Bee Beam. (2Moons The Series)

Pistacho.

Aran tenía aproximadamente cinco años y ya era la viva imagen de Yo. Pha lo miraba con demasiada adoración mientras jugaba, porque aún, después de cinco años le parecía increíble que ese dulce niño de mejillas regordetas fuera una creación de el amor de su vida y él. 

-A veces creo que Wayo fue él único que lo hizo -Dijo bromeando Kit a su lado. 

Volteó la cabeza y le sonrió. Eso mismo decía toda su familia, que aquel infante solo había heredado su carácter fuerte y manera de decir las cosas, porque por fuera se veía como la dulzura de su esposo. En fin, eso lo llenaba de gran ilusión, sobretodo porque la oleada de tormenta y malos días en los que ellos como pareja se habían sometido, habían dejado de torturarlos. 

Era un simple Sábado, se encontraban en la casa de Ming y Kit haciendo una barbacoa. Los gemelos de la pareja jugaban animadamente junto con Aran en una pequeña pista de automóviles. Venus se encontraba con una prima de los chiquillos, exactamente de su misma edad; Las dos niñas jugaban con sus muñecas.

-¿Sucede algo? -Sonrió al escuchar la melódica voz de Yo golpear contra a un lado de su espalda, exactamente en donde dejó un beso sonoro.

-Solo que te amo demasiado - Murmuró acariciando las manos que rodeaban su cintura desde atrás. 

Su vida seguía intacta, muy tranquila y sus sentimientos prevalecían después de años, porque el amor era mutuo y sobretodo si ya tenían un retoño tan hermoso como su hijo; Pha recordaba con melancolía las cosas que tuvo que vivir su ahora esposo a causa del aborto. No fue nada lindo, sobretodo porque las repercusiones se veían aún cuando había descubierto su segundo embarazo. 

(Negrilla y cursiva, significa un flashback o algunas memorias de los personajes) 

Sonrió al ver el mensaje de Pha alumbrar su pantalla y fue inevitable no suspirar como la primera vez que lo vio, demasiado flechado por esa altura y mirada de autosuficiencia que traía el chico más guapo del instituto. 

Probablemente había ingresado a esa universidad con el propósito de ver a el amor de su juventud de nuevo, pero sólo eso, ya que veía demasiado lejano el hecho de que el hombre en el que pensaba en momentos vespertinos se fijara en él.  Aún recordaba como Forth se le insinuaba y Ming no paraba de insinuar que eso hacía que Phana se muriera de los celos, porque sinceramente él nunca lo notó y lo llena un poco de duda el que hubiera pasado si hubiera aceptado los sentimientos de Forth; No es que él chico fuese malo, consideraba que Beam es demasiado afortunado al tener a alguien así en su vida, pero simplemente ellos no estaban destinados. Ahora sabía que sus manos estaban entrelazadas con las de Pha en el futuro. 

Todo le recordaba a él, sobretodo su nido de amor, las paredes color melón (Color escogido por el mismísimo Pha) le recordaban muchas de las veces que el mayor lo había proclamado como suyo mientras sus ojos se perdían en el orgasmo entrelazado con el naranja pastel. Acarició la linea que tenía en el estomago, esa que tenía una textura que se diferencia al resto de su piel abdominal y ahora solo podía mirarla con amor, porque aunque esa linea que había sido un aborto, le recordaba que Pha estuvo ahí, incluso cuando él se mostró reacio ante la vida y ahora solo podía amar su cicatriz, porque también era un simbolismo de su amor desmesurado que se salía de paradigmas y limites. 

La sonrisa de su rostro se borró y la linea del tiempo que había formado en su mente, desapareció con su sombra moviéndose de manera ágil por el cuarto y terminando en el baño, probablemente desechando los pastelitos que había comido con Kit esa tarde. Luego de recuperar el aliento y terminar con lo que había empezado, cerró el váter y se sentó a un lado, aún desorientado por eso. Hace algunos días estaba teniendo algunas molestias estomacales y bastantes mareos. Kit le había recomendado ir al doctor, pero él no le vio mayor importancia, habló con su esposo contándole lo que sucedía y él le compró algunas medicinas para su problema.