Summer love.

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Hoy le darían de alta en el hospital. Su cabeza aún dolía un poco por la herida que tenía en su frente, pero no había nada porque preocuparse. 

El doctor rubio estaba quitandole el catéter en esté momento. Veía como el perfil se le iluminaba con la luz del sol que entraba por la ventana, ¿Era posible que existiese alguien así de guapo? Sí no hubiera conocido a Ming, el amor de su vida, posiblemente estaría botando la baba por ese hombre. Ming irrumpió en la habitación y él se vio en la necesidad de quitar su mirada de ese hombre. Le sonrió a su prometido y este se acercó para preguntarle que tal se sentía. 

-iré a pasar la orden para que te dejen salir. Mientras tanto deberías ir recogiendo tus pertenencias -Les sonrió cortesmente -Espero que tengan un feliz resto de tarde. 

Los dos asintieron y le agradecieron. La espalda del hombre desapareció por la puerta y en el momento en que los dos quedaron solos. Kit jaló a Ming hacía abajo y captó sus labios en un urgido beso. Necesitaba su privacidad con urgencia. 

-Alguien parece necesitado, eh -Susurró su prometido contra sus labios. 

-Urgido de ti, de nuestro hogar -Dijo con un hilo de voz aún besándolo. 

Se separaron entre risas y empezaron a hacer lo que Guideon les había indicado. Kit organizó sus medicamentos y se metió a la ducha. El agua caía sobre su espalda mientras que él estaba sentado, llevó una mano a su vientre imaginando como sería su bebé, ¿Se parecería a Ming? Ojalá y fuese su viva imagen. 



La puerta se abrió y Kit miró todo con ilusión. Entraron a su hogar con urgencia por el frío que hacía afuera, ya que estaban en Noviembre y pronto nevaría para recibir la navidad. Se sentó sobre el sofá y Ming lo tapó con una manta, para luego ir a cocinar. 

-¿Quieres algo en especial? -Gritó desde la cocina. 

-Solo quiero que vengas acá y me beses -Respondió escuchando la risa de su prometido y varios pasos. 

Ming entró al living con una sonrisa y se sentó junto a él acercándose para rodearlo con su brazo y hacer que montará su pierna en su regazo y lo abrazara. Kit lo miró feliz y se apegó más a él, teniendo medio cuerpo sobre el suyo. Dejó un beso en la parte desnuda de su pecho, gracias a la camisa y se acostó. 

-No sabes cuanto amo tenerte de nuevo aquí -Susurró dejando un beso en su coronilla. 

Kit levantó su mirada y sus ojos se conectaron. Le sonrió y se acercó a besarlo, Ming lo recibió gustoso metiendo las manos bajo su holgada playera y tocando la suave piel de su cintura. Lo rodeó por el cuello y se subió mejor  su regazo reteniendo un gemido al sentir un jalón sobre sus pezones. Se mordió el labio y se sentó sobre el regazo de Ming de manera intencional para sentir su gran dureza rematar contra sus glúteos. 

-Oh, bebé... -Gimió de manera ronca Ming mientras echaba su cabeza hacía atrás. 

Se lanzó a devorar su cuello y dejó varios besos sobre su manzana de Adán. Las manos traviesas de su prometido se metieron en su pantalón y empezaron a masajear sus nalgas, empujándolas hacía adelante y atrás para hacer más notoria su fricción. Kit gimió y se movió más rápido. De pronto, la ropa de los dos yacía sobre el suelo de la sala. Ming estaba sentado en la misma posición inicial, mientras que Kit estaba sobre él.   

Y así, se fundieron en el amor para consumarlo una vez más. Los dos se sentían en la punta del paraíso al vivir su enamoramiento de esa manera tan cósmica. Kit se sentía estúpido al recordar como antes rechazaba a Ming, al recordar cuanta resistencia oponía al hecho de enamorarse del que ahora era su prometido. Habían pasado ya muchos años de relación, años en los que habían vivido cosas duras, muy dolorosas. Cuando apenas llevaban un año, su relación se tornó incomoda, Ming tenía demasiadas pretendientes, por lo que Kit se volvió demasiado desconfiado y celoso, peleaban sin parar hasta que se sentaron a hablar y se dijeron todo lo que sentían, por muy doloroso que eso sonara. A partir de ahí las cosas mejoraron considerablemente, los dos trabajaron cada día para que la confianza entre ellos fuese otra vez palpable y lo lograron, por eso decidieron dar un paso más y se fueron a vivir juntos, sus padres les decían que aún eran un poco jóvenes para pasar a ese plano pero estaban tan profundos en su amor que no escucharon y lo hicieron, hasta ahora no se habían arrepentido, porque su vida de pareja había mejorado de manera notable y las peleas se volvieron mínimas, ya que su propia privacidad les facilitó muchas cosas. 

Ahora estaban comprometidos. Aún recordaba como Ming se lo propuso en el planetario, de una manera tan original e intima y ese día, cuando hicieron el amor bajo Neptuno, Kit se dio cuenta de que realmente amaba a su novio con todo el corazón. Era un amor que traspasaba los limites, que le hacía sentir vivo y cuando llegaron al éxtasis, su mente se aventuró a imaginarse a ellos dos unos años después, con hijos, una cálida casa y su amor intacto como siempre. 

Tenía apenas un mes de embarazo y estaban viendo a su bebé por medio del monitor. Ahí fue cuando se dio cuenta de que lo que su mente se aventuraba a imaginar, se cumpliría, porque ahora tenía algo de Ming y suyo adentro. Un bebé que era la prueba viviente de su amor, de ese amor que nunca moría, porque aún llevaban años en su relación, Ming le seguía haciendo el amor tan pasional y deseoso como siempre, seguía llevándole flores como pequeños detalles. Aún lo llamaba KitKat de vez en cuando, ¿Y si eso no era amor, entonces que lo era? 

-Chicos, hay algo que debo informarles -Dijo su amiga Myung pasando el sensor por su panza llena de gel -Al parecer tendrán gemelos, ya que veo dos bolitas, ¿Lo ven? -Señaló. 

Miró a Ming y esté no cabía de la felicidad. Su expresión era tan dulce, sorprendida y llena de cosas bonitas que a Kit se le aguaron los ojos. Era cierto eso de que después de la tormenta siempre saldría el sol. 

-¿Dos? ¿Bromeas? -Respondió su prometido mirando fijamente el monitor. 

-Son dos, chicos. Felicidades, ya decía yo que no era normal que tu estomago estuviera tan grande si apenas estabas en la primera etapa. 

Los dos se despidieron de la doctora y caminaron por los pasillos de la clínica para llegar al estacionamiento. El más alto lo rodeó con el brazo. 

-¿A que se debe ese silencio? -Dejó un beso en su mejilla. 

-Solo me siento demasiado feliz. Por fin lo logramos. 

-Sí, ahora eres un lindo bebé embarazado -Sobó su panza por encima del abrigo. 

Llegaron al estacionamiento y se subieron a la camioneta blanca. Kit prendió la radio y empezó a cantar. Ming estacionó en un semáforo y miró hacía las piernas del chico, vio el reluciente anillo en su dedo anular, era hora de decirlo. 

-Oye, cariño... 

-¿Mm? -Kit lo miró. 

-Quiero que nos casemos en Diciembre. 

-¿Qué? Pero eso es el mes entrante. ¿Estás loco? -Lo miró horrorizado. 

-Quiero que estemos casados antes de que nazcan. Quiero estar totalmente unido a ti, a ustedes. 

Kit lo miró derritiéndose en ternura. Ese era el amor de su vida. 

-No sabes cuanto te amo, cariño... -Se acercó y dejó un beso en su mejilla -Supongo que mañana iré a mirar platos. 

Ming sonrió y aprovechó el pare en el semáforo. Se acercó a su prometido y lo besó mientras acariciaba su abultado vientre. Kit lo era todo para él, lo amaba más de lo normal. Supo que era el amor de su vida desde el primer momento en que lo vio, por eso era tan insistente desde el primer momento, tan intenso. Entendió que el que persevera alcanza. 


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Corto, pero seguro! 

Os amoooooo, besos ♥ 

Pienso hacer un especial sobre ellos. 


Bee Beam. (2Moons The Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora