¿Quién soy sin ti?

18 2 0
                                    


Solo basta ese incómodo momento que marca recuerdos, esa cruel frase que suena a verdad, esa amarga mirada que cae sobre la costumbre, solo basta cometer un solo error para cuestionar lo que siento, la forma en que antes veía todo tan hermoso y perfecto deja caer el telón y relucen aquellas espinas que trague con esfuerzo, esas que sin pensarlo deje pasar a través de mi garganta rompiendo cada esfuerzo por gritar la inconformidad que sentían mis manos al quedarse estancadas en la misma posturas. Solo basta escucharte hablar un momento para saber que no es lo correcto, las cosas que dices golpean mi pecho y me hacen sentir pequeña, tan débil y patética que incluso empiezo a creerlo, empiezo a creer que no merezco más de lo que me das, que todo lo que tengo es gracias a ti, que no podría seguir sin ti. Tú, la única razón que inspira una sonrisa en este amargo rostro, impide a mi alma sentirse libre, atada a cada emoción que tu grabaste en esta ingenua cabeza, que me es imposible tan solo imaginar que puede haber más allá de tus ojos, cegada ante lo hermoso que aparenta ser la vida a tu lado, he fijado un camino en recto hacia tus deseos, he trazado un futuro en el que solo soy un adorno para alcanzar tus metas, ¿Quién soy?, ¿Quién soy sin ti?, no sabes cuánto quisiera saberlo, estoy sentada justo en ese incomodo recuerdo después de escuchar esa cruel frase y recibir de ti tan amarga mirada, aquí después de presenciar tal error cuestionándome acerca de lo que siento, quejándome del dolor agudo que producen tus espinas, intentando gritar, gritarte que estoy harta de escucharte romper mi autoestima, harta de sentirme inútil, harta de resignarme a estar siempre en el mismo sitio, no eres una razón, eres un obstáculo que me impide ver más allá de lo que a mi felicidad respecta y es que me cohíben tanto tus palabras y me atrapan tanto tus miradas que puedo sentir como me encierro en este momento, quiero escapar de tan amarga sensación, pasar de ti para siempre, correr tan rápido que para cuando haya llegado ni te des cuenta que me fui y entonces desde aquella cima tan alta pueda mirarte así de pequeño como me hacías sentir que ya no tema dar la vuelta y seguir, seguir tras un propósito más allá del miedo.

Relatos de un corazón frágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora