Me había quedado durmiendo con el libro apoyado en mi pecho.
Giro la cabeza y Ethan no estaba. Salgo al pasillo y le cojo el brazo a un médico que pasaba por ahí.
-Perdone…
Al girarse me quedo blanca, era igual que Ian, pero tenía el pelo castaño oscuro y parecía tener alrededor de unos 45 o 50 años.
-¿Hola? ¿Te encuentras bien? No me digas que aquí hay fantasmas-dice girándose a mirar sus espaldas.
Lo diría por mi cara de espantada y el hecho de tener la boca abierta como si de dibujos animados se tratase.
-Eh… perdona, me has recordado a alguien. ¿Sabes dónde está mi hermano?
-Me han dicho varias veces que me parezco al padre de Edward en Crepúsculo, pero yo soy mucho más guapo. ¿Cómo se llama tu hermano?
Me río, tiene la misma chulería que Ian, pero Ian realmente se cree lo que dice, mientras que él simplemente hace la broma.
-Ethan Smith.
-Se lo han llevado a hacerle más pruebas. Tengo un rato libre ¿quieres tomar algo? Se te nota cansada.
No contesto, tampoco hace falta, coge mi brazo con cuidado y me lleva hacia la cafetería. Tenía las manos grandes y a pesar de su edad las tenía suaves, sin duda, el padre de Ian.
Hacía los mismos gestos, se movía con la ligereza que se movía Ian, incluso sonreía como él, quitando que al padre de Ian le salían arrugas en la comisura de los labios y alrededor de los ojos, seguía siendo atractivo para su edad.
-Me llamo Marcus.
-Yo Sophie, encantada.
Nos sentamos en una mesa apartada y Marcus pide un café.
-¿Quieres algo?-dice la misma camarera de ayer.
-Un sándwich vegetal y un zumo de naranja, gracias-digo sin mirar a la camarera.
-Ahora mismo os lo traigo-dice escupiendo las palabras.
“Zorra”, pienso.
-Bueno Sophie, háblame de ti.
Menos mal que no se ha percatado de mi cara de asco.
Me quedo callada.
-Que maleducado soy, lo siento. Como ya sabes me llamo Marcus, nací en Tenerife pero me vine aquí a Londres cuando era joven.
-¿Por los estudios?
-Más o menos, mis padres murieron en un incendio y la única familia que tenía estaba aquí.
-Vaya, lo siento mucho.
Era raro hablar con él, hablaba de forma calmada, atrapándote con cada palabra, deseando que continuara su historia, como si nos conociéramos de toda la vida.
-Me saqué la carrera de cirujano y me puse a trabajar en el hospital hasta entonces. También tengo dos hijos.
-¿Y tu esposa?
-Murió hace dos años.
No dejaba de preguntarme si realmente era el padre de Ian, todo encajaba, menos el hecho de que Ian me dijo que su padre era un rico empresario.
-Te toca contarme tu historia.
-Desde hace poco vivo sola, estoy ayudando a mi amiga a veces en una tienda y voy buscando trabajos para poder pagar la hipoteca y la universidad.
-¿Qué quieres estudiar?
-Siempre me ha gustado los bebés, así que sería algo que estuviera ambientado en ese tema.
ESTÁS LEYENDO
No me busques, nadie me necesita
Fiksi RemajaSophie, una chica como otra cualquiera ha perdido la esperanza de ser feliz, y se limita a vivir el día a día. No habla con su familia y su último amor la destrozó. Ahora no quiere saber nada de chicos, pero Ian, un chico de 18 años con ganas de viv...