Al día siguiente

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 Llegué tan cansada de la fiesta que no me di cuenta de la hora que era. ¿Las 12? Yo normalmente no duermo tanto, pero para todo hay una primera vez. Me quedo un rato en la cama y miro el móvil, tenía 5 mensajes de Alice, con los ojos entre abiertos los leo, dicen "Sophie, te necesito, ¿hola?, Sophie, tenemos que hablar", la ignoré por completo, me sentía tan cansada que voy directa a la ducha. Me cambio de ropa, me pongo unas mallas negras, una sudadera de Duff roja y mis zapatillas de estar por casa, me recojo el pelo con la toalla y bajo a desayunar. Al bajar por las escaleras puedo ver la nota que me metió Ian en el bolsillo, con tanto jaleo se me había olvidado mirarla. Abro la nota y veo un número, era el número de Ian, me lo guardo en los contactos y me preparo el desayuno. Unas tostadas con mantequilla y mermelada de fresa, mi zumo de naranja y un bollo de chocolate con crema. Mientras desayunaba decido contestar a los mensajes de Alice "¿qué pasa?", al rato ella contesta "es sobre Evan, ¿puedes quedar ésta tarde?", "Claro, es Domingo, ¿peli y palomitas entonces", "Que bien me conoces Sophie, bueno tengo que irme hablamos luego, te quiero Sophie", "Yo también te quiero Alice, disfruta el sábado".

Creo que me paso más de 10 minutos mirando el papel con el número de Ian y mirando el móvil no dejo de pensar, "seguro que va repartiendo su número a todas las chicas hasta que una de ellas es tan tonta de contestarle" pienso que podría ser diferente, pero había tenido malas experiencias ya con el amor en el pasado como para hundirme de nuevo, por lo qué borro el número del móvil y guardo el papel en un cajón de la cocina.

La gran pregunta ¿qué hago un domingo después de un día de fiesta?, pues me pongo a leer "Zafiro", porqué es una trilogía que me engancho tanto que no había mes que no me lo leyera, que pena de que nunca encontraría un chico que le gustase leer.

Estuve leyendo hasta las tantas y sin darme cuenta eran las 4 de la tarde y aún no había comido, así que llamo a un chino y pido la gran mayoría de platos del menú. Justo cuándo iba a tomarme una Coca-Cola suena el timbre, "será el chino", pienso, encuentro la cartera escondida entre los cojines del sofá y abro la puerta. Mi reacción fue igual que cuándo abres un regalo enorme y te esperas que sea algo impresionante y luego resulta que son un par de calcetines. Era Ian, estaba apoyado en la puerta con una postura realmente sexy, me mira con esos ojos entre grises y azules en los que no me había fijado la pasada noche y me dice:

-¿Por qué no me mandaste un mensaje?

-He encontrado el papel ésta mañana, además no tengo porque mandarte nada.

–Son las 4:15 Señorita Smith creo que ha tenido tiempo suficiente para mandarme un mensaje.

–Verás es que...

No me deja terminar la frase abre la puerta del todo y entra a mi casa.

–Mmm...entra como si estuvieras en tu casa hombre.

–Bonita casa.

–Verás yo es que iba a comer, estoy esperando que me traigan la comida.

-¿Estás leyendo Zafiro? es un libro muy bonito.

-¿Estás escuchando lo que te digo?

–Pronto sacarán la peli, podríamos verla.

–Tierra llamando a Ian, podría hacer el favor de salir de mi ca...

Suena el timbre, al abrir la puerta era el chino, le pago, le doy las gracias y cierro la puerta. Voy a llevar la comida a la cocina pero antes de poder poner las bolsas en la encimera Ian coge las bolsas y se poner a mirar que hay dentro.

–Emm... ¿podrías haces el favor de largarte y dejar mi comida en paz?

 –Ya veo que la leona tiene garras bien afiladas.

No me busques, nadie me necesitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora