Maxon
Era increíble cómo, después de todo lo que había sucedido durante la selección, aún me vencieran los nervios por ir a ver a América.
Me dirigí al ala del hospital, confiando en que Ashlar cumpliera con su palabra de ser puntual, intentando deshacerme de la voz de Marlee, que resonaba sin parar dentro de mi cabeza desde hacía varios días.
Todo tenía que salir bien.
Mi corazón dio un vuelco al cruzar el umbral de la puerta y verla sentada en la silla que usualmente ocupaba yo. Usaba un vestido ligero, y quizá Mary o Lucy le habían maquillado un poco el rostro; pero ya no había vendajes, ni mangueras de oxígeno o soluciones. Su fiero cabello rojizo caía suelto por sus hombros, enmarcando sus facciones que poco a poco iban recuperando la normalidad.
Se estaba recuperando, de verdad; y el alivio que me invadió fue demasiado intenso e inesperado. Necesitaba hablarle, necesitaba decírselo todo.
La ayudé a bajar hasta los jardines, donde varios guardias y algunas doncellas me habían ayudado a llevar una pequeña mesa bajo un árbol. Paige y Lucy me habían ayudado a acomodarlo y a revisar que la comida que se traía de las cocinas estuviera aprobada por Ashlar para que América pudiera comer lo que quisiera. El recuerdo de cómo había descrito el hambre entre las castas más bajas aún me perseguía cuando mis pensamientos bajaban la guardia.
Ella estaba tan distraída disfrutando de estar por fin al aire libre, que no notó la pequeña mesa hasta que la detuve para que no chocara contra ella.
-¡Maxon! - exclamó con sorpresa - ¿Vamos a comer?
Me reí. Ahí estaba mi América.
Más tarde, mientras la ayudaba a levantarse para llevarla de vuelta a su habitación, no pude sino maravillarme de lo bien que había salido todo. Nada de emergencias, ni ataques, ni interrupciones innecesarias. Ni siquiera un mal clima.
Y ella estaba conmigo. Era demasiado perfecto para ser real, y sin embargo lo era.
Los guardias de las puertas inclinaron su cabeza al vernos pasar, y tras hacer un poco de esfuerzo reconocí a uno de ellos como David Miller. No recordaba el nombre del segundo, pero estaba seguro de que su apellido era Anderson.
Necesitaba mejorar en eso.
América siguió hablando mientras recorríamos los corredores. Se veía relajada y verdaderamente feliz.
Tan hermosa...
La mano de América se tensó alrededor de mi brazo cuando dimos la vuelta en el pasillo de su dormitorio, y el corazón me dio un vuelco. Ella se detuvo y llevó su mano libre a la boca. De pronto algo iba mal.
-Cariño, ¿estás bien? -traté de sujetarla con una sola mano mientras con la otra intentaba llamar a uno de los soldados que se encontraba en la esquina del corredor.
-Alteza - inclinó levemente la cabeza cuando me alcanzó.
-La tercera puerta - indiqué hacia mi derecha - rápido.
Esta vez no me molesté en tratar de averiguar su nombre. Ni siquera me fijé en su rostro lo suficiente. En cuanto se giró, guié a América hasta la habitación, asegurándome de que no perdía el equilibrio.
-¿Qué es lo que...? ¡Lady América! - exclamó Paige al vernos. Agradecí internamente que fuera ella quien ayudó a América a sentarse en una silla. Después le pidió al soldado que fuera por Ashlar mientras yo trataba de hacer que América dijera algo, cualquier cosa.
-Querida, ¿me escuchas? ¿Puedes oírme, América?
Sus ojos estaban abiertos como platos, y su mano aún no abandonaba del todo su boca. Traté de bajarla para entenderle mejor cuando comenzra a hablar, pero en cuanto tomé su muñeca con cuidado, sus ojos se enfocaron en mí.
¿Estaba recordando?
-Alte...Majestad - se corrigió Ashlar en automático- Quizá sería buena idea llamar a otra de las doncellas de Lady América.
Lo había planteado como sugerencia, pero de inmediato entendí que me necesitaba fuera de la habitación. Quizá sería buena idea, así que asentí una sola vez y me levanté despacio. América seguía mis movimientos con la mirada.
-¿Marlee? - le pregunté. Sabía que Marlee no era una de las doncellas, pero también supuse que querría tenerla cerca.
-Por favor - musitó América en respuesta.
Me retiré tan rápido como pude de la habitación, llevándome las manos al cabello y buscando por todas partes a Lucy y a Marlee.
***
¡Hola a todos!
Primero que nada quiero agradecerles por todas las lecturas que le han dado a esta pequeña historia. ¡Ya estamos al rededor de los 4.2k! Cuando tengo un mal día y me llega la notificación al celular de un comentario suyo, no saben cómo me ayuda. De verdad, gracias :3Ahora: No he estado actualizando bien porque estoy en época de final de cuatri en la universidad. Ya saben que es un desastre, no he dormido en dos días corridos (se los juro) porque soy bien Hermione para estudiar y me pongo algo loca. Por favor, no me lo pregunten tan feo. Hasta me siento más mal y menos ganas dan de subir capítulos. Si quieren seguir leyendo les recomiendo el fic de La Única por Kathleen Cobac aquí en wattpad (ya está terminado); o los libros de CMStrongville (Amor de libro es mi favorito) y Leslie Tapia (Mirlo) o incluso mis otras historias que tienen cursilería por todos lados (Secretos de Espuma está en pausa). Incluso podría hacer una recomendación semanal en redes sociales si quieren, ya sea de La Selección o de historias de wattpad en general. Y les prometo que cuando acabe mi cuatri hago un maratón de cada historia.
¡Los adoroooooo!
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La Promesa
FanfictionAmérica se encuentra sentada junto a Maxon, a minutos de que él le proponga matrimonio a Kriss...y aleje a América de su vida, quizás para siempre. Cuando la transmisión comienza, América lucha consigo misma para contener las lágrimas y todas las em...