-Tengo que pensármelo. -Dije dudoso-
-De acuerdo. Cuando lo tenga claro, vuelva a verme, por favor. Que tenga un buen día!
Nos fuimos de la zona rápidamente, buscando una taberna para pensar mejor la idea. Una vez allí, conversamos sobre la opciones durante casi cuarenta minutos, para finalmente decidir una cosa: hablar con el misterioso hombre que habíamos visto horas antes.
El mago con el que hablamos ayer nos dijo que había una facción aún más peligrosa que ellos: los brujos. Pensamos que el hombre que vimos ayer en la pelea contra los guardias, sería uno de ellos, así que decidimos ir a buscarlo. Habían pasado menos de cuatro horas, así que las huellas de su caballo deberían seguir por el camino. Al llegar al gran puente de Hallen, vimos un rastro de herraduras. Estábamos en lo cierto. El rastro terminaba en una taberna al norte de la ciudad. Entramos, y allí estaba, el hombre misterioso. Tenía pelo largo, con coleta, y la cabeza rapada por los lados. Tenía una barba poblada, pero cuidada. Llevaba dos espadas a la espalda, y estaba jugando a las cartas con una señorita. Nos acercamos para hablar con él, y antes de decirle nada, nos echó.
-Váyase. Estoy ocupado.
-Solo queremos hablar con usted, señor.
-Yo no quiero, no lo entiendes?
-Es necesario.
-Espera que termine la partida.
-De acuerdo. -Dije emocionado-
Fuimos a la barra a tomar unas aceitunas y una jarra de cerveza negra de Undvik, la ciudad mas al norte de este Reino. Poco después, el supuesto brujo nos llamó.
-Venid aquí. Sí, vosotros. -Dijo señalándonos-
-Podemos hablar con usted?
-Dadme cuatrocientas coronas, y os escucharé.
-No tenemos cuatrocientas monedas, señor. -Dije nervioso-
-Pues entonces solo queda otra opción. Tú. -Dijo señalando a Zoe- Si me ganas a las cartas, aceptaré hablar vosotros.
-No sé jugar. -Dijo Zoe preocupada-
-Os enseñaré las reglas. Además, si me ganas, te daré yo las cuatrocientas monedas. Si no aceptas, no me volveréis a ver. Jamás.
Zoe y yo nos miramos durante unos segundos.
-Acepto. -Dijo Zoe insegura-
-Genial. Que empiece el juego. Os explico. Para empezar, el juego se llama Gwent. Es un juego de naipes inglés, donde sus cartas son diferentes tropas. Hay cinco facciones de cartas: Monstruos, Elfos; Reino del Norte; Mar del Norte; y la que uso yo, la facción Real. En este caso, tendrás todas las cartas de la facción que elijas, ya que he ganado todas las cartas de este juego. Anda, elige una.
-Esta. -Dijo Zoe señalando la facción de "Monstruos"-.
-De acuerdo. El tablero consta de seis partes, tres para ti, y tres para mi. Las partes son: Asedio, combate a distancia, y combate cuerpo a cuerpo. Cada carta tiene un número; un icono de espada, arco o catapulta; y una habilidad. El número es la cantidad de puntos que vale dicha carta. El juego consiste en ganar dos rondas. Gana la ronda, el que más puntos tenga en su parte del tablero. Entendido?
-Supongo.
-Vale, a jugar!
No sé como explicar la partida, la verdad, así que omitiré esta parte, contando solo el final.
Zoe perdió la primera ronda 26-83, pero ganó la segunda ronda 74-71. Queda una ronda, que va a decidir quién gana la partida. Diez minutos de intenso juego más tarde, tenemos un vencedor. Zoe! Zoe ha ganado 127-126!
-Muy bien jugado, chica. -Dijo con voz tupida-.
-Gracias. Tú también has jugado muy bien. -Dijo Zoe sonrojándose-
-Aquí tiene. -Dijo entregándonos una bolsita llena de monedas- Ahora decidme para qué habéis venido.
-Primero, quién eres?
-Me llamo Eskel, y soy un brujo.
-Hemos encontrado esto. -Dije sacando la daga del cinturón-
-Es de mi hermano. Murió hace cinco años en una cueva, intentando matar a una bestia muy difícil.
-También tenemos esto. -Dije mostrándole la runa-
-Es de veneno, se le puede aplicar a la daga.
-Un encantador nos ha ofrecido mil coronas por ella, y hemos acudido a ti para informarnos y tomar la decisión de quedárnosla o venderla.
-Esta runa cuesta aproximadamente cuatro mil coronas. Te recomiendo que no la vendas.
-De acuerdo. Gracias por su ayuda, Eskel. Nos ha servido de mucho. -Dije levantándome de la silla-.
-Espera. -Dijo agarrándome del brazo-. Quieres conseguir dinero? Ven a verme a la taberna de Hallen a medianoche.
-De acuerdo. Adiós, brujo.
Nos fuimos a Hallen a pasear por la ciudad para aprender un poco la forma de vida aquí. Tres floristas nos intentaron vender flores, pero dijimos que no a todos. Estaba anocheciendo, así que fuimos a la taberna para cenar algo. No pedimos nada, solo fuimos para resguardarnos un poco y comer nuestra comida tranquilos. Nos sentamos y sacamos dos muslos de pollo y una botella de agua de la mochila. Después de comer, nos quedamos allí hablando mientras esperábamos al brujo, pero no apareció. Eran casi las tres, y no había nadie. Hartos de esperar, salimos, montamos a Rivia, y fuimos a la posada. Al subir a la habitación, vimos a un hombre sentado en la ventana. Era Eskel!
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La daga y el aprendiz
Science FictionInmerso en un mundo totalmente nuevo para él, Ai'den Rivia va a luchar por sobrevivir, acompañado de unas misteriosas personas. Adaptación de la saga "The Witcher". Todos los derechos reservados.