Vinilo

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Silencio. Sólo silencio.

Los pasos de él se acercaron al tocadiscos y buscó un vinilo.

-Este te va a encantar.

Me sonrojé.

-Confío en tu gusto en música.

Rupert me sonrió y la música comenzó a sonar. La misma canción que había puesto cuando me había enseñado a bailar.

Sonreí.

-¿Me permite esta pieza, bella dama?

Asentí riendo y tomé su mano para acercarme a él. Nos movimos suavemente y bailamos. Con lentitud y calma. No había prisas.

Dejé que mis pies se guiaran por la música. Y cuando él comenzó a romper mi espacio personal para acercarse a mi oído y susurrar algo, supe que aquella noche algo iba a ocurrir.

-Voy a hacerte el amor y mecerte en mis brazos hasta que nos quedemos dormidos de placer.-Susurró.-Podré moverme sobre ti y besar cada centímetro de tu piel. Eres mía ahora.

Tomó mi mano y sonreí. Acabábamos de casarnos, literalmente, y los anillos en nuestros dedos chocaron.

La música se detuvo.

Retrocedí hasta la pared y me apoyé en ella. Tomé a Rupert por las presillas de su pantalón mientras me quitaba los zapatos.

-Mmm... Qué bonita chica.-Murmuró él, su boca a milímetros de mi oreja, haciéndome cosquillas.-Me pregunto cuál será su nombre...

Su mano libre buscó mi cintura por detrás y el cierre del vestido de novia.

-...¿Cómo te llamas, preciosa?

-Emma.

-Emma.-Repitió.-Me encanta. Señorita Emma, ¿le apetecería compartir la cama con su esposo?

Sonreí. Él no podía esperar más, se notaba. Se estaba conteniendo con todas sus fuerzas.

Gimió contra mi oreja.

-Quiero hacerte el amor suavemente, oírte gemir mientras me entierro en ti y nuestros cuerpos se vuelven uno solo. Jamás deseé tanto algo así. ¿Crees que esté loco?

Él bajó el cierre de mi vestido pero las cintas lo mantuvieron en su lugar.

Usé mi mano libre para ayudarlo a desatar las cintas.

-Sólo creo que...-Él sonrió contra mi oreja.-...Quiero lo mismo que tú.

Gimió con deseo.

-¿Por qué tu vestido es tan complicado?

Reí. Él se deshizo de sus zapatos y se arrodilló frente a mí, levantando mi falda y metiéndose debajo.

Abrió mis piernas y besó el interior de mis muslos para soplar entre ellos. Gemí.

Busqué la cinta que mantenía la espalda en su lugar y la desaté. El vestido se aflojó y comenzó a caer.

-Emma.

Su voz me llamó la atención.

-Dime.

-¿Qué te gusta de hacer el amor conmigo?

-Cada instante. Cuando me desvistes y me susurras cosas tiernas, cuando me acaricias, cuando entras en mí, cuando me haces tuya, cuando te corres... Y cuando... Cuando me sujetas para embestirme, como que si quisiera escapar tendría que sujetarte con más fuerza.

Sonrió contra mis piernas.

-Y cuando te beso.

-Esa es mi parte favorita.

El fotógrafo [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora