XXVIII

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Glosario:

Hwa-in: Mujeres que nacen con una semilla tatuada que al crecer se convierte en una flor que va creciendo lentamente junto a ellas, como un tatuaje con vida, desprende el aroma de esta flor (Término tomado del manwha Moonlight Garden, le haré ciertas modificaciones).

Hwa-in: Mujeres que nacen con una semilla tatuada que al crecer se convierte en una flor que va creciendo lentamente junto a ellas, como un tatuaje con vida, desprende el aroma de esta flor (Término tomado del manwha Moonlight Garden, le haré cier...

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Bakugou no había tenido la oportunidad de ver a su Kori luego de aquel incidente, no solo porque no estaba preparado para verle tan quebrado sino que Kirishima le tenía extrictamente prohibido el paso a su tienda hasta que le dijera que le había hecho.

No se lo diría.

Sus bestias habían logrado herir al aprendiz de Caballero Sagrado y este se había retirado junto a su pupilo no sin antes matar a uno de sus dragones más adiestrados ¡Maldición! Se alegraba internamente por saber que no habían podido llevar consigo al caballero eso que casi asesino de no ser porque puso como prioridad alejar a su Kori de aquel caído.

Se encaminó solo hasta el lugar donde habían librado aquella lucha, esperaba encontrar aun a ese tipo agonizando por el veneno, pero lo que encontró al llegar al claro le heló la sangre.

Se la hélo de ira.

- Uraraka... -.

La bruja estaba arrodillada junto a Tenya, el chico parecía no haber reaccionado aun, más no mostraba signos de ningún tipo de dolor debido a la magia curativa de ella. Normalmente una extraña felicidad enloquecía dentro de Bakugou cuando la tenía cerca, quizás debido a que siempre le había gustado, pero ahora pensaba que se debía más a su condición de hwa-in, porqué de no ser así su amor por ella era en realidad una obsesión que se convertía en algo venenoso.

- ¿Que demonios haces aquí? - Le preguntó con furia queriendo acercarse y golpearla por el simple hecho de estar socorriendo a la persona que le impedía ser querido por su Kori.

Uraraka por su parte le ignoró como solo ella sabía y se atrevía a hacerlo, no le interesaba en nada ponerle atención a Bakugou ¡Eso solo la ponía de mal genio! Estaba más preocupada por el pobre caballero, el veneno debía haberse extendido mucho durante el tiempo que estuvo allí abandonado ¡Pobrecito! Con el buen corazón que tenía le era imposible ignorar su necesidad básica de recibir ayuda.

- Deberías estar lejos de aquí ¿Porque has vuelto? ¿Eh? ¿¡Quieres fastidiarme!? - Se acercó lo suficiente para ver su cabello desde arriba, ella seguía arrodillada.

Ochako levantó su cara para ver la de él, se encontraba sumamente seria, como si la hubiera ofendido terriblemente con un tema extremadamente delicado - Mi mundo no gira a tu alrededor ¿Entiendes? He venido porque se me ha pegado la gana, nada más, no te creas tan importante -.

La sujetó del cabello con una fuerza suficiente para arrancarlo, pero inmediatamente lo hizo la mano le escoció horriblemente a pesar de las vendas, chorros pequeños de sangre empezaron a manchas su antebrazo mientras se observaba la mano nuevamente herida. La razón por la que el padre de Bakugou se había quedado prendado tan fácil y rápidamente de la madre de Uraraka había sido porque esta era una hwa-in.

Una que tenía un bello jazmín creciendo en su espalda y que desprendía el aroma de esta misma flor todo el tiempo, mas cuando se encontraba feliz.

Pero ser separada de su pequeña le dio tan duro que la flor en su espalda se marchitó y ella murió poco después sin alcanzar a darle un solo descendiente a Masaru. Uraraka por su parte jamás le había permitido a Bakugou tocarla temiendo que este descubriera la flor que crecía en su cuerpo.

Era su secreto más íntimo.

Todo debido a que las hwa-in usualmente eran horriblemente escasas y las pocas que nacían eran convertidas en prostitutas por la alta demanda que ofrecían en esa parte del bajo mundo, para su suerte a parte de ser una de ella había nacido con magia ¡Una bruja hwa-in! Capaz de defenderse de cualquiera que osara marchitarla.

Katsuki la fulmino con su mirada inyectada en veneno, sentía que toda aquella hostilidad no era común ¡Ella siempre le había odiado! Claro que lo había hecho, y él jamás la había culpado, de todos modos siempre se comportaba bruscamente con su persona cuando estaba exaltado... Pero esa vez era diferente, ni siquiera le dedicaba una mirada de odio común, no, irradiaba un fuerte deseo de quererle muchos metros bajo tierra terriblemente lejos de su persona.

- ¿Quieres morir o que? -.

Uraraka se puso de nuevo la capucha y se inclinó sobre Tenya, su magia parecía haber hecho efecto porque respiraba con regularidad y su rostro ya no mostraba dolor - Me lo llevaré hasta que sane ¿Un Speicher le ha mordido? Que truco tan sucio, te creí más... Cierto, eres un animal, no se porque lo olvido -.

La rabia parecía volver a consumirle lentamente ¿Ahora que? ¿Sus únicos intereses interesados en ese tipo? Genial, como para matarlo.

- La gente como tú es horrorosa, no puede ver nada bueno porque lo destruye ¿Eh? Luego me sorprende que quieras ser amado - Le miró inexpresiva - ¿Enserio crees que alguien va a amarte cuando te empeñas en destruir todo aquello que quieren? Los que aman de verdad dejan ir, porque se supone que lo que en realidad importa es la felicidad del otro... Pero eso tú no lo entiendes ¿Cierto? Las bestias solo saben morder a matar -.

Basta, quería que se callará.

Sin importarle el dolor que le pudiera ocasionar y el remordimiento que luego le consumiría la agarró del cuello de su traje tirando violentamente de este hacía atrás, esa parte de su ropa se rompió por la brusquedad del movimiento dejando a la luz el vendaje que usaba para cubrir su pecho, e inclusive su bastón mágico rodo lejos de su alcance. Tiró la prenda destruida y la sujetó del cuello contra el suelo, estaba llorando por el ahogamiento y trataba de quitárselo de encima inutilmente por su carencia de experiencia en el arte de herir personas intencionalmente sin su bastón.

Clavo sus dedos en la carne de una de sus piernas viendo la sangre manar, quería herirla hasta el punto en el que no pudiera olvidarlo nunca, separó sus piernas ya con una parte de esa prenda rasgada y lo vio.

Una pequeña flor de cerezo que se encogía tornándose marrón.

Se alejó de golpe  cayendo a unos metros de ella. Urara se dio la vuelta vomitando cualquier cosa que hubiera comido con anterioridad, Bakugou pudo apreciar toda su espalda.

Estaba cubierta por un ramillete de flores sakura que se arrugaban y abrían ¡Un tatuaje en movimiento! Recuperando lentamente su tono rosa pálido y su aspecto bonito.

Recordó fugazmente la espalda de su madre cuando fue enterrada, un ramillete negro y marchito de lo que alguna vez fue un bonito montón de flores blancas.

Estuvo a punto de hacerle algo horrible.

Algo que la mataría.

Estuvo a punto de convertirse en su padre.

Lo último que Uraraka vio mientras se recomponía un poco fue a Katsuki alejándose a toda velocidad, como si tratara de huir de un fantasma que había vuelto de infierno para atormentarle.

The prince and the beast #BNHAwards18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora