someone to you; luke hemmings

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l í a 

Desde que Luke había subido la foto conmigo nos mantuvimos al margen de las redes sociales. No volvió a mencionarme o a mostrarme, pero incluso así todo seguía difícil con los haters.

Me enviaban mensajes, amenazas, nos seguían en la calle. Luke me defendía cuando podía pero era agotador, estaba cansada de esto.

Ahora nos dirigíamos a la playa, sin Addy que había ido al cine junto a Ashton. Últimamente estos eran muy buenos amigos pues la mayoría de los días en los que Addy no estaba era porque salía con éste. 

Luego, veinte minutos después de llegar, instalarnos y tocar el agua para decidir que estaba helada, decidimos tirarnos en la arena y esperar la muerte ahí.

—Jodido viento —refunfuñó, tenía razón, el viento estaba helado a pesar del sol caluroso que nos envolvía. 

—Apuesto diez dólares a que no te metes en el mar y luego sales para que la brisa te seque.

—¿Estás demente mujer? ¡La brisa me va a congelar! 

—50 dólares —rodó los ojos.

—Lía, 50 dólares los gano con solo subir una foto a instagram. ¿Qué tal mejor un polvo en el mar? —alzó las cejas coquetamente.

—Un polvo en un sitio no público —contra-oferté, asintió satisfecho y se puso de pie. 

Sabía que Luke no lo haría, se metería en el mar y no saldría nunca con tal de no luchar contra el frío. Era un miedoso. Se quitó la camiseta y corrió al mar adentrándose en él.

—¡Soy Hemmatron! —lo escuché gritar y luego unos sonidos inlegibles cuando una ola lo hundió.

Me cubrí la boca intentando dejar de reír, le había golpeado directamente en el rostro. Desde ahora definitivamente sería mi recuerdo favorito de él.

—¡Ven para acá, Lía! 

—¡Ni de coña, Está helada!

—No, no lo está.

Sabiendo muy bien que tenía razón caminé hasta él y hundí mi pie en el mar sacándolo de inmediato.

—¡Está más fría que la misma Antártida, Luke, ¿qué te pasa? —se encogió de hombros. 

—Quizá el frío afectó mi termómetro corporal. Bueno, no interesa, ven para acá o te voy a buscar.

Negué repetidas veces, pero de inmediato Luke salió del mar y corrió detrás de mí.

—¡Aléjate idiota o grito por ayuda! ¡Aaah! —me sujetó de la cintura y corrió de vuelta al mar, metiéndome con él— ¡Por la mierda, me congelo! —le lancé agua e intenté salir pero volvió a tomarme en brazos.}

—¡Ya no está fría! —le di una mirada afilada— No te enojes, ya la calenté con mi sensualidad.

—Te juro que estoy a nada de dejarte aquí en la playa y regresar a casa calientita —le lancé una ola que hice con mis brazos. 

—¡Hey! —agarró una cantidad estúpida de agua en sus manos y me la lanzó, iniciando así una batalla.

Rato después estábamos cubiertos por toallas abrazados intentando recuperar un poco de temperatura corporal mientras veíamos el sol bajar cada vez más.

—¿Puedo preguntarte algo? —murmuró, asentí— ¿No has pensado en llamar a tu mejor amiga? 

—¿A Phoebe? No, ¿por qué de pronto te interesa?