dime tu que todo lo sabes...

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Llevo años intentando descubrir el misterio que guardan las palabras jamás dichas, esas que se refugian en miradas y gestos, analizando cada palabra a pesar de que su definición radique en el tono con que se diga, observando cada sonrisa sobre todo las que no son de felicidad, caminando por caminos sin rumbo esos que llevan a paraderos desiertos sin mapa ni guía, imaginando lo perfecto, lo soñado, lo que todo el mundo espera, lo que realmente no existe...

He utilizado mi tiempo para crear finales a situaciones que no han terminado, a llorar tragedias que aún no han pasado, a suponer ideas de mí que nadie ha pensado, a dar por hecho el éxito de un proyecto que no ha iniciado, a esperar más de lo que el mundo puede darme, a creer que mi felicidad estaba en otra parte.

Aún tengo la idea de lo que sería mi futuro, la tengo en mi mente divagando incomoda por el umbral de mi conciencia, esa que todo lo sabe pero no quiere divulgarlo en voz alta, solo susurra y ese susurro llega lento en una brisa fría y helada que invade mi pecho, una extraña sensación parecida a cuando tienes hambre pero esta vez no te apetece nada. Contemplo mi presente, ese que ahora me aqueja con tanta decepción, las preguntas chocan sin ningún cuidado contra la preocupación de mis ideas, inquietante es el silencio que otorga las mañanas, que me permite imaginar lo que no quiero que pase, donde está la calma que daba tus abrazos y donde la paz que depositaban tus besos, porque duele tanto la ausencia de lo que se ama, por que perder algo es más difícil cuando te invade la culpa, porque es tan fácil olvidar cuando la decepción dispara.

Dime tu que todo lo sabes, tu que todo lo vez, quien quiera que este observando y pueda llamarse a sí mismo como perfecto, dime tu como lograrlo, como lograr que mis esperanzas no mueran en este intento de amar, como amarrar las lágrimas para que no se desplomen de mis ojos al recordar lo que perdí, como superar aquello que tanto duele, como saber cuándo cometeré un error y evitarlo, como aprender sin perderlo, dime como encontrar a alguien que esté dispuesto a soportar las caídas de esta niña que se arriesgó a dar su primer paso, han sido tantos los golpes que es increíble lo masoquista que puedo llegar a ser, dime tu si hay alguien dispuesto a levantarme.

Vivo en suspenso esperado ansiosa una señal, un gesto, una frase que alegre el día, algo que me diga que todo será como antes, sigue repitiendo el eco de mi conciencia que si realmente le amo que lo deje ir, pero como aceptar la idea de no verlo, cuando es lo único que quiero ahora, enséñame tu que todo lo sabes, tu que todo lo vez, allá arriba quien quiera que este observando y pueda llamarse a sí mismo como perfecto, dime como demostrarle que lo amo sin sufrir el frio desolador de su ausencia.

Relatos de un corazón frágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora