El fotógrafo [Grintson]

Desmayo

Nunca en mi vida entera había sido una persona propensa a desmayarme. Pero ese día llevaba ya cinco desmayos, y mis compañeros de trabajo se estaban preocupando.

Un mareo me invadió después del quinto desmayo y tuve que correr a vomitar.

-Emma...-Uno de mis compañeros se asomó al baño.-¿Te encuentras bien?

-No.

-Puedo llevarte a casa si quieres, o pedirle a mi novia que lo haga.

-Nadie puede irse, estamos muy retrasados.-Dijo mi representante, que dirigía esa sesión.

-Entonces llévela usted.

-Tengo que controlar aquí.

Vomité otra vez. El ácido quemó mi garganta y mis ojos se pusieron llorosos.

-Mike...

Mi compañero me miró.

-¿Qué?

-Tu novia está desocupada, ¿verdad?

Mike asintió.

-Sí, Ella está allá.

-Grandioso. Pídele que llame a mi novio. Pero no puede llamar la atención. Nadie puede saber que salimos, es una larga historia.

-¿Tienes novio?

-Sí, shh. No lo puedes decir a nadie, menos a mi representante... Luego te explico...

Vomité otra vez.

-Le diré a Ella. ¿Cómo se llama tu novio?

-Rupert.

Iba a decirle su apellido pero me asaltó una ola de vómitos.

-Es pelirrojo. Lo conozco de vista. Voy por él.

Traté de pensar por qué me sentía tan mal ese día... Me sentía hinchada y descompuesta.

Mi representante se acercó e hizo una mueca de asco.

-Tú sí puedes irte. Pero llámate a un taxi o vete en tu coche. Y no distraigas a tus compañeros.

Fruncí el ceño y sentí más náuseas.

-Katrina, tengo las nuevas fotos, necesito que vaya a...

-¡¿Qué haces tú aquí?!

Rupert. Gracias al cielo.

-Trabajo aquí. Yo... ¿Señorita Watson?

-Sí, es ella. ¿Qué quieres?

-¿Qué le pasa?

-Está algo descompuesta.

-Puedo llevarla a su casa. Si quiere.

Asentí.

-Por favor... Así nadie se distraerá...

No llegué a escuchar la respuesta porque me desmayé.