suicidio

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Vivir... soy consciente de que no existen verdades absolutas, solo perspectivas distintas de mirar las cosas, pero cuando escucho la palabra vivir pienso en felicidad, en experimentar, en arriesgarse, llevo 18 años de mi vida sintiendo que no vivo realmente como debería, 18 años perdidos en la inseguridad y el miedo, pensando que tal vez no merezco vivir, pensando en que este privilegio lo merece alguien que esté dispuesto a aprovecharlo.

Me miro todos los días al espejo después de levantarme y me pregunto ¿qué rayos hago con mi vida?, si hago todo lo que quisiera, en este momento estaría recorriendo la ciudad a altas horas de la noche riendo como loca y probando el sabor amargo de la mariguana con un vestido color pastel y unos convers blancos, o tal vez... en casa de una amiga con una piyama absurdamente ridícula color rosa saltando frenéticamente en su cama mientras le cuento todos mis secretos y nos reímos de lo raras y locas que son nuestras vidas después de habernos visto toda la saga de crepúsculo como un par de niñas tontas e infantiles, o por qué no, estaría en un bailadero embriagada por el sabor picante de la noche, entrelazada apasionadamente con el amor de mi vida, mientras nuestro sudor se pierde en la melodía de la orquesta y el calor que provoca el movimiento, en este momento estaría haciendo tantas cosas, estaría en clases de canto, o de piano, tal vez si decidiera hacer con valentía todo lo que quiero sabría bailar música árabe y tocar el violín, ya habría publicado un libro o estaría ayudando gente como toda una psicóloga pero es ahí donde el miedo de sobrevivir aparece.

Sobrevivir... supongo que es la sensación de sentir que te ves obligada a hacer lo que el resto te imponga, es como ese límite entre la vida y la muerte, es estar en la cuerda floja no se es feliz pero tampoco se pierde la oportunidad de serlo, es morir lentamente con la esperanza de sentirte vivo, es resignarse a ser feliz, simplemente se vive como parte de una población mas no como una persona individual.

Quisiera vivir sin temor a nada sin tener que resignarme a solo sobre vivir y tampoco sin temerle a la muerte, a la inevitable e impredecible muerte...

Morir... es cuando tu vida acaba, cuando se supone has cumplido todos tus sueños y has logrado ser feliz, para algunos es así para otro sencillamente no, por un accidente, el destino o mala suerte tal vez, es impredecible, la muerte llega sin avisar al que menos se lo espera o simplemente le llega al que la necesita con desesperación.

Siempre me he preguntado que se sentirá morir, que pasara después de eso, honestamente no creo que haya algo más después de la muerte, la lógica me impulsa a creer que de ser así el cielo estaría demasiado lleno para entrar todos en él, es decir... somos tantas generaciones, me es difícil creer que haya un punto de encuentro para nuestras almas, pienso que simplemente nuestra esencia se pierde en la fría brisa que sopla el viento y dejamos de existir, simplemente eso, dejamos de ser.

Si mi perspectiva de ver la vida fuese la correcta solo sé que no quiero limitarme a sobrevivir, tampoco abatirme ante la muerte y entregarme a ella sin más, quiero reunir el valor para hacer todo aquello que amo y me hace inmensamente feliz como el hecho de poder expresarme con estos símbolos complejos llamados palabras, quiero ser fuerte para no permitir que nadie opaque mis sueños con sus críticas, ser luchadora y perseverar en mis metas, y vivir...

En la vida es valiente aquel que murió luchando dicen algunos, para los que deciden llamar a la muerte prematuramente no existe la valentía ni el honor, morir es la parte sencilla es el final, es descanso, es la meta, lo realmente difícil es como se llegar a ese final, es el camino que suele ser a veces parcialmente trágico y doloroso, lo realmente difícil es vivir.

El suicidio no es un acto de valentía, pero vivir a pesar de la adversidad ese sí que es una muestra de valor absoluto.

Relatos de un corazón frágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora