Nunca había deseado tanto sentir el dolor de tu ausencia, duele más saber que llegara y me empeño en aprovechar cada segundo, dices que te esforzaras, pero no veo que te importe si quiera intentarlo, aquí estoy esperándote, creyendo cada promesa, sintiéndome patética, odio la manera en que logras herirme sin tener que usar un solo insulto, y duele más porque no hay evidencia, no tengo como hacerte ver lo que haces, no te puedo mostrar la manera en que mi tonto corazón se ilusiona, o el frio en mi espalda cuando tu vos responde con descaro a mis preguntas, y es que no puedo hacerte un solo reclamo porque ya no sé quién es el culpable, si soy yo y por fin he logrado volverme loca o eres tú que siempre supiste como hacerme sentir estúpida, y es que no te puedo reunir la confusión que armas en mi cabeza cada que siento que no está bien seguir intentándolo. ¿Cómo saber qué hacer? en este momento siento que estaría bien terminar con esto, que estaría bien si te insulto y te digo cada maldita cosa que pienso, pero cariño, tengo tanto miedo de arrepentirme, ya no sé qué está bien, tengo tanta rabia, mi cabeza arde, mis lágrimas caen sin poder detenerse, aruño con fuerza mis piernas y grito por dentro. Me digo en secreto que falta poco, y aunque decirlo me duela me da un cierto respiro, ese que necesito cuando la espera se hace larga.
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Relatos de un corazón frágil
Losoweles compartiré mi diario en pequeños relatos poéticos que seguro entenderán y sentirán como propios, lograrán sentir cada palabra y recordar los mas puros sentimientos, aquellos que marcaron para siempre aquel frágil corazón que ahora se muestra fue...
