Capítulo XI: TU CARA ME SUENA

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Se levantó con un fuerte dolor de cabeza, parecía que la iba a estallar. Ni todas las canciones del mundo, ni mil aspirinas la quitarían el dolor de corazón. Ahora entendía todas esas cursilerías de las películas de amor. Ahora entendía las letras de las canciones. Ahora entendía todo. Sí estaba enamorada.

-Pero ¿por qué ha tenido que dejarme para saberlo? A veces el mundo es muy cruel. Tengo la sensación de que me estoy olvidando de algo... ¡Dios mío, mi semental! No sé como podré explicarle todo esto. Ya hasta se me acumulan las historias. Soy un desastre para todo.- decía mientras marcaba al servicio de habitaciones.

-Hasting's buenos días. ¿En qué podemos ayudarle?

-Mm verá, buenos días por favor busco al sem... Emm disculpe estoy buscando a un camarero, o masajista o algo así.

-¿Podría usted ser más específica? Tenemos mucho personal disponible para ayudarla. ¿Alguien en particular?

-Sí sí. Pero no recuerdo su nombre.

-Bien, ¿podría darme una descripción física de la persona que le atendió? ¿Tiene algún problema en particular con alguno de nuestros empleados?

-Emm... Es alto, joven de unos 26-28 años, media melena y nativo de Las Palmeras. Me dijo que era camarero y masajista.

-Disculpe, pero entre nuestros camareros no tenemos a nadie con esas características. ¿Está segura de que le atendieron aquí?

-Sí sí. Vale... es de los que realizan el tercer tipo de masajes, los eróticos. Y de camarero en la piscina. ¡Me preparó un cóctel

-Eh verá señora, en este hotel no impartimos ese tipo de masajes. Debe de haberse confundido. ¿Puedo ayudarla con algo más?

-Bien, pruebe con Juan, ¡Eso es, Juan debe conocerle! Por favor traiga al señor Juan a mí habitación, 193.

-Siento no haber podido ayudarla, si no tiene otra petición, estamos algo saturados de trabajo. Gracias por confiar en Hasting's.

Danna no entendía nada. ¿Acaso no sabían lo que se hacía en ese hotel? Tal vez por eso su semental decía no tener licencia. Sería ilegal, y el necesitaba el dinero. Podría haberle metido en problemas.

-Tendría que haber dejado que se presente el primer día. ¿Por qué nada me sale bien? Bueno si antes me lo encontraba a cada rincón, no podrá desaparecer de la nada. Tengo mucho que explicarle.

Danna se dio una ducha, se arregló lo suficiente, y bajó al hall del hotel. Fue a la piscina, al bar, incluso a la canchas de baloncesto y pistas de tenis. ¿Dónde se habría metido?

Se recorrió el hotel de arriba a abajo. Se acercó a la recepción ya rendida, pero sin embargo creyó verle. Es más estaba segura de que era él.

-Disculpe, ¿puede llamar a ese empleado?- dijo Dan dirigiéndose a la recepcionista.

-¿Qué empleado? ¿El botones? ¿El conductor?

-No, no. El señor de media melena, el camarero.

-Ahhhhh, James ja ja ja. Él no trabaja aquí. ¿Nunca le había visto antes? Usted no es de por aquí, ¿no?

Cuando Danna quiso contestar, a lo lejos avistó a su amiga, su hermana, su gemela. No podía creer que ella ya estaba aquí.

-¡¡¡Lichiiii!! Yo te mato. No venías hasta mañana. ¿Qué haces ya aquí? - preguntaba mientras abrazaba a su amiga.

-Vaya, yo también me alegro de verte. ¿Así me lo pagas? Te recuerdo que son 9h de vuelo. Pille una plaza de última hora por Internet mientras hablaba contigo por teléfono. El vuelo salía en 3h. Así que todo fue express. Aún estoy con el 'Jet lag', recuerda que eran las 4 de la mañana cuando me llamaste.

-No es eso tonta. Tengo mucho que contarte. Pero has hecho que se escape mi semental. Ya le conocerás. De momento vamos a tomarnos un par de mojitos, que hay mucho de qué hablar. Con suerte nos lo sirva él mismo.

-Para el carro. ¿Mojitos, TÚ? ¿Tu semental? ¿No estabas llorando ayer? Espera. ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amiga? ¿Tanto me he perdido?- dijo una Alicia sorprendida.

-Te lo dije Lichi, hay mucho de lo que hablar. Dejemos tus cosas en mi habitación y bajemos a por esos cócteles.

-¡Que pereza! Mejor se lo dejamos al botones y nos vamos al bar de la piscina.

Y así lo hicieron, se fueron directo al bar. Tardaron un poco en pedir, puesto que Dan tenía la esperanza de ver a su semental aparecer. Finalmente se decantaron por un 'sex on the beach' y una piña colada. De pronto tanto a Dan como a Alicia se le iluminaron los ojos.

-Dios, ¡es aún más guapo en persona! - decía Alicia embelesada.

-¿Quién? No estarás hablando de mi semental ¿no? Ni siquiera te he hablado de él.

- ¿James es tu semental? El tuyo y de toda mujer que se precie. Pues hija mía tienes cola.

-¿Le conoces? - preguntaba una Dan un poco decepcionada.

-Claro, es James Hastings, el dueño de este hotel y todos los Hastings mundiales. Si su foto aparecía en la revista.

Dan era una piedra. Inerte. Dejó de beber, dejó de respirar, dejó de vivir. Al menos durante unos largos segundos. No se esperaba estas vacaciones.

MI SEMENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora