Capitulo 36/2

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—¿Que pasa, Lia?- susurra a mi lado con su voz teñida de preocupación.

Oh, esta aquí.

—Oh, Jackson...

Veo como frunce el entrecejo. Aun estoy intentando de que mis latidos desbocado de mi corazón recuperen su ritmo normal. Me abraza entonces en lo mas profundo de mi interior me grita que en los brazos que estoy envolvida no son de mi Jackson.

Es Elliot, su hermano casi idéntico.

Le empujo fuerte -¿ que ocurre?, Lia- pregunta con angustia. Enjuaga mis traicioneras lagrimas que han salido sin previo aviso logrando deslizarse por mis mejillas.

—Solo fue una pesadilla.

Besa mi frente para luego levantarme y colocarme sobre tu regazo.

—Cuidare de ti siempre, mi pequeña. Solo fue un mal sueño.

***

Semanas después

...minutos, horas, días, semanas ¿que faltaba para terminar de llegar a su miseria? ¿meses? ¿años?

Recuerdos.

Los recuerdos me queman el alma y solo anhelo que esa llamarada signifique una desunión con mi compañero.

Los recuerdos es lo único que me ha mantenido con vida, bueno, eso y el suero que veo como las gotas caen en un pequeño vertedero de unos cuantos centímetros para luego correr por una pequeña manguera transparente que llega a unirse a una aguja que se introduce en el dorso de mi mano.

Los recuerdos de aquella noche...

—¡Me quemo!—grito sintiendo como si fuego estuviera en mi pecho.

Oigo un grupo de personas casi tumbar la puerta de la habitación de Jackson.

—Apaguen el fuego— grito.

No puedo ver nada porque hay una nube negra que nubla mi vista.

¿ Porque no apagan el fuego? ¿Acaso no lo ven?

—¿Lia?—susurra mi hermano Liam. Su voz esta empañada de susto y ¿confusión?.

En ese momento siento que la ardiente tortura doblega su intensidad.

—Liam—grito. Un peso se hunde en la cama, siento su mano fría y marmoleada que cubre la mía que esta sobre mi pecho donde el ardor es mas fuerte.—Apagalo, por favor —suplico.

—Lia, ¿que sientes?—¿¡ como puede preguntar eso!? ¡hay fuego!

—Me quemo...

Densas aguas me arrastraron hasta la dulce inconsciencia, salvo que la quemazón en mi pecho se hizo presente.... este no es el cielo. En el cielo no hay dolor.

—¿Acaso no vez que El la esta matando?—grita con una terrible ira. Su voz es como la de un ángel a pesar de estar enojado.

Se oye un gruñido feroz.

—Hace todo esto por el bien de toda la ciudad—susurra el otro sujeto con calma— No esta preparada para dirigir y tu bien lo sabes, ¿no?

—Si muere también caerá la ciudad. El líder no resistirá si ella muere... oh posiblemente no llegue a morir de tristeza sino por mi causa. Le matare si fallece por el daño que le causa.

Vuelvo ser arrastrada oscuras olas que me alejan de las voces.
¡No!

El dolor agudo que se expande desde mi pecho hasta cada centímetro de mi cuerpo me trae de vuelta, llego a la superficie siguiendo un camino, pero es muy angosto como para poder llegar del todo a la realidad.

Me concentro en la voz...

—¡Oh, Lía! No, no, por favor. Escuchame. Sigue mi voz, hermanita —solloza sin lágrimas.

Quería responderle. Quería decirle que todo iba a estar bien pero mi cuerpo no respondía.

—Arrianna—llama la perfecta voz de Liam llena de angustia.—¡Oh,Lia, no! No, no ¿como ha podido ese animal?

Oigo como alguien mas ahoga un suspiro lleno de asombro.

—Hay que preparar todo. Nos vamos esta misma noche...

—Liam—intente decirle, pero mi voz de oía débil y rasposa. Ni yo podía entenderme. Pero aun el me oye.

—Todo estará bien, ¿me oyes?—Me besa la frente. Sus labios se sienten helados al hacer contacto con mi piel.

—Liam—vuelvo a intentar. Mi voz se va aclarando.

—Aquí estoy—susurra—¿Podemos hacer algo para ayudarla?

Pasan unos segundos.

—No hay muchas posibilidad. Esto proviene de su alma.

Mi hermano gruñe.

No puedo verle, mis ojos están empañados aun por el arrebato de la inconsciencia.

Al tener energía y fuerza para que mi cuerpo obedeciera lo que mi mente le pedía descubrí un termino muy importante.

No debes entregarle todo de ti a la persona que amas.

También descubrí que no hubo fuego en ningún momento; en ninguna parte de la habitación ni de la casa, las llamas estaban en mi. En mi alma.

Jackson...

               Me engaño.

Se acosto con otra mujer. Aun cuando me entregue a el, mi cuerpo y mi alma, el aun así tiene las pelotas de buscar a una zorra sabiendo el daño que me causaría.

Desde aquella mañana que mire mi reflejo en el espejo quede horrorizada al observar moretones y hematomas en distintas parte de mi cuerpo.
Fue cuando comprendí la agonía que padecí dos días entero. Perdiendo la conciencia durante el engaño. El dolor fue tan desgarrador que prefería morir con electro chock hasta que se quemaran mis neuras.

Desde esa mañana entre en una depresión tan profunda que Liam se iba arrancar los pelos de la cabeza.
Me visitaron desde el mejor psicólogo hasta el psiquiatra mas profesional pero igual de aburrido que los anteriores. De mi hermano solo oía:

"Lía te estas matando, lo cual me mata a mi"

Hacer este pequeño resumen me hace bien porque aprendo del daño que hago por el daño que me hicieron. No quiero lastimar a quienes amo y están para mi.

No e vuelto a saber de los Haynes. Les e prohibido venir o tan sólo pisar el terreno de mi familia. Herencia de mis padres, la mansión, la casa de la playa, el yate, el avión privado y la empresa fueron heredadas a la familia pero la mayor parte de los bienes pasaron a manos de mi hermano y mias.

Salimos en una revista de las personas mas joven y mas adineradas en todo EEUU.

Oh oh. Hay vienen las nauseas.

Camino débilmente pero con mas facilidad gracias al gotero con ruedas que sostiene el suero.

—¡Oh, Lía!—regaña—Pedi que me llamases para llevarte y así no fuerzas tanto a tu cuerpo.


Mas halla del Bosque: oculto en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora