Sin flash

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Reí.

-Sin flash.

-Oh, lo siento, lo siento.

Le sonreí a Rupert, lo que él aprovechó para disparar la cámara otra vez... Con flash.

Solté una carcajada.

-Amor. Sin flash. Me estoy volviendo ciega y tengo mucho aprecio por mis ojos.

Rupert se sonrojó. Probablemente, porque era la primera sesión en que no se cubría los ojos en algún momento. Estaba siendo un poco torpe y completamente adorable.

Me acerqué a él acariciando mi vientre.

-Mira, esta cámara te permite cambiar el enfoque por uno prácticamente automático. Si haces así...

Tomé la máquina, sin sacarla del trípode y le enseñé cómo moverla. Sonrió y tomó mi cintura para elevarme por los aires y dejarme en la cama.

Nos besamos mientras yo reía.

-Rupert...

Aparté mi rostro, tratando de evitarlo. Él giró y me dejó sobre él.

Nuestras frentes se unieron y cerramos los ojos. Las manos de ambos se apoyaron en mi vientre.

La cámara con su dichoso enfoque casi automático, se disparó.

Rupert sonrió.

-A veces creo que tenemos poca privacidad.

-Tú pusiste la cámara ahí.

-Shhh.

Su boca saludó a la mía con un movimiento lento y suave.

Mientras me besaba, la ropa que él llevaba comenzaba a sobrar.

Mis manos se ocuparon de su camisa, para apartarla.

Acaricié su pecho y su piel pecosa.

Sonrió y besó mi oreja.

Enredé mis piernas con las suyas.

Otra foto se disparó.

-¿Qué rayos...?

-Debe haberse descompuesto. Olvídalo, luego las borro.-Jadeó, sus manos buscando colarse entre mis piernas.

Sonreí y negué con la cabeza para indicarle que debía estar desnudo primero.

Busqué su pantalón y me deshice de él.

Rupert y yo no podíamos apartarnos del otro en aquella danza pasional. Sencillamente no. Sabíamos qué hacíamos y el costo que tenía, pero nos amábamos.

La cámara siguió disparándose, así que Rupert nos envolvió y nos acunó en las sábanas mientras, ya desnudo del todo, se abría paso en mi interior.

Sonreí. Estiré los brazos para acomodar mi cabello y luego lo envolví con ellos.

-Preciosa.

Gemí. Se sentía tan cercano, tan bien, que no podía evitar amarlo.

Giré para quedar sobre él y besarlo.

Más fotos automáticas.

Sus manos acariciaron mi intimidad y mis pechos con amor, algo nuevo por la sensualidad que imprimía a su acto.

Me encontré, entre besos, giros y embestidas, a un Rupert que ni siquiera esperaba. Un Rupert que verdaderamente me tenía aprecio por lo que era y no por lo que tenía, y que disfrutaba de compartir su calor conmigo en la cama. Quizás no fuera la más brillante en esas cosas, pero sabía que...

-Te amo.-Murmuró en mi oreja.

En ese momento se disparó otra foto.

Sonreí y lo besé.

-Y yo a ti.

Dejé que nuestros cuerpos se contrajeran y sudaran con el último espasmo de placer.

Me dejé caer exhausta sobre las mantas. Rupert sonrió y se acomodó a mi lado, acariciando en círculos mi pecho. Besó mi frente.

Sonreí y jadeé.

-Eso fue increíble.

Besó mi frente.

-Lo sé. Ahora estás cansada. Deberíamos dormir antes de ir con el médico.

Asentí y cerré los ojos, apoyando mi cabeza en su pecho.

Sonrió y me acunó otra vez.

Los dos nos quedamos profundamente dormidos.

El fotógrafo [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora