MI SEMENTAL

Capítulo III: SERVICIO DE HABITACIONES

Ya se repetían las canciones de su lista de reproducción, cuando se quitó los auriculares. Acababa de aterrizar en Las Palmeras, pero aún se sentía cansada.
No había dormido en toda la noche, por más que su amiga Alicia se la pasó calmándola, ella sabía que esa discusión con Shayrus, sonaba a despedida.

Al salir del aeropuerto lo primero que la llegó fue una brisa fresca, la luz del sol, y el cielo despejado.

-Vacaciones, allá voy. - Se dijo así misma.

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Ya en el hotel, se quitó los zapatos, deshizo la maleta y acomodó sus cosas. Decidió ignorar las llamadas de su todavía pareja.

Ella sabía a lo que había venido, y que además tenía carta blanca para hacer lo que quisiera, puesto que tenían una relación con algunas particularidades, pero de mutuo acuerdo. Entre ellas, estaba que disfrutaban del sexo abierto, no tenían tabúes, habían hecho intercambios de parejas, algún que otro trío y en lugares poco frecuentes, entre otras tantas cosas. Pero no siempre fue así, Danna no conocía ese mundo y al principio, se mostró reticente a ello, pero aprendió a disfrutarlo. La única condición era que siempre debía ser con el consentimiento de ambos, no valía hacerlo sin la otra parte, o ver a otra persona a escondidas. Pero eso cambiaba para las distancias. Por trabajo alguna que otra vez habían tenido que separarse un par de meses, y ahí estaba permitido, siempre que se haga con seguridad, y sin ningún compromiso con la parte sobrante. A la vuelta, todo a la normalidad.

-¿Servicio de habitaciones? Por favor quiero que me suban una ensalada césar, un buen plato de pasta carbonara y dos bolas de helado. Y también contratar servicio de masajes en dos horas. Todo a la habitación 193.

Comió hasta hartarse, se leyó un par de capítulos de su novela y se hechó una pequeña siesta, hasta que llamaron a la puerta.

-¿Si, quién es?

-Servicio de habitaciones, señora venimos a llevarnos los platos y traerle a su masajista en breve. ¿Qué tipo de masaje quiere?

-¿Qué me ofrecen? Explíqueme por favor en qué consisten sus masajes, muy detalladamente.

- Bien, ejem ejem, tenemos 3 tipos de masajes; uno para calmar el cansancio o dolores localizados así como rehabilitaciones, el segundo es relajante con aceites esenciales, velas e incienso y una suave música de fondo. Y el tercero es placer, de alto contenido... Erótico. En su caso le recomiendo el segundo si me lo permite.

-Mi caso... ¿Qué quiere decir exactamente con "mi caso" ? ¿A que no puedo permitirme el resto de servicios? ¿Sería una persona horrible por pagar por placer? - Preguntaba Danna cruzando los brazos.

-Se-Señora, con todos mis respetos, no se enfade, simplemente que usted no tiene pinta de ser la clase de mujer que necesita esos servicios. Usted es joven y muy bonita y no creo que necesite pagar por ello. Pero estoy aquí para servirle, mi nombre es Juan. Tómese un minuto para pensarlo.

-Señorita. Y bien, ya lo he pensado y quiero el número tres. ¿Cómo va esto, se elige sobre el papel? ¿Vienen desfilando? ¿O también me va a recomendar uno?

-Como usted desee señorita. Normalmente se le asigna una persona, pero si no le gusta o convence, en cualquier momento lo puede cambiar o notificar sin ningún problema y procederemos a asignarle a otra persona o en su defecto devolverle su dinero, si así lo quiere.

-Entonces adelante, confío en su buen criterio, no me decepcione Juan.