»23. Nada ni nadie «

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Sentí unos cálidos brazos rodear mi cintura y unas piernas enredadas a las mías. Abrí lentamente mis ojos para acostumbrarlos a la luz del sol que entraba por las grandes ventanas. Me separé un poco del pecho de Agustín para verlo dormir.

Di un pequeño bostezo y lo miré detenidamente.

Su rostro estaba un poco ladeado hacia mi dirección contraria. Su rostro Estaña definido y lentamente, subí mi mano para pasarla por su mandíbula, definiendo. Sus labios estaban un poco entreabiertos y se veían igual de apetecibles como siempre. Sin contenerme, me estiré un poco y le di un suave beso, sin recibir una continuación.

Cuando me alejé, volví a sonreír como la boba enamorada que me hacía sentir Agustín. Si no fuera porque su pecho se elevaba conforme su respiración, pensaría que estaría muerto por no haber seguido mi beso.

Deposité otro beso corto en sus labios y me levanté hacia el baño para darme una ducha, haciendo una mueca en el camino cuando sentí un poco de dolor en mi parte íntima. Recogí mi ropa interior para lavarla.

Al llegar a la ducha, mi mente viajó a la noche anterior que había vivido junto a entregado el uno al otro de una manera tan especial y única. Lo pude sentir.

Cuando terminé de bañarme, me di cuenta que mi ropa interior estaba mojada y no podría utilizarla. Así que salí del pequeño baño, miré a Agustín y aún seguía dormido plácidamente.

Tomé una camiseta negra holgada de su armario -con su delicioso aroma- y me la coloqué, junto a unos bóxer del mismo color, ajustados. Me quedaba unos cuantos dedos arriba de la rodilla, así que estaba prohibido inclinarme o alzarme.

Miré sonriente a Agustín y me dispuse a ser una buena novia, así que me dirigí a la cocina.
Gracias madre por haberme enseñado a cocinar.

Agustín.

Un pequeño sonido me hizo despertarme de golpe. Tallé levemente mis ojos para abrirlos bien, luego busqué con mi mano el pequeño cuerpo de la mujer con la que hace unas horas había hecho el amor.

Pero lamentablemente mi mano no encontró nada. Así que me senté de golpe y volví a escuchar un sonido en la cocina.

Sonreí en grande. ¿Carolina está cocinando? Dios si que me premio con una buena novia.

Mi novia.

Me levanté y decidí tomar una corta ducha, quería estar con ella otro rato. Quería estar con ella por siempre. Carolina Kopelioff se estaba metiendo muy fuerte en todo mi ser, en mi corazón. No dejaría irle tan fácil.

Me estaba enamorando y quería enamorarme de ella; sé que ella jamás me decepcionaría, traicionaría o mentiría.

Ella es sincera, ella es ideal.

Al terminar de darme una ducha, me coloqué un pantalón de chándal y me encaminé hacia la cocina, donde se encontraba mi dulce castaña.
Llegando a la cocina la ví de espaldas, estaba cantando una canción que no reconocí al instante, en voz baja.

Fruncí el ceño al escuchar su voz, sentí como si ya la hubiese escuchado antes en algún otro lugar. Me acerqué más a ella y su voz sonaba más clara, pero no recordaba a quien.

Mis brazos rodearon su cintura por detrás y ella se sobresaltó, al instante se giró hacia mí con los ojos abiertos y pálida.

-A-Agustín... -Tartamudeó nerviosa.

-No sabía que cantabas, -Murmuré un poco confundido.- Siento que ya la he escuchado...

Ella se alejó de mí, apartando sus ojos. Evadiéndome

-No, no. Seguro debiste haberte confundido. -Estaba muy nerviosa y evadía mi mirada.

¿Qué ocultas, Kopelioff?

-¿Estás bien, bonita? -Ella soltó un fuerte suspiró y luego negó, como apartando ideas de su cabeza.

-Si, si. Ignorame. -Sonrió, pero el sentimiento no llegó a sus ojitos.- Te he preparado el desayuno.

Olvidando toda la confusión y las miles de preguntas que me surgían en la cabeza, le sonreí.

-Comienzo a creer que si eres perfecta. -Le susurré cuando volví a abrazarla por la cintura. Su sonrisa se esfumó.- Carolina, ¿qué sucede?

-Nada, nada. -Volvió a sonreír.- Ven, sientate para que desayunes.

Le sonreí y ambos nos sentamos a comer. Pude ver que sus pensamientos estaban en otro lugar menos aquí conmigo.

-¿Te arrepientes de lo que pasó anoche? -Debía preguntarle y sacarme la duda.

Ella reaccionó y comenzó a agitar su cabeza en modo negativo frenéticamente.

-No, Agustín. -Estiró su mano por sobre la mesa para colocarla sobre la mía.- Lo que pasó anoche fue lo mejor que pudo pasarme. Te quiero y eso nada ni nadie lo va. a cambiar.

Sonreí como bobo enamorado.

-Yo también te quiero, bonita.

Me sonrió y continuamos comiendo con nuestras manos entrelazadas sobre la mesa.

Al terminar de comer, Carolina recogió nuestros platos y vasos para llevarlos a lavar. Le pedí que no lo hiciera, pero es cabezota y aún así, comenzó a lavarlos.

Mientras ella hacía eso, yo me acerqué hacia ella y la abrace por detrás, dándole varios besos en su hombro y cuello. Olía delicioso, se veía tan sexy en mi camisa y quería tenerla así, por siempre.

-¿Es tan loco que ya piense en casarme contigo?

Cuestione en parte broma y parte verdad. Ella soltó una carcajada y negó con la cabeza.

-Depende. Sí es verdad creo que tengo que comenzar a huir. -Terminó de lavar y se giró hacia mí, colocando sus manos en mi pecho y yo en su cintura.

Reí y la apreté más hacia mi cuerpo.

-De mí no te vas a escapar, Kopelioff. -Y la besé para luego terminar en mi cama.

Haciendo el amor hasta el cansancio con mi princesa.

Capítulo corto pero es lo que esta doncella puede hacer.😂

¡Feliz día de los Reyes Magos!🎉
Coman mucha rosca de reyes y que no les salga el Niño Dios😂

¡Feliz cumple atrasado pequeña angelito MaraVazquezPiero !💓
Ojalá la hayas pasado ultra bien, que sigas cumpliendo muchos años maaaaaas💖

Nos vemos, angelitos bellos💛

- Anhel.🌻

Lina • Aguslina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora