Dudas II

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Dudas II

La habitación de Siv es tal como la imaginé, como antes pensé responde al típico estereotipo de niña consentida, su habitación es el segundo más grande en toda la casa, supongo que el más grande es el de sus padres, las paredes pintadas de color rosa y lila, la cama está pegada al fondo y en medio de la habitación, con dos pequeños burós a cada lado, uno con una lámpara y el otro con una libreta y el control de una televisión; del lado derecho un escritorio con un ordenador  de escritorio, a un lado una impresora y al otro lado una laptop, del lado izquierdo un librero alto con un hueco en medio donde está la televisión, tiene libros, cuadernos, algo parecido a un álbum de fotografías, en uno de los espacios hay películas en DVD; en la pared donde se encuentra la puerta, a un lado hay un closet enorme, tan alto como la pared, tan ancho como lo que resta de pared quitando la entrada y tiene un fondo de un metro que es un pequeño pasillo antes de entrar completamente en la habitación; en el fondo del lado derecho hay una puerta, creo que ahí hay un baño completo; toda la habitación está alfombrada de color azul cielo, no muy buena combinación de colores, todo resalta y llama la atención, es en cierta forma desagradable a la vista.

-Ten, llama a tus padres. – “Me entrega un teléfono fijo, no lo había notado, está pegado a la pared arriba del ordenador. Es de color rosa, se confunde entre… todo. ¡Esto a largo plazo puede dejar ciego a alguien!”

-No sé el teléfono de nadie.

-¡¿Cómo es eso posible?! – “Yo me pregunto lo mismo, la respuesta es simple, no tenía la necesidad de aprender ningún teléfono, Zhue los tiene todos en su móvil, como siempre estaba con Zhue… - ¡Ya! ¡Olvídala! ¡Ella te dejó! ¡Déjala tú también! – Trataré.”

-Jamás tuve que hablarle a alguien. – “Contesto con un poco de indiferencia y humor. Me mira confundida, hace una mueca de desaprobación, me toma por el brazo y me saca de su habitación.

Nos dirigimos al primer piso, a la sala de estar, se ve mejor que el cuarto de Siv - Cualquier lugar se ve mejor que el cuarto de Siv - ¡Sí! ¡Lo sé! Es extremadamente ridículo. La sala de estar es una habitación grande, decorada con una gama de café-beige, todo tiene un estilo muy elegante y hermoso, los sillones de piel, los muebles de madera oscura, marcos de pinturas minimalistas en las paredes, todo bien organizado, da una buena impresión entrar en esta habitación. Ahora que lo noto su casa tiene el mismo modelo arquitectónico a la mía, que coincidencia. La mamá se Siv está sentada en el sofá mas grande, en una posición aparentemente cómoda, recargada en el brazo del sofá sobre su brazo derecho, las piernas sobre el sofá y flexionadas de forma que sus pies están junto a su cadera.

-Mamá, vamos a salir. – “Dice Siv dirigiéndose de manera prepotente a su mamá. No puedo creer que le habla así.”

-Pero acaban de llegar.

-Sí, pero necesitamos salir. – “Al menos le informa a su mamá, aparentemente podría hacer lo que ella quiera cuando quiera.” – Ya nos vamos.

-¿A qué hora llegas?

-Cuando tenga que llegar. – “En serio me sorprende. ¿Por qué le habla así? ¿Cómo puede su mamá permitir eso?”

-Con permiso. – “Le digo a la mamá de Siv cuando ella da media vuelta y sale de la habitación. Salgo detrás de ella ¿A dónde vamos? ¿Qué haremos?

Estamos fuera de la casa, hay un jardinero que arregla los arbustos que definen el límite del jardín, veo a Siv, ella camina hasta la acera, la sigo, quiero saber lo que vamos a hacer, no había necesidad de salir de su casa.

-¿A dónde vamos?

-A tu casa. – “¡¿A mi casa?! ¡No! ¡Ése es un problema!”

-¿Para qué?

Pensamientos de una menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora