10. Tienen miedo al abandono

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Seguir a su hibrido quizás no era de los mejores planes que tenía Chanyeol para su fin de semana, pero allí estaba, oculto entre los arboles observando a Baekhyun con Kasper hablar animadamente mientras este último se atrevía a tomar la mano del chico y entrelazar sus dedos. Estaba muy al tanto del enamoramiento del más grande por su osito, pero no se esperaba que existiera esa clase de contacto entre ellos y Chanyeol sintió miedo, miedo de lo que podría pasar cuando su pequeño comenzara a sentir deseos sexuales, aunque quizás ya los tenia, no podía saberlo. Para su suerte la cita concluyó solo con un beso de Kasper en la mejilla de Baekhyun quien se mantuvo en el banco del parque a pesar de que el otro se había ido hacía varios minutos.

En un rápido movimiento la vista de este se posó en él, asustándose por la sorpresa y rendido se puso de pie, acercándose al chico para sentarse a su lado.

—¿Hace cuánto sabes que estoy ahí?

—Eres tan malo mintiendo que me di cuenta cuando salí de casa que me estabas siguiendo. Además, mides como dos metros, Chanyeol, es imposible no verte y más si te escondes así de mal, de verdad que eres un desastre.

El alto suspiró con frustración, observando nuevamente a su hibrido.

—Tenía miedo de que intentara hacerte algo, Baek, entiéndeme, no me acostumbro aún a que te veas con alguien siendo que hace poco eras mi osito bebé.

Algo dentro del pequeño se removió y a la vez se rompió al saber que solo era aquello lo que molestaba al alto y no algún tipo de celo por quererlo de una manera romántica. Antes de decir algo fuera de lugar o pelear se puso de pie, colocando sus manos en sus bolsillos delanteros antes de regresar a casa junto al hombre.

*

Baekhyun se encontraba solo en su habitación cuando las lágrimas comenzaron a caer sin sentido. Todo se había vuelto tan extraño y distante. Su amo ya no lo veía como el pequeño que era hasta hace pocas semanas y deseaba más que a nada en el mundo que Kasper nunca se hubiera enamorado de él para seguir siendo aquel pequeño que Chanyeol protegía con su vida.

Últimamente el miedo de ser abandonado era mucho mayor, sus actitudes terminarían por cansar a la persona que vivía con él y lo dejaría para siempre. Tener un hogar no era problema, sabía que contaba con sus amigos durante un tiempo hasta que consiguiera el modo de poder vivir solo a pesar de su corta edad o incluso podría ir a esos hogares de híbridos que no eran la gran cosa, pero podría estar cómodamente. Su verdadera preocupación era perder a Chanyeol, porque si, aquel ser enorme se había ganado su corazón de un modo que nadie más lo poseía. Quizás era aquello de lo que Kasper titulaba como "amor" pero no podría estar seguro. Su cabeza era un lio al igual que su corazón y sus pequeños sollozos no le permitieron escuchar la puerta al abrirse.

—¿Estas llorando, Baekhyun? —preguntó su amo, acercándose a la cama con preocupación en su rostro antes de sentarse a su lado, atrayéndolo a su pecho. — ¿Ese idiota te hizo al malo?

Si supiera que el único que le hacía daño era él.

Aún así, tomó valor para hablar mientras se acurrucaba contra este y hundía su rostro en la blanca remera de su dueño que olía tanto a él.

—Channie, ¿vas a abandonarme? Se que no me estoy comportando de lo mejor y lo siento mucho pero no me dejes, por favor, no lo hagas. —Suplicó con los ojos rojos al igual que su nariz, las lágrimas aun cayendo por sus mejillas mientras sus labios se abultaban en un casi imperceptible puchero.

Chanyeol lo observó algo confundido y sorprendido por las palabras de este por lo cual se limitó a limpiar su mejilla con una suave caricia de su pulgar a la vez que juntaba sus frentes para que le pusiera atención.

—No voy a abandonarte, por muy mal que te portes, incluso si algún día llegamos a pelear de una forma horrible que no tenga retorno no voy a dejarte en la calle. Este siempre será tu hogar, yo te pedí, yo me haré cargo de ti. No eres un objeto que usas y tiras, eres un osito precioso que merece todo el amor del mundo y es algo que me he estado olvidando este tiempo. Me he comportado como un tarado y lo siento mucho, Copito.

Las lágrimas de Baekhyun se volvieron aún más abundantes pero esta vez de la emoción que sus palabras le causaban, rodeando al gigante con sus brazos fuertemente y hundió su rostro en el cuello de este.

—Nunca vamos a pelear de ese modo que dices, prometo ser un niño bueno y ya no molestar. Gracias por ser tan bueno conmigo.

Una enorme calidez invadió el cuerpo del alto, devolviéndole el abrazo antes de tomarlo por sorpresa, cargándolo y dedicándole una sonrisa.

—¿Quieres que vayamos por chocolate blanco y muchas galletas?

Y el modo en que los ojitos de este se iluminaron le aseguró que nunca en su vida podría abandonar a su osito polar.

Guía para cuidar a tu Osito Polar ↪ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora