REFUGIO ( #1) [EDITANDO]

Capítulo 17

17

  Todavía con el miedo entre mis venas que parece acompañarme allá a dónde valla, me encamino a la enfermería, donde espero poder ayudar en algo, demostrar a la gente de Refugio que si tengo intención de quedarme y ayudar, de querer unirme a ellos. Y, además, me gustaría saber en qué estado se encuentra Meghan. No me cae bien, pero eso no significa que quiera que se muera.

  Llego a la enfermería y me choco con Charlie. Después de la noche pasada, que parecía haber pasado hace siglos -, no lo había visto con tanto movimiento.

  -Lo siento, ¿estás bien? –se disculpa mientras me sujeta para que no me caiga.

  Lo miro avergonzada.

  -Eee... sí, gracias.

  Nos miramos durante lo que parecen horas hasta que me decido a hablar.

  -Oye Charlie, respecto a lo de anoche, cuando te grité…

 Levanta una mano para callarme.

  -No te disculpes. Los dos tenemos parte de culpa –hace una pausa -. Además, visto lo visto, no creo que me quede otra más que contarte parte de lo que sucede en los laboratorios –mi expresión de ilusión lo hace sonreír-. No todo, pero lo básico. Pero ahora no.

  Mi sonrisa se desvanece.

  -¿Entonces cuándo?

  -Cuando todo esto se haya relajado un poco –Meghan. Tengo que saber qué le ha pasado a Meghan. Se me empiezan a inundar los ojos de lágrimas al pensar en Meghan. Espero que no muera. No necesitamos más muertes. No necesito más muertes.

  -¿C-c…como está Meghan? –pregunto con la voz temblorosa del que llora y no puede remediarlo- ¿Está bien?

  Charlie suspira y mira hacia todas partes menos a mí. Me asusto.

  -Está viva –vacila-, pero los médicos no creen que pueda volver a caminar. No lo sabe nadie más que Noah y tú, así que no lo cuentes.

  Me quedo petrificada. ¿Meghan paralítica?

  -¿Dónde la hirieron?

  -En la parte baja de la espalda. Irreparable.

  Me quedo callado unos minutos, reflexionando.

  -Si quieres ir a hacer compañía a Noah, está en la sala de operaciones -señala la puerta que hay al final de la enfermería –Creo que es necesario que alguien esté con él. Y, dado que Andrea y Dan no están en condiciones de consolar a otro, creo que eres la que más se acerca a una amiga.

   -¿Y Edwin y Mike?

  -No son amigos. Ellos dos son demasiado cerebritos y les gusta demasiado esconderse en sí mismos como para preocuparse de hacer amigos –me mira con cariño-. Ve, anda.

  Suelto un profundo suspiro y me encamino hacia la sala de operaciones. Antes de avanzar mucho, me paro y me giro.

  -¿Charlie?

  -¿Mmm?

 -Gracias por no odiarme.

  Se ríe.

  -Aquí nadie te odia, simplemente te falta un poquito de integración en el grupo. Pasarán unas semanas más hasta que estés totalmente dentro. –        Parece que ya hemos terminado y prosigo con mi camino, pero Charlie añade-: Y sobre darte información sobre los laboratorios, ¿qué te parece si te recojo la tarde del jueves de la semana que viene?