»11. Fresa«

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Agustín.

La profesora se encarga de hacernos saber que pronto haremos un proyecto en grupos sobre algún tema de su clase que aún no va a decirnos. Todavía no sabe cuando va a iniciarlo, pero es consciente de que lo hará y nosotros también. Carolina ni siquiera intenta dirigirme una palabra, me ignora en toda la clase así como a Michael.

Jorge intenta voltearse para verla durante unas cuantas veces pero no lo hace del todo, ni siquiera la puede mirar bien porque se verá demasiado obvio.

Tiro levemente de el castaño cabello de Kopelioff pero sigue sin girarse. Así que me acerco un poco a su oído.

-¿Me vas a ignorar siempre, Kope? -Ella suelta un bufido y no dice nada. Vamos a ver si no.- Ya veremos si sigues así.

Me alejo de ella y lo único que hace es agarrar su cabello y lo colocarselo a un lado. Inconscientemente sonrío. No debiste hacer eso Kopesita.

Me vuelvo a acercar a ella y deposito un beso en su piel desnuda que está un poco más abajo de su nuca; ella como consecuencia tira un pequeño grito y se sobresalta, causando que todo el salón la volteé a ver, incluida la maestra.

-Señorita, ¿está bien? -Puedo ver como nuestros amigos están confundidos porque lo que ambos causamos y eso me hace querer reír a carcajadas pero me contengo.

-S-si. Estoy bien. Lo siento-Titubea un poco. Por experiencia sé que se encuentra con las mejillas coloradas.

La maestra asiente y sigue explicando, las miradas de los otros zombies que hay en el salón también vuelven a lo suyo, pero Valentina y Oriana la ven como esperando una explicación. Ella solo les susurra un "les cuento luego" y sus amigas asienten para luego seguir poniendo atención.

-Bonitas mejillas, Kope. ¿Vas a seguirme ignorando? Prometo disculparme. -Ella gira su rostro y no hay que ser inteligentes para saber que el espacio entre nosotros es demasiado estrecho. Lo que sea que ella iba a decirme se atasca en su garganta y no dice nada, solo suelta un pequeño suspiro; su aliento huele a fresa.

Mi mirada viaja instintivamente a sus labios y recuerdo nuestro beso en mi guarida. Quiero besarla de nuevo. Vuelvo a mirarla a los ojos y compruebo que ella también ve mis labios. Joder, ella también piensa lo mismo que yo.

Cuando por fin pienso besarla de nuevo, el jodido timbre nos hace sobresaltarnos y ella se aleja un poco de mí. Sus mejillas vuelven a ponerse rojas y se muerde su labio inferior. Yo quisiera morder ese labio.

Rápidamente todos nuestros compañeros; incluidos Mike, Julián, Oriana y Valentina, comienzan a guarda sus cosas y avanzan hacia la salida. Carolina comienza a guardar también desesperadamente sus cosas y me doy cuenta que ella quiere huir de mí. Lo cual no le dejaré hacer, está claro.

Cuando ella termina todos han salido, hasta la maestra. Los únicos que aguardan son las dos parejas que conforman nuestros amigos y el imbécil de rulitos. Ella se levanta e intenta caminar, pero la detengo de la mano y la atraigo contra mi cuerpo. Nuestros amigos al ver eso, se alejan del salón. Puedo ver en sus ojos verdosos los nervios y un poco de verguenza, lo cual es raro.

-Tu y yo tenemos que hablar, Kope. -Ella suspira entrecortadamente y abre la boca, pero alguien la interrumpe.

-Dejala en paz. -El imbécil se acerca a nosotros, pero no tanto, con aire de "enojado" como si fuera a intimidarme.

-Creo que ahora soy yo el que te va a golpear por ser tan metiche. -Lo miro frustrado. ¿Y este quién se cree? No me agrada en lo absoluto.

-Basta, Agustín. No lo vas a golpear. -Habla Carolina con voz tranquila. Nuestros ojos conectan y siento que ya he vivido esta conexión tan fuerte.- Jorge, voy a estar bien. De rato nos vemos y hablamos. -No quiero que se vean.- Por favor, dejanos.

-Carolina... ¿Estás segura de que quieres quedarte con este idiota? -Si, pibe ahora largate.

Ella se gira a verlo y le sonríe cálidamente. Su mano aún sigue sujeta a la mía.

-Si, Jorge, no es que me vaya a comer. -Aún, claro está.- Yo te mando un mensaje, ve.

Él asiente, susurra un "okay" y se va, dejándonos solos. Carolina vuelve a girarse frente a mí y es cuando safa su mano de la mía. Mi corazón siente un vuelvo cuando ella hace esa acción y no puedo evitar preguntar el porqué.

-¿De qué quieres hablar, Bernasconi? -Es preciosa, en serio. Ella se cruza de brazos y me mira un poco confusa, pero ya no está enfadada. ¿Se le habrá quitado por nuestro casi beso?

-Lamento mucho que Mike haya reaccionado como un león hambriento, él sólo me defendía. Aparte de que Jorge fue quien me una a golpear no yo a él. -Me disculpo y meto mis manos a los bolsos de los pantalones.

-Ya, pero tu lo has provocado. -¿Lo está...?

-¿Lo estás defendiendo? -La pregunta sale de mis labios tan rápido que no me doy cuenta de pensarle. Ella rueda los ojos.

-No, Agustín. Pero él es nuevo y Mike va y lo golpea como un gorila. Sé que si el no hubiera aparecido, tú lo hubieses golpeado.

-Claro que no, no me iba a dejar golpear por alguien que cree sentirse muy hombre pero tampoco es que me deje humillar. No me gustan las peleas, Carolina, pero tampoco voy a dejarme. Sé que suena patético y muy infantil, pero soy hombre. Está en mi naturaleza ser un gorila. -Ella no puede evitar reír y me hace sonreír por eso.

-Vale, gorila. Pero no quiero que vuelvas a provocarlo ni a él ni a nadie. Detesto los golpes, ¿vale? -Yo asiento frenéticamente.

-Tratare de cumplir eso, Kope, lo haré por ti. -Le guiño un ojo y veo como los ojos de ella brillan. Sonríe y yo la abrazo como muestra de reconciliación. Creo.- Gracias, Kope.

-No es nada, Agustín. -Ella también me abraza. No sé que me pasa con ella, pero me hace sentir muy agradable.

-¿Qué mierda está pasando aquí? -La voz de una pelinegra nos hace separarnos y mirar hacia el umbral de la puerta. Fantástico.

- Anhel.🌻

Lina • Aguslina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora