La fiesta

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Mi amiga me había invitado a una fiesta ibicenca en la playa a la luz de la luna. Yo odio el blanco por lo que decido ir de rojo. Estoy en mi casa muy impaciente por la fiesta, llevo el pelo suelto, no necesito utilizar la plancha puesto que tengo el pelo rizado. Me miro al espejo y solo veo unos ojos verdes, decido echarme un poco de rímel y brillo de labios, no soy de las que se pinta mucho, si por mí fuera iría con una sudadera, mis Vans rojas y unas mallas negras. Decido ponerme un vestido rojo de palabra de honor y con forma de corazón en el pecho, entallado del pecho a la cintura y cae ligeramente desde la cintura hasta un poco más de la rodilla, en la espalda, justo debajo de la cremallera tenía unos volantes con diferentes tonos rojos, unos llevan un estampado de estrellas, otro de círculos y lunares...y por delante igual, a partir de la cintura cuando se deja caer. Y justo rodeando la cintura un cinturón negro muy fino. Pienso en ponerme unas sandalias con un poco de tacón pero apenas se nota. Y para terminar cojo un bolso muy pequeño negro de mano. Tocan al timbre y abro la puerta, es Alice, que viene a recogerme. Nos vamos a la fiesta y Alice como siempre va corriendo a saludar a todo el mundo, yo que soy más tímida me quedo observando el decorado, hay un montón de farolillos de diferentes colores, una gran parca y justo debajo una barra en el que se puede ver al camarero sirviendo unos cocteles. Alrededor de la parca había mesas y un montón de gente bailando en la improvisada pista de baile. Me voy acercando a la fiesta con la mirada fija en el suelo y una sonrisa tímida, antes de llegar a donde estaba Alice y todo el mundo, levanto la mirada muy despacio y lo veo, al chico que toda chica moriría solo por el mero hecho de poder hablar con él, pero el típico creído que cree que puede llevarse a todas las chicas, realmente no son de mi agrado. No me doy cuenta de que estaba mirándome, y sonrío, le contesto mirando hacia otro lado pero notaba sus ojos clavados en mí. Me dijo hola solo moviendo los labios y yo solo pude poner los ojos en blanco. Él chico se estaba acercando a mí pero gracias a mi amiga Alice y su ambición porqué haga amigos me salva de ser atrapada por las garras del chico creído. Alice me lleva hacia el grupo donde había cuatro chicos bastante atractivos.

-Sophie, estos son Evan, Danny, Elliot y Sam -dice Alice.

-Encantada-digo yo.

Evan se acerca, me abraza y me dice al oído-Tú y yo seremos grandes amigos ya verás.

Sonrío y se acerca Sam que no dejaba de mirar a Alice. Danny y Elliot, me abrazan también. Veo que Alice no deja de mirar a Evan y Evan no dejaba de mirarla a ella. Sonrío para mis adentros -¿Dónde está Ian?-dice Evan.

Estaba aquí hace un momento y ahora...

-Se habrá ido a casa seguro-dice Danny- sabes lo ligón que es cuándo ve a chicas guapas.

-Ahora vengo, voy a por una copa.

-Vale Sophie, pero no tardes, que luego no hay quién te encuentre- termina Alice.

Cuándo voy hacia la barra me coge un chico con unas pocas copas de más y me dice:

-Preciosa ¿quieres bailar conmigo?

-No gracias-advierto yo con una mirada fría.

Él cada vez apretaba más de mi brazo.

- Vas a bailar conmigo te guste o no.

-¡Suéltame!

No sé como pero aparece el chico creído y le pega un puñetazo en la cara al borracho. Me caigo al suelo por el empujón, él se agacha, coge mi mano, me mira y me dice:

-¿Estás bien?

-S...-no podía hablar, su mirada me había hipnotizado por completo.

Me levanta suavemente y añade:

No me busques, nadie me necesitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora