe luego me guiña el ojo.

—No te reconozco, con eso—Señalo su traje.

—Recuerdas lo me que prometiste.

¡No!

Esperate sí...

Ahora mismo mi mente tiene problemas para recordar.

— Claro no se me olvida nada—miento.

—Eso ni tú te lo crees, admite que lo olvidaste—Él declara.

Dudo un momento antes de responder, porque a mi nunca me gusta quedar mal ¡jamás! pero tampoco soy capaz de seguir mintiendo en su propia cara sabiendo que el es bueno al detectar mis mentiras por más locas y raras que sean, no por algo lo considero mi mejor amigo.

—Va tienes razón—le digo de la mala gana—. ¿Qué fue lo que prometí?

—La cita—Aclara él.

—Oh, la cita. ¿Qué cita? La del dentista. No recuerdo haberte dicho que iríamos a chequearte los dientes, pero si quieres ir no hay problema y más porque fue una promesa.

—No...eso no era, es que...

—No te avergüenzes todo el mundo va al dentista—Le doy una palmada en el hombro y le dedico un sonrisa sincera.

Sin esperar su respuesta como rayo voy corriendo a mi habitación, me pongo una blusa más que decente que la pijama y unos jean negros bastantes clásicos al estilo de los 60. Por lo menos hoy no será tan aburrido. Luego llego cierro la puerta, y todo bien, todo perfecto.

—No vamos, bella dama—Me toma del blazo, tipo como un padre que lleva a su hija al altar—. Sabes que no vamos al dentista.

—No te hagas él niño bueno con esos apodos, se que quieres algo—contesto seria, me monto en su espalda para que me lleva a caballo—. Y lo sé.

¡No, bájate! vas a arruinar el traje de mi papá.

—Ya esta bien, solo porque soy buena gente—respondo mientras muestro mi peor cara.

—Hey no te lo tomes a mal.

Ruedo los ojos para seguir con el camino a la cafetería del centro.

¿Dé qué estas hablando? ¡No te entiendo!

—Bajale al drama estamos en la calle—responde soltando un carcajada.

Camino hacia delante ignorando lo que acabo de decir y moviendo de un lado a otro mi hermoso cabello, haciéndome de cuenta que no oí ese comentario ofensivo a mi persona, me llama dramática y me impide actuar como quiero por lo que la gente vaya a decir. Siento decirlo así pero odie lo último que dijo.

¡No te escucho!

—Si capitán estamos listos—responde él siguiéndome el juego, tan lindo.

En ese instante nos echamos a reír como locos.

—No puedo contigo, eres demasiado raro. 

—Mira quien lo dice, por supuesto tú, me enseñaste todo lo que sé.

Llegamos como era de esperarse, a esa cafetería bonita que no quedaba tan lejos del apartamento solo como un par de calles. El lugar como siempre con montones de decoraciónes por todos lados, lleno de colores e iluminaciones, además de un gran multitud de personas cabe destacar.

Decidimos, bueno yo decidí, sentarnos al fondo, en el único lugar que no estaba ocupado.

—Todavia no entiendo, que venimos a hacer aquí. Yo tenía ganas de ir al dentista—digo muy dudosa, bastante diría yo.

—Suelta en banda al dentista, hay algo muy importante que tienes que saber y quiero decirtelo ahora, ¿sí?—expuso cerrando los ojos, ganándose una mirada curiosa de mi parte.  Que podía ser tan importante que lo hacía estar tan nervioso, y abrió sus ojos— Cada día, cada noche hasta de madrugada me la pasó pensando en como decirte esto y no puedo evitar pensar en cual sería tu reacción, sin embargo tengo miedo de tu respuesta porque probablemente sé cual será—lo corto, no quiero que siga hablando sin decir nada importante.

—Me estas asustando, hablas demasiado, y tú, casi no hablas.

—Yo...

¡Hola lectores bellos!
Aquí una nueva parte narrada por Flor
¡Esperó les haya gustado!

Pregunta

¿Qué creen que le dirá Eliot a Flor?

(Piensen con sabiduría )

El perfecto mundo de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora