11
Un nuevo día
Al abrir los ojos lo único que veo es ése horrible techo incoloro sobre mí, y de repente recuerdo que no estoy en Inglaterra, que no estoy en mi antigua habitación, que no estoy en la misma escuela, que probablemente jamás volveré a ver a mis amigos, y que desgraciadamente aún tengo que desempacar demasiadas cosas. Nada va como planeaba. – Tu padre te lo ha dicho, lo único que puedes esperar es lo inesperado. – Cierto, sin embargo dentro de mi inesperado no estaba mudarme a otro país, el cual no es más que un pueblo perdido en medio de la nieve y el océano. – Inesperado. – Guarda silencio.
Me siento, miro a mi alrededor aún adormilada, me sorprendo al ver la cantidad de cajas, son demasiadas, ¡Tengo tanta flojera! Bajo mis pies de la cama, intento encontrar mis tenis, no los veo, me levanto y me asomo bajo la cama, tampoco ¿Dónde los dejé? Miro a mi alrededor, de nuevo, y no veo nada más que cajas, de nuevo ¡Agh! ¡Qué molestia! Me enoja el no recordar donde los dejé. Bueno, me relajo, respiro hondo, tengo la opción de desempacar y sacar otros zapatos u ordenar toda la habitación, tal vez así los encuentre. Miro hacia el mueble al fondo de mi habitación ¡Sí! Al menos recuerdo dónde dejé el móvil. Esquivo el laberinto de cajas y llego al mueble, tomo el móvil y enciendo la pantalla, cinco ocho, es temprano, tenía que estar lista y preparada a las seis en la otra escuela, ahora puedo salir de la casa seis cuarenta y llego temprano a ésta escuela. Me dirijo a una caja que está cerca de la entrada, la abro, es la caja de ropa, tomo una prenda y la arrojo a la cama, tomo otra y hago lo mismo, repito el proceso hasta que la caja queda vacía. Abro la parte de debajo de la caja, la extiendo y la aplano. Abro la caja que está a mi derecha, mas ropa, repito lo que hice con la caja anterior. Levanto la vista, mi cama tiene una montaña de ropa, que molestia acomodar todo en éste momento. Giro a mi izquierda, abro otra caja ¡Sí! La caja de los zapatos, saco un par de Converse, volteo la caja y todos los zapatos salen de la misma.
Me dirijo a la cama, tomo una camisa al azar, un pantalón negro. Me dirijo al baño, la batalla diaria, el mismo pensamiento repetido día tras día. Me veo al espejo, ahí estoy, pálida, ojerosa, ¡Gorda! ¡Fea! ¡Me odio! Siento la adrenalina correr por mi cuerpo, de repente hacer calor, me llena de rabia el hecho de verme, me llena de ira el saber cuánto me odio, me enfurece el pensar que Alice es más bonita a pesar de que somos gemelas. Abro la llave, espero a que salga el agua caliente, me desvisto ¡Dios! ¡La peor parte! Verme sin ropa es tan desagradable.
Tomo un baño rápido, me visto, tomo los tenis que separé, tomo la ropa que está sobre la cama sin cuidado alguno, la amontono en el closet, tomo el móvil y enciendo la pantalla, seis diez. Tengo tiempo para desempacar más cosas. – Si vas a hacer lo mismo que acabas de hacer con la ropa no hagas nada. – No voy a hacer lo mismo. La ropa entra y sale, no importa si está en orden o no. – Como quieras, solo ten en mente la organización.
Tomo una caja, la abro, es la caja de los artículos personales, comienzo a sacar con cuidado algunas botellas de perfumes, un desodorante, cremas corporales y faciales. Tomo otra caja, al abrirla veo objetos pequeños como juguetes, adornos, una cajita que contiene accesorios, saco todo con cuidado. Me dirijo con todas las cosas y las dejo caer sobre un buró encontrado junto a la cama, comienzo a organizarlos. Abro otra caja ¡Esta es la que me interesaba! La de la ropa interior. Volteo la caja sobre mi cama y algunos calcetines caen al suelo, me acerco al buró y abro uno de los cajones, introduzco las prendas sin cuidado, separo una pantaletas y calcetines ¡Qué molestia! ¡Desvestirme de nuevo! Me desvisto y me pongo las prendas, me vuelvo a vestir. Me dirijo a la cama, me siento, estoy aburrida y no quiero hacer nada, agarro el móvil, enciendo la pantalla, seis veinte, ¡Ridículo teléfono! ¡Lo detesto! Me levanto de un brinco, me dirijo al baño, tomo un peine, me arreglo el cabello de la misma manera en lo hago diario, me observo un momento al espejo, no me veo bien, hago una mueca de desagrado, no retiro la mirada de mi rostro, doy un hondo suspiro. Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina.
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Pensamientos de una mente
Teen FictionEl día a día de 5 adolescentes que buscan su camino a la maduración, comprenderán que cada acción tiene sus consecuencias con las que tendrán que vivr el resto de su vida. Sus miedos, sus trastornos, sus filias los acompañan. Historia de Queen Jatte...