IX

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Glosario:

Hira: Sanador en la tribu de Dracones Ardentes.

Majo: Bruja en japonés.

***

El instinto de Shoto le decía que debía huir inmediatamente de ese lugar; Y aunque le costó horrores recuperar la movilidad de su cuerpo (preso del pánico) pudo girarse bruscamente con dirección a donde había visto por última vez a la joven reina Yaoyorozu, que tenía cierta fama de ser muy buena en cuanto a lucha se refería.

Bakugou vio cual bestia como su presa intentaba huir. La excitación que venía acompañada de la adrenalina le dio muchas ideas diferentes de como atrapar y reducir a aquel Kori, pero no tenía tiempo que perder en estúpidas persecuciones que podían simplemente complicar las cosas. Lo haría de forma rápida y extremista.

Mientras corría torpemente entre la maleza el menor de los Todoroki alcanzó a escuchar como algo daba un golpe seco en el suelo, golpe que fue acompañado de una sacudida de tierra bajo sus pies, pero Shoto no se detuvo a pensar en eso, él siguió con su huida hasta encontrarse con una alerta Momo que le miró con una mezcla de alivio y preocupación - ¡Alteza! ¿Y su caballo?

Todoroki no reparó en esa pregunta, estaba mas concentrado en recuperar el aliento perdido - Salvajes - Fue todo lo que salió de sus labios. El rostro de la joven reina se deformó en una expresión de terror.

- Venga, suba conmigo - Ofreció la joven mujer rápidamente mientras sus oscuros ojos analizaban la maleza frente a ella a espera de la aparición de algún grupo de sanguinarios hombres dispuestos a cortarlos en pedacitos, en lugar de eso la tierra volvió a sacudirse, solo que esta vez se abrió una enorme grieta entre el corcel que sostenía a Momo y el agitado Shoto que se hecho para atrás evitando caer en aquella grieta.

De la extraña abertura una alargada criatura de tonalidades marrones y gran grosor salió disparada hacia afuera batiendo su cabeza fuertemente sobre el suelo para identificar los objetos sobre este. La sangre se le heló a Momo al reconocer a aquella gigantesca criatura como el Drachenerde que le había obsequiado al cacique de Dracones Ardentes para asegurar la tranquilidad de su reino, pero eso no fue todo. Sus ojos se abrieron desorbitadamente al presenciar como aquel dragón subterráneo se envolvía alrededor del joven heredero de Gelida Ignis llevandoselo al interior de la tierra dejando un rastro de sangre en el lugar donde antes el príncipe se encontraba parado.

En menos de quince minutos la joven reina llegó junto a la multitud gritando a todo pulmón algo que cortó la celebración de temporada de caza.

"Han secuestrado al príncipe heredero"

***

Mina estaba acariciando el cabello rubio de su esposo mientras este mantenía una tembloroso sonrisa en su rostro. Kirishima había regresado murmurando cosas contra su cacique cuando le vio salir de entre los árboles con una sonrisa descomunal - Conseguí un Kori.

Los pocos presentes que sabían lo que esa palabra significaba abrieron los ojos de sorpresa, muchos se alegraron por la batalla que se avecinaba mientras otros pocos suspiraban cansados, la palabra "Conseguir" significaba que su queridísimo cacique acababa de secuestrar a algún incauto con los rasgos de la ancestral casa de los Kori.

No muy lejos de donde Tetsutetsu comía un poco de carne seca la tierra volvió a  abrirse llevándose consigo a un anciano distraído mientras el enorme Drachenerde salía de entre las entrañas de la tierra y se desenvolvía en la superficie dejando en el suelo el cuerpo sangrante e inconsciente de un joven de cabello bicolor que tenía colgando del cuello un collar con piedras de Shiroi Hebi. Suficiente prueba de que si era un descendiente directo de los desaparecidos Kori.

Kirishima se hizo a un lado para dejar pasar a Bakugou. Este camino hasta su nueva adquisición y la tomó entre sus brazos para llevarla rumbo a alguna tienda de alguno de sus Hira para que sanara sus heridas. Debían encaminar rápidamente en dirección norte para llegar lo antes posible al bosque Majo donde hallar alguna bruja que le pudiera explicar exactamente que hacía un Kori para atraer Shiroi Hebis. No se podía permitir engaños de parte de ese chico que llevaba en brazos.

***

Las cosas en Gelida Ignis eran una locura. La casa Iida había hecho uso de toda la armada real para partir en la búsqueda de su heredero. Tensei y Tenya habían salido del reino encabezando grupos grandes para atrapar a aquellos temibles salvajes conocidos como "Dracones Ardentes". Shiozaki había sacado a su reina de ese lugar lo más rápido que le fue posible con ayuda de un cazarrecompensas y su joven esposa que ni cortos ni perezosos prestaron ayuda a cambio de unos cuantos kin como paga.

Nemuri tuvo también que ayudar a su amante a salir a hurtadillas del reino junto a sus sirvientes para luego prestarse en cuerpo y alma a la búsqueda de su legítimo heredero. La persona más furiosa del lugar era el soberano Enji, que para sorpresa de la gran mayoría se digno a subir a la torre del palacio para ver a su cautiva esposa que lloraba desconsoladamente sobre la fría piedra de su celda.

Los gritos se escuchaban desde los jardines del palacio. Y los pocos guardias que aun estaban ahí tuvieron que tragarse su orgullo y escuchar en silencio el maltrato infringido en su verdadera reina.

Ahora culpada del secuestro de su único hijo.

***

Shoto dormía sobre unas pieles cuando despertó de golpe. Se vio vestido con nuevas ropas y envuelto en primitivos vendajes; para su alivio llegó al ver aun en su cuello el collar que le había regalado su madre.

- ¿Sigues vivo? - Preguntó una temblorosa voz prudentemente alejada de él. El menor de los Todoroki le miró con desconfianza recordando vagamente como había terminado en ese lugar, pero su guardia bajo al notar que quien le acompañaba en esa tienda en movimiento era un chico rubio extremadamente asustado.

Shoto asintió como respuesta a la pregunta del extraño mientras esté mantenía su forzada sonrisa estampada en el sudoroso rostro - Ese tipo aterrador - Susurró el rubio refiriéndose a Bakugou - Tiene planes contigo.

- ¿Quien eres? - Preguntó el heredero de Gelida Ignis dando la impresión de haber ignorado las palabras de su compañero - Aoyama... Yuuga Aoyama... Aunque creo que ahora mi apellido es otro.

- ¿Por?

Yuuga ladeo la cabeza mientras le echaba un rápido vistazo a la entrada de la tienda - Me trajeron para casarme con una salvaje... Supongo que tú debiste gustarle al líder - Murmuró volviendo a mirar a Todoroki. Este en cambio se fijó en las marcas de mordida que tenía Aoyama estampadas en los hombros... Aunque lo seguro es que tuviera más de estas ocultas bajo la ropa.

¿También le casarían con una salvaje?

No.

Él quería casarse con Tenya.

The prince and the beast #BNHAwards18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora