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Cerré mis ojos y me detuve a pensar un momento. Llevaba más de cinco semanas en un lugar del que no sabía absolutamente nada, debía de comenzar a hacerme recordar. Debía hacer un intento por lo menos.

Dejé que mi cuerpo cayera sobre la cama y cerré mis ojos intentando una vez más hacerme recordar algo que pudiera ser útil para regresar a mi vida, al lugar al que pertenecía.

Vagamente una sonrisa apareció en mi mente, sus labios rosados y sus brazos rodeando mi cuerpo, una voz masculina y unos preciosos ojos color café aparecieron claramente en mi cabeza, su risa inundó mis oídos y su extraña forma al pronunciar mi nombre me hizo sonreír.

En mi interior resonaba su voz, decía mi nombre y entonaba una melodía tan cerca de mi oído como para producirme escalofríos.

Sus manos tocaban mis mejillas y sus labios rosaban mi frente, repartiendo pequeños besos por todo mi rostro. Sonreía tontamente mientras abrazaba con todas mis fuerzas su cuerpo, lo mantenía pegado a mí como si de ello dependiera mi vida, no quería dejarlo ir.

Joelsusurré con alegría manteniéndolo cerca.

Los minutos transcurrieron cuando todo cambió, el escenario en el que me encontraba era jodidamente escalofriante, repentinamente los bellos de mi piel se erizaron, miré al frente, y noté la presencia de un chico extraño, al menos lo era para mí.

Sostenía un arma frente a mi cabeza, sollozaba en silencio y mantenía su dedo firme en el gatillo, dispararía sin pena alguna y en cualquier momento.

Aturdida pensé en cerrar mis ojos e imagine que con ello todo desaparecería, que volvería a la realidad. No sucedió.

¡No!gritaron a mis espaldas poco antes de que aquel chico de mis sueños se abalanzará frente a mí recibiendo aquel impacto de bala que iba en mi destino.

Intenté moverme, quería auxiliarlo, deseaba envolverlo entre mis brazos, decirle que no me dejará que yo estaría con él siempre, pero mis piernas no respondían, no me lo permitieron. La sangre brotaba de su pecho, su respiración parecía ya no estar ahí y sus labios entreabiertos terminaron por partir mi alma, grité su nombre entre lágrimas.

Lloré desgarrando mi garganta en un inútil intento por levantarme del piso y correr por ayuda pero mi cuerpo se volvió pesado, sangre comenzó a brotar de mi frente. La obscuridad inundo mi vista y un dolor insoportable término conmigo.

Levanté mi cabeza de la almohada y saqué mi cuerpo de la cama, me encontraba empapada en sudor. Si de verdad se había tratado de un recuerdo entonces mi vida estaba jodida.

Metí ambos pies en mis pantuflas y salí de la habitación. Sabía que el reposo debía ser obligatorio por mi bien pero definitivamente si continuaba en esa habitación me volvería loca.

—¿Qué se supone que haces aquí?—preguntó Ethan desde uno de los sillones de la sala, tenía el control del televisor entre sus dedos.

—Creó...creó que he recordado algo—hablé nerviosamente. Me encontraba muy asustada, mi garganta estaba seca.

—¿Qué recordaste?—me miró interesado apartando su vista del televisor recuperando la compostura.

—Recordé a Joel—su ceño se frunció confundido. Parecía intentar recordar el nombre. ¿Por qué el tendría que hacerlo si no me conocía?

—¿Y quién es Joel—preguntó finalmente después de un par de segundos.

—No lo sé—negué con la cabeza. —Fue horrible. El era mi todo y de repente todo cambió él... Él murió—fruncí los labios tragando el sabor amargo que se había producido en mi boca. —Se que parece una locura, es decir lo único que recuerdo es eso, su nombre y ya. No sé como podré llegar a algo si al menos puedo recordarlo—resoplé frustrada llevando mis manos a mi cabeza.

—Okay. Primero que nada tienes que tranquilizarte ¿Está bien?—asentí con la cabeza acomodándome a su lado. —La preocupación puede dañar al bebé y no queremos eso ¿cierto?...—negué con la cabeza. —Bien. Ahora sí puedes contarme todo lo que viste en ese recuerdo. Tal vez podamos llegar a algo.

Acomodé mi cabeza en su hombro y narré mi historia. No quería pensar en ello y probablemente sí se lo decía a Ethan sería más liberador, además quizás tenía razón y juntos podíamos llegar a algo que pudiera servirme a encontrar a mí familia.

—Lo lamento. No sé que decirte al respecto.

Negué con la cabeza. —No tienes nada que decir—hablé seria. —Es decir no tienes que decir algo para cada situación—contesté molesta moviéndome de su lado.

—Espera—me detuvo sosteniendo su mano en mi muñeca. —Mi intención no era joderte. De verdad lo lamento—indico notando su agarre en mi muñeca.

Con el entrecejo fruncido me posicioné a su lado nuevamente. —Yo lo lamento, tal vez no debí de haberme molestado. Fue una estupidez, lo lamento—me disculpé. De verdad me había comportado como una imbécil.

Con una sonrisa asintió con la cabeza, acomodo su cabello y me permitió sentarme a su lado, me abrazo por los hombros y miro a través de el cristal de la ventana.

Cerré mis ojos de nuevo y pensé en mi nombre. Debía recordarlo. Debía hacerlo.





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Hola hola babes♥
Que tengan un bonito día.
Muchas gracias por continuar conmigo. Prometo actualizar más.

-All the love♣

CIEN: SIN TI [SEGUNDA TEMPORADA DE CIEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora