XIV

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Glosario:

Cheveux chauds: Criaturas de dos patas similares a los avestruces que en lugar de plumas tienen una gruesa capa de pelo muy usada para fabricar abrigos (De colores blanco, crema, vinotinto, negro y gris).

Caballeros Sagrados: Son caballeros entre los caballeros de distintos reinos que protegen . Cada uno ellos son personas terribles capaces de igualar el ejército de todo un país (Término sacado del anime Nanatsu No Taizai).

***

Bakugou mantenía una inexpresividad en su rostro bastante ajena a él. Habían pasado dos semanas desde que su tribu había partido de el bosque Majo con dirección a la Grande Queda de Neve para obligar a aquel Kori a cantar y de esa manera atraer Shiroi Hebis.

Pero contra todo pronóstico Uraraka se encontraba frente a él con su característico sombrero de bruja cubriendo su cabeza, una capa de viajes probablemente de piel de Cheveux Chauds de tono vinotinto cubriendo su cuerpo con su bastón mágico bien sujeto entre sus manos mientras su rostro conservaba una expresión apremiante.

- Pensé que me odiabas lo suficiente para jamás correr tras mi - El pecho de la chica subía y bajaba con la suficiente velocidad para demostrarle a Katsuki que había corrido un largo tramo hasta ahí. No sabía si sentirse halagado o preocupado por eso.

- Es algo... Pensé que... - Ochako levantó una mano en señal de espera mientras tomaba aire - Han contratado personas para recuperar al Kori.

La cara de Bakugou se relajo al oír eso - Ya lo se, pero agradezco que te preocupes por mis pertenencias Uraraka, es muy lindo de tu parte.

La joven bruja arrugó la nariz en notable molestia mezclada con fastidio - ¡No seas imbecil! ¿¡Crees que correría todo el camino hasta aquí solo para decir semejante tontería!?

- Pues no, así que espero que realmente sea algo interesante - Dijo Katsuki con más seriedad en su voz - Planeó deshacerme de algunas cosas por el camino, así que verás que llevo prisa.

Con la respiración ya regulada Uraraka se irguió en una postura firme quedando aún muchos centímetros por debajo de aquel cacique - No son personas comunes, son el Goldeu Dyuo.

Un tic casi imperceptible azotó el ojo derecho de Bakugou al oír aquel nombre, se trataba de un grupo conformado por guerrero muy fuerte alguna vez gozó del puesto de "Caballero sagrado" antes de retirarse para educar a su mentor. Un chiquillo que Katsuki jamás había visto, pero por lo que había oído sabía que subestimarle era un error que se cobraba caro.

- ¿Vienes a avisar del peligro? Eso es aún más bello ¿Te has enamorado de mi?

- No. Goldeu Dyuo me busca para interrogarme sobre ti, no deseo ser torturada ni nada por el estilo ¿Sabes? - Los castaños ojos de Ochako se veían determinados - Vengo a cobrar mis favores con protección.

Katsuki no lo meditó mucho. Proteger a su bruja favorita de otros posibles monstruos era algo que por ley debía hacer, no encontraría a otra mujer mágica dispuesta a ayudarle de manera gratuita.

***

- ¿Cuando nos encontraremos con ellos? - La voz de Tenya sonaba firme y algo desesperada.

Un chico más bajo que él ladeó la cabeza pensativo a su pregunta - Si mantenemos el ritmo podríamos toparnos en una semana, como mínimo.

- Izuku ¿Cierto?

- Dime Deku.

El menor de los Iida asintió mientras meditaba otra pregunta. Su hermano le había hecho compañía hasta la mitad del viaje donde un mensajero de su casa les dio alcance y le informó a Tensei de algo relacionado con la reina Kanashimi. El soldado había vuelto de inmediato encomendando el resto de la misión a su hermano. Tenya había tardado cuatro días en dar con el paradero de aquel dúo de guerreros que le recibieron con sendas sonrisas y un "Claro que ayudaremos" que había devuelto tranquilidad a su agobiada alma.

- ¿Que podrían querer esos salvajes del heredero?

- ¿Aizawa-sensei no te lo dijo? - Los dos chicos cruzaron miradas - Lo quieren para que atraiga Shiroi Hebis.

- Están extintos - Aseguró el muchacho de lentes irguiéndose en el caballo con cierto arrepentimiento - ¿Porque vas a pie?

- Mi maestro dice que así trabajaré mejor mi resistencia - El hombre musculoso que iba a muy por delante de ellos tenía una personalidad extraña a ojos de Tenya: Infantil-madura.

No podría catalogarlo como lo había hecho con Hizashi y con Shota, que con una simple ojeada sabías quién había crecido de verdad y quien aún permanecía en su estado de adolescencia mental. All Might, como le llamaba Deku y muchas personas más, era un hombre que parecía bailar en el limbo de la adultez definida y la inmadurez divertida.

- ¡Van muy atrás! Si queremos alcanzarlos antes de que lleguen a la montaña tendremos que movernos más rápido ¡Con ánimos! ¡PLUS ULTRA!

Lo último también lo había gritado Izuku mientras empezaba a correr tras su maestro. Tenya hizo avanzar más rápido al caballo para darles alcance. Él también quería correr como ellos, pero actualmente no se encontraba en condiciones óptimas para soportar carreras, All Might le había dicho que descansara para cuando la verdadera batalla se desatará.

También quería saber quién era Inko, de donde se habían conocido Midoriya y Yagi, y porque el mayor había renunciado a su puesto de Caballero Sagrado.

***

Shoto se mantenía con la mirada más fría que sus ojos eran capaces de lanzar mientras los orbes rojizos de aquel salvaje le observaban con un fuerte sentimiento adentro. Kirishima se mantenía fuera de la primitiva tienda reteniendo a Ashido mientras su cacique cruzaba algunas palabras con el Kori.

La leaenis solo deseaba cerciorarse de que nada atentaba contra su esposo, pero si de algo estaba seguro Eijiro era de que Katsuki se comía sus manos antes de tocar a Yuuga.

En el fondo hasta Mina reconocía que su hermano de crianza deseaba fervorosamente que alguien llegara en busca de rescatar a Aoyama para librarse de él de una vez por todas. No toleraba siquiera verle y, por mucho que le pesara a ella, el día que los padres de su esposo enviaran cazarrecompensas en busca de su amada ella tendría que batirse sola contra ellos.

Aunque claro estaba que una salvaje que podía expulsar ácido no tenía mucho que temerle a los cazarrecompensas ordinarios.

Pero ni los Goldeu Dyuo eran cazarrecompensas, ni mucho menos ordinarios que se harían los de la vista gorda al presenciar el deplorable estado de "esclavo" en el que se encontraba Aoyama.

Y Dabi, gozando del desconocimiento que tenía aquella tribu sobre su presencia cercana, era todo menos una flor del campo.

The prince and the beast #BNHAwards18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora