Peor de lo que esperaba

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-Es tarde, será mejor que me vaya.

-Quédate a cenar.

-Menudo cambio, hace unos días no hacías más que echarme de tu casa y ahora ruegas que me quede.

-No te estoy rogando-digo frunciendo el ceño.

-Si lo haces.

-No.

-Sí-dice riendo.

-Vete-digo en tono secante.

-Será una broma.

-Sabes perfectamente que yo nunca bromeo.

-Pues me quedo.

-Que te vayas.

-No, sonríe aún más.

Él se acerca a mí poco a poco sonriendo y mordiéndose el labio. Al verlo así, me recorre un escalofrío por todo el cuerpo.  Nos dejamos caer en el sofá, mis piernas rodean su cintura sin yo darles permiso y él apoya sus manos en el regazo del sofá, me quedo debajo. Va reduciendo la distancia entre sus labios y mi cuello y me estremezco. Intento frenarle, pero agarra mis manos, las coloca por encima de mi cabeza y las entrelaza con las suyas, dejándome fuera de combate, sin ninguna defensa. Mi cuello, al igual que mis piernas, se ofrecen a su cuerpo y siento sus labios húmedos recorriendo mi cuello. Me falta el aire, pero no me muevo, se para y ríe y yo me muerdo el labio sabiendo lo que va a hacer. Noto su lengua que sube de la clavícula hasta mi mandíbula y me muerde. No puedo evitarlo y mis piernas se contraen atrayéndolo más hacía mí. Intento pensar en otras cosas, pero solo puedo pensar en cómo sería que Ian estuviera dentro de mí. ¿Acabo de pensar eso? Intento centrarme, pero vuelvo a caer. Ian me muerde la oreja y levanta la mirada. No quiero saber que está pensando ahora mismo ni en cómo me veo después de aquello.

-Eres preciosa.

-Mentiroso-ahora era yo la que mentía, con él, me sentía así, pero aun así no podía dejar de pensar en todas las mujeres a las que Ian habría vuelto loca con sus encantos.

-¿Acaso no ves la cara de bobo que tengo ahora mismo? ¿Acaso no notas como no he dejado de temblar? Sophie, tienes algo que me atrae, pero a la vez, me asusta.

-¿Te doy miedo?-digo confusa.

-Tengo miedo de enamorarme de ti.

-Porque claro, enamorarse de alguien es malo, ahora lo entiendo todo- lo aparto él se acerca aún más.

-Sophie...

-Vete Ian, no pienso ser una más de tu larga lista de ligues.

-Si hiciera una lista, tú serías la primera-dice sonriendo.

-Encima, te resulta gracioso, pues no voy a caer por ahí.

-Llamaría a la lista, "las chicas con las que no quiero acostarme".

-¿Y ahora dices que no quieres acostarte conmigo?-digo gritando más de lo debido.

-No grites, que despiertas a tus amigas-borra su sonrisa.

-¿No quieres acostarte conmigo?-digo más bajo.

-Em, yo, bueno...si quiero, pero no solo te quiero para eso-dice atropelladamente y con las manos temblando.

-¿Y qué quieres?

-A ti, quiero todo lo que puedas ofrecerme. Sophie, sé que no me crees y es difícil de creer, ni yo mismo me lo creo, pero algo en mí, que antes estaba mal, ha cambiado y ha sido gracias a ti.

-Yo no puedo ofrecerte gran cosa.

-Yo apuesto que sí, si hasta me encantas cuándo te enfadas.

No me busques, nadie me necesitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora