Intento seguir caminando. Las náuseas atenazan mas.
Lo que menos quiero es vomitar sobre mi hermano....o el piso. Seria desagradable.
-Tengo nauseas-susurro
Frunce el ceño un momento, pero luego asiente.
-Lia, no te muevas-camina con tanta velocidad que su figura es borrosa en el aire lo cual provoca que me sobresalte cuando lo veo a mi lado.
Coloca una de sus gélidas mano en mi cintura y la otra tomando mi muñeca con suma delicadeza, como un apoyo para que se me haga mas fácil arrastrar los pies por el suelo, para no lidiar con el soporte del gotero decido quitarme la intravenosa.
Llegamos al baño.
Al cabo de un par de minutos las arcadas han terminado y agradezco que el lavabo este cerca. Liam me ayuda a levantarme para poder lavarme los dientes.
¡Dios! No tengo fuerza ni para estar en pie.
-Ya he acabado-digo y, antes de darme cuenta estoy en sus brazos.
Ya no camino sino que deslizo mis pies, tan solo levantar un pie y luego otro me agota hasta el alma.
Mi pobre hermano se a echo cargo de mi desde el momento en que solo respirar se me hizo complicado.
-Gracias-suspiro con pesar.
Niega con la cabeza como si una idea a cruzado por su cabeza.
-No vuelvas a resucitar esa discusión -susurra con esa voz aterciopelada que a llegado a tener desde su transformación -Cuidar de ti regocija mi alma. No eres una carga y jamas lo seras. Te amo y, mientras te siga amando me tendrás como una lapa pegado a ti.-Me da un beso en el pelo e inhala profundamente.
Me tumba en la cama con suma delicadeza.
Suena un suave golpe en la puerta y se asoma Arríanna. Me sonríe abiertamente al ver que estoy despierta.
-Con permiso...-susurra con sus voz que parece una campanita-La tía Sthep ha llamado para recordar la cita que sera en unas horas-notifica. Se acerca. Sus amables y cariñosos ojos grises me observa por un momento. Se inclina sobre mi y me besa la coronilla en un gesto maternal.
A veces siento que me ve mas como una hija que como su cuñada o una amiga.
-Llamare a la tía en un momento -murmura mi hermano-Te llevare pero, te dejare al cuidado de Logan y Grace.
¿Que? No, no. Grace es muy obstinada. No la quiero cerca de mi.
Hago un mohín. Liam pone los ojos en blanco con gesto cansado.
-Hace bien su trabajo y eso es lo primordial-besa nuevamente mi pelo-No tienes porque llevarte bien con ella, solo debe mantenerte a salvo o pondré su trasero directo a la calle.
Asiento divertida por su comentario.
Me quedo mirando a la doctora Hayes, también conocida como la esposa de un gran empresario y, también como mi tía Sthep gemela de mi madre adoptiva Lucinda. Son como dos gotas de agua, lo cual me reconforta, es como si la imagen de mi madre viviera en ella.
-Debo irme, tía. Pero me llamas si tienes alguna conclusión de lo que padece Lía.
Me carcome la paz oír lo mortificado que se oye mi hermano por mi salud.
Bueno, ¿quien no?
Liam me suelta lo cual me dificulta el poder seguir en pie pero, luego se posiciona detrás de mi, tomandome de los codos animandome avanzar. Por encima del hombro le sonrió con gratitud y luego camino lentamente hasta nuestra tía que lleva un vestido color ciruela por debajo de las rodillas y una bata blanca.
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Mas halla del Bosque: oculto en las sombras
Hombres LoboLia Webber, de 17 años, vive la acelerada creencia de la existencia de los hombres lobos, al igual que de los vampiros y todas aquellas criaturas sobrenaturales. Ella corre grandes peligros al ser la ultima de su especie.