XXXVII

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(Shinsou en portada :v)

(Estoy pensando en hacer un libro aparte de esta historia con ilustraciones, ya saben, dibujos de ciertos personajes y escenas ¿Que creen? ¿Lo hago o no?)

(Estoy pensando en hacer un libro aparte de esta historia con ilustraciones, ya saben, dibujos de ciertos personajes y escenas ¿Que creen? ¿Lo hago o no?)

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La noche era tan fría que todos los miembros de Dracones Ardentes dormían pegados los unos a los otros cubriéndose con cuanta cosas hubiera a la mano. Los más pequeños permanecían en el centro para evitar que fueran devorados por las criaturas que merodeaban la Grande Queda De Neve durante las noches ¡Habían perdido a quince de sus niños en la primera noche! Y ellos no eran una tribu que se diera el lujo de dejarse quitar a sus futuros soldados.

Kirishima por su parte dormía con las Dyr en la cola de bestias, las chicas estaban lo suficientemente adiestradas para no morir en la inclemencia sirviéndose del calor que brindaban algunas criaturas, como Kirishima, él por si solo era una enorme fuente de calor solo disfrutable por el pequeño derivado de ninfa que dormía pegado a su cuello.

Tamaki tampoco era que necesitara encogerse para acomodarse contra Kirishima, perfectamente podía tolerar tales temperaturas, de todos modos él había nacido en aquellas cordilleras... Más no era tan fácil usar su poder cuando no había tenido contacto con lagos (Su hábitat natural) en ya mucho tiempo.

La única tienda ocupada era la Shoto, él sí que se sentía en su territorio ¡Ni una pizca de frío! Comparado con las heladas que había sufrido bajo la inclemencia del salvaje mayor su situación actual era muy diferente... Era como cuando dormía en la casa de los Iida. Un lugar desconocido pero extrañamente hogareño y familiar... Exceptuando el hecho de que ahora tenía, nuevamente, al salvaje rubio dormido junto a él.

Personalmente Shoto no se sentía muy cómodo de tener a su captor dormitando pacíficamente contra su cuello mientras le sujetaba con los brazos posesivamente. Quería escurrirse hacía alguna esquina de la tienda para dormir tranquilo y lejos de aquel hombre con carácter de bestia, pero cada que intentaba soltarse este solo lo abrazaba más fuerte, incluso llegó a sentir que le cortaba la respiración.

Cerró los ojos tratando de conciliar nuevamente el sueño, se le hacía ligero cuando el salvaje rubio decidía que le apetecía tenerlo de calentador nocturno.


Nemuri caminaba nerviosa en su habitación mientras una carta que su amado le había enviado desde Hyacinthum reposaba abierta sobre su cama. Tsunagu le había propuesto huir a su reino para otorgarle asilo político a ella y a los sirvientes de su casa, estaba dispuesto a ponerse en zona roja con el rey de Gelida Ignis con tal de mantenerla a salvo.

Pero ella no era de esas mujeres que huían cuando las cosas se ponían difíciles ¡NO! Era La Mano del Rey, señora de la casa Kayama y futura soberana de Hyacinthum, un hombre cegado por la ira no la haría salir corriendo a ninguna parte.

Se sentó bruscamente en su escritorio y empezó a redactar una carta para Tsunagu, lo que necesitaba de él en esos momentos no era una propuesta de escape, solo requería de apoyo militar y sentimental.

Y el segundo no necesitaba ni pedírselo para obtenerlo.

Cuando hubo terminado allí salió en busca de una de sus criadas, le entrego el sobre y le encargo hacer lo de siempre para poder enviarlo. La señorita respondió con una reverencia antes de partir a cumplir las órdenes de su señora, igual como lo había hecho Hanta casi un mes atrás cuando le ordeno solicitar apoyo a La Reina Joven en el plan que ella y Tensei estaban maniobrando para dar de baja a Enji.

La tolerancia que la casa Iida le había brindado a su rey desapareció cuando este ordeno colgar a Chikara y a Chie por su "incompetencia" para rescatar al heredero dejando a Tensei como nuevo Lord Iida. También corría el rumor de que el soberano estaba detrás de la desaparición del hijo menor de los ejecutados, que probablemente había ordenado su asesinato para continuar el castigo a su antigua familia más leal.

Tensei le había confesado a Nemuri que Tenya en realidad había partido en búsqueda de un ex-caballero sagrado que les ayudara a localizar al príncipe. La Mano pensó internamente que Enji era un imbécil de primera categoría, no solo tenía el castillo regiamente custodiado para impedir ataques dejando al pueblo sin seguridad alguna sino que también había puesto en su contra a los únicos aliados con los que siempre había contado.

Ella por su parte trabajaba en su doble fachada: Mano del Rey durante el día y promotora del futuro golpe de estado durante la noche.

Ojala todo saliera como lo planeaba y aquellos rumores de que Kanashimi también había sucumbido a la ira de Enji fueran falsos.


– ¡La madre que te pario! ¡Donde vuelva a verlo lo rebanare en pedacitos!

– Lastimosamente aprecias mucho tu vida como para hacer algo así ¿No, Itsuka?

La chica clavo su furiosa mirada en Shinsou quién había venido a informarle que Mashirao no deseaba volver a trabajar en aquel bar. Ella por su parte no podía sentirse más molesta e indignada, solo considerar la idea de que estaría totalmente sola entre tanta mugre por muchísimo tiempo indefinido le ponía los pelos de punta.

– Ojala te maten en tu próxima misión – Escupió al suelo luego de decir aquello. Hitoshi por su parte se limitó a bostezar calmadamente mientras se dirigía al tablero de misiones.

Itsuka no podía abandonar el bar sin asegurar un reemplazo permanente debido a un contrato mágico que había firmado siendo ignorante de todas las condiciones que allí habían estado escritas. Pateo una silla desmontándola en el proceso mientras se iba hacía la bodega despotricando contra el anciano que la había hecho firmar tres años atrás.

Hitoshi analizó los trabajos hasta encontrarse con uno sumamente extraño: Encontrar la biblioteca de musas en La Grande Queda De Neve ¡Guau! Eso sí que era interesante.

Pensó seriamente en tomarlo cuando recordó todo lo que su padre alguna vez le dijo sobre aquella cordillera, no era un lugar al que ibas solo si esperabas regresar con vida... Y él no quería morir aun ¡Tenía mucho que hacer! Y por mucho se refería sola y únicamente a ser feliz con Ojiro.

¿Qué podía importarle más que su chico?

¿Vengarse de Midoriya? No, eso estaba segundo en su lista de prioridades vitales.

No le hecho más cabeza y se decidió por una que pedía la captura de un chico que se había hecho pasar por el hijo de un duque para suplantarle en una boda de conveniencia y sí tener las puertas abiertas para robar en la casa de la novia todo lo que se le antojara.

Parecía una misión interesante. 

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2018 ⏰

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