Todoroki Shoto es heredero del reino Gelida Ignis, vive su día a día aprendiendo todo lo necesario para algún día poder relevar a su padre del cargo supremo.
Katsuki Bakugou es el líder de la tribu guerrera Dracones Ardentes, luego de asesinar a su...
Hatsume Mei: La tía esa que está obsesionada con inventar objetos para el uso de héroes.
Nejire Hado: Chica de tercer año que es miembro de los tres grandes.
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La noche bañaba a la tribu en movimiento, los heridos habían sido atendidos con exito y las criaturas controladas con la profesionalidad que solo Bakugou poseía. Kirishima por su parte seguía buscando en que jarrón se había metido Amajiki para llevarle a su nueva tienda, la que anteriormente empleaba se había consumido completamente durante la batalla.
Bakugou pasaba entre su gente completamente en silencio, su mente estaba vagando lejos de su cuerpo en esos momentos, no se encontraba en la estabilidad para asumir su cargo de cacique esa noche, necesitaba encontrarse a si mismo y convencerse de que lo estaba haciendo bien... Mejor de lo que lo había hecho su padre.
Esquivó su propia morada y, de manera casi inconsciente, llegó hasta la tienda movible donde descansaba el Kori. Una de las leaenis que le custodiaba se interpuso entre su cacique y la entrada - Tenemos prohibido dejarle entrar señor - Kirishima les había explicado la situación lo suficientemente bien como para que sacaran el coraje de bloquearle el camino a su líder.
- No... Le Are nada - Katsuki estaba trabajando copiosamente para mostrarse lo más inofensivo posible. Las leaenis dudaron unos segundos mientras cruzaban miradas, la más alta de todas las presentes le dedicó una mirada desconfiada a su cacique.
- El más mínimo disturbio y lo sacamos - Así tuvieran que hundirle uñas y dientes para arrastrarlo fuera.
Bakugou asintió e ingresó a aquel lugar encontrandose con el nuevo objeto de su fijación, Shoto estaba acostado sobre las pieles dándole la espalda a la entrada y al nuevo intruso, ni siquiera había notado su entrada debido a que se encontraba profundamente dormido, arrullado por su dolor y por el potente silbido lejano de aquellas criaturas a las que estaba enlazado.
El silencioso frío que llenaba el ambiente alimentaba más fuerte aquellas voces internas que habían empezado a taladrar la mente de Katsuki, decían cosas horribles que no quería escuchar, parecidas a lo que Ochako había dicho... Pero mas hirientes.
Se acercó lentamente al cuerpo durmiente y se recostó a su lado, quería convencerse de que todo aquello que escuchaba en su cabeza era mentira.
Él podía amar algo sin destruirlo.
Amar sin destruir.
Le rodeo con sus brazos esperando alguna reacción, no recibió ninguna. Suspiro pesadamente y se quedó en esa posición preguntandose que soñaban las personas que habían sido criadas en medio de familias amorosas y ambientes pacíficos.
Aunque sin saberlo del todo Shoto también se preguntaba lo mismo de vez en cuando.
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