The prince and the beast #BNHAwards18

XXIV

Glosario:

El sol era radiante ese día, la tribu se tomaba un pequeño descanso mientras Yui se encargaba de continuar el entrenamiento de los nuevos miembros del grupo de leaenis, necesitaba mujeres guerreras de espíritu inquebrantable y lealtad dura para con su gente.

Kirishima se preparaba para salir de la tienda de Todoroki con los avances en mente cuando este le detuvo con una de sus penetrantes miradas bicolor que parecían agujerearte el alma misma - ¿Sucede algo? -.

- Deseo algo a cambio de mi colaboración -.

- ¿Algo? ¿Que sería a parte de comida y nada de maltrato? - No le estaba permitido darle rienda suelta al Kori, si pedía algo como salir sería rápidamente negado y eso podría provocar que volvieran a las arcaicas maniobras sanguinolentas de su cacique.

- Compañía, la soledad me esta enloqueciendo - Y no era mentira, jamás había estado tan consciente de sus miedos internos como en esos momentos ¡Hasta empezaba a recordar el maltrato de su padre!

Eijiro asintió bastante aliviado de que no fuera algo imposible de conseguir, más no espero la violenta reacción de su cacique y amigo... Y eso era mucho decir teniendo en cuenta que Katsuki siempre era violento.

- ¡NO! Y punto -.

- ¿Porque? Solo necesitamos conseguirle un esclavo que tenga algo interesante de que hablarle ¡No es difícil! - Parecían un par de hermanos discutiendo quién comería el trozo mas grande de carne en el almuerzo.

- Porque yo lo digo - Aquella respuesta provocaba en Eijiro una rabia similar a la que debía sentir Bakugou en esos momentos.

- Mira Katsuki - Llamarle por su nombre significaba que la cosa era seria - Todo el avance que tenemos con el Kori es logro mío, así que te dejas de pendejadas infantiles que a estas alturas del partido que no nos favorecen -.

Bakudou lo fulminaba con sus rojizos ojos deseando cortale la lengua con faltarle el respeto a él ¡Autoridad mayor de Dracones Ardentes! Luego recordaba que le consideraba parte de su familia y medio se le pasaba esa cólera repentina.

- Un esclavo ordinario no - Se apresuró a aclarar un poco menos asesino que antes - Alguien con quien no vaya a cruzar la raya -.

- Perfecto, yo mismo me encargo de buscarlo entonces -.

Katsuki asintió a la propuesta de su amigo mientras este se sentía inundado de un alivio glorioso ¡Habían llegado a un mutuo acuerdo sin necesidad de un duelo! Aleluya, ese día se transformaba en dragón ¡Si! El suceso lo ameritaba.

En menos de quince minutos ya estaba fuera de la tienda del cacique desplegando sus enormes alas escarlatas para alzar vuelo.

Uraraka se había terminado ofreciendo a trabajar gratuitamente para aquellos agradables desconocidos que le brindaron comida decente y una charla animada. Un ex caballero sagrado, su aprendiz y un caballero de Gelida Ignis repuesto por su poción.

- Nunca antes había bebido una de estas - Comentó Tenya cuando sentía las oleadas de buenos ánimos azotarle el alma.

- Siempre hay una primera vez - Le dijo Ochako feliz de saber que alguien iría a fastidiarle la misión a Bakugou ¡Se lo merecía! Por maldito.

All Might se limitaba a hacer vigilancia del perímetro mientras Izuku servía la cena en tazones de barro desiguales, él mismo había cocinado y se sentía feliz por el hecho de que le habían caído lo suficientemente bien a la bruja como para librarse del pago.

- Espero les guste - Dijo al terminar de repartir el alimento, su maestro se alejó para comer en silencio y continuar su vigía. Midoriya tomó asiento junto a la chica mágica y el feliz caballero.

- ¡Esta delicioso! - Proclamó Uraraka con la boca casi llena ¡Hacía tanto no comía algo decente! Esa sopa le sabía a gloria líquida.

Tenya apoyó la opinión de la bruja con un asentimiento de cabeza, sentía que todas sus energías habían regresado de golpe y estaba ansioso por entrar a la acción ¡Salvaría a su príncipe! ¡Lo haría! Estaba decidido a batirse con toda la bendita tribu si era necesaria ¡Por Shoto lo haría!

- ¿Mucha devoción a la familia real? - Preguntó Uraraka tratando de intimar un poco para quitarse el aburrimiento que le provocaban las comidas silenciosas, ya tendría tiempo para comer callada cuando estuviera viajando sola de nuevo.

- Solo a él, y no es devoción - Sinceró Iida recordando esa tenue sonrisa que en sus últimos días juntos el menor de los Todoroki había empezado a regalarle... Quería tenerle cerca otra vez ¡Proteger su felicidad con la vida misma! Derramaría la sangre que tuviera que derramar por alejar a todos esos salvajes de su amado.

- ¿Amor? - Un piquete de decepción se dejó escuchar en el tono de Ochako, pero nadie lo notó - Buena suerte con tu cruzada -.

- Gracias -.

No le devolvió el agradecimiento, ya que, estaba apartado.

El reino de Weisheit había preparado una despedida para su adorada reina y los soldados que partirían con ella para ir en busca del príncipe heredero de Gelida Ignis. El poblado enteró se encontraba de fiesta celebrando que quizás esos no serían sus últimos momentos al lado de los que partirían.

Momo estaba sumamente agradecida con toda la gratitud de su gente, más no conseguía concentrarse del todo en disfrutar la velada debido a que La Mano no solo no había hecho acto de presencia sino que la había estado evitando descaradamente desde su discusión.

No quería partir de su hogar enemistada con Ibara.

- Disculpe - Detuvo a una de las empleadas con su cortés sonrisa - ¿Sabe donde se encuentra la señorita Shiozaki? -.

- En su habitación, se ha negado rotundamente a salir de allí - Le informó la muchacha con tono de preocupación. Yaoyorozu le agradeció su ayuda y abandonó sigilosamente el salón para subir escaleras ¡Necesitaba solucionar sus diferencias! Ibara había sido su única compañía cuando su padre la envió lejos de casa a estudiar.

Siempre la había tenido a ella apoyándola en sus descabelladas ideas de igualdad de género y estatus, creyendo firmemente en que sería una grandiosa gobernante a pesar de su corta edad y sus liberales creencias... Si había alguien con quien había compartido más que solo un trozo de su vida era Shiozaki.

Cuando estuvo frente a la puerta tocó tres veces, no recibió respuesta alguna, repitió el proceso.

- Vete - El tono era tan cortante como un filoso cuchillo de carne.

- Por favor, me iré mañana - Su voz en cambio era suplicante.

- Mejor, así no tendré que soportarte -.

- Shiozaki -.

- ... -.

- Esta podría ser nuestro último cruce de palabras... Por lo menos hagámoslo grato de recordar cuando estemos separadas -.

Abrió.