Tiempo de Traiciones

CAPÍTULO 18

Los personajes de INUYASHA no me pertenecensino a RUMIKO TAKAHASHI Esta obra pertenece a ROGERS ROSEMARY, ha sido adaptada y modificada por mí

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(LOS PERSONAJES DE MIROKU, KOGA Y AYAME PUEDEN TENER OoC)

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CAPÍTULO 18

Kagome POV

Kagome no sintió el menor remordimiento al pegar la oreja a la puerta para escuchar la acalorada discusión entre Koga y Ayame.

Ninguna de sus numerosas institutrices le había enseñado cómo respetar los buenos modales siendo la prisionera de un espía francés, pero en las horas que había pasado en los muelles había aprendido que una joven debe estar dispuesta a dejar a un lado los buenos modales en caso de necesidad.

Además, seguía teniendo la esperanza de que Ayame convenciera a Koga para que liberara a sus prisioneros. No le importaba los motivos que tuviera la francesa para estar tan ansiosa por librarse de ella, solo que hiciera ver a su amante que le convenía más dejarlos en Calais mientras él retomaba sus obligaciones allí donde tuviese que hacerlo.

Dicha esperanza se desvaneció súbitamente cuando oyó salir a Koga de la habitación y dirigirse a la puerta sobre la que ella estaba apoyada.

Kagome se sacó la pequeña porra del bolso y colocó contra la pared. Solo tendría una oportunidad para derribar a su oponente y, si desaprovechaba el factor sorpresa, estaría perdida.

Sin apenas atreverse a respirar, levantó el brazo al ver que se abría la puerta, pero esperó después a que Koga entrara del todo en la habitación, momento en el que se lanzó sobre él.

Habría sido un buen golpe de no haber sido por las faldas del vestido que se enrollaron a los tobillos en el peor momento posible, un riesgo que los hombres que le habían enseñado aquel movimiento no habían tenido que considerar.

Perdió el equilibrio por completo y, en lugar de atacar a Koga, cayó en sus brazos al tiempo que la porra aterrizaba en la alfombra.

-Sacré bleu! -exclamó él-. ¿Así tratas a un caballero que te ha tratado como a una invitada de honor?

Una vez recuperada la posición vertical, Kagome se enfrentó a la mirada de Koga sin pedir disculpas. Quizá se hubiese mostrado muy educado mientras la conducía a aquellas habitaciones, pero no había dudado en encerrarla ni en amenazar con matar a su marido y a lord Houshi.

-A un invitado de honor no se le encierra bajo llave.

-¿Habrías preferido que te atara a la cama?

-Habría preferido que me dejaras darte un golpe en la cabeza -replicó ella.

Koga meneó la cabeza y dio un paso atrás.

-¿Qué he hecho yo para merecer la compañía de mujeres tan difíciles?

Kagome recibió su aparente enfado con un resoplido. Solo un hombre podría degradar a una mujer mientras tenía a otra prisionera y culparlas a ellas de ser difíciles.

Nunca dejaría de asombrarse ante semejante arrogancia.

-La verdad es que no la mereces -le dijo.

-¿Cómo dices?

-A Ayame -aclaró-. Ella te adora y sin embargo tú la tratas como si no fuera más que una cortesana de la que puedes deshacerte a tu antojo.

Koga enarcó una ceja.